El viaje a Italia se le hace eterno, pero cuando pisa Florencia se anima más al ver que hay un auto que lo espera y a su lado está Coraline.—¡Primo! —corre hacia él para abrazarlo y luego se aparta un poco, algo sorprendida—. ¿Ese es el estilo que te copiaste de América?—Lo último que quería hacer era preocuparme de mi apariencia, la ducha basta —Coraline se ríe y camina con él al auto—. ¿Te ha llamado?—Sí, hace dos días me llamó.—¡Dime qué te dijo, por favor! —se gira Ilhan ansioso y ella se ríe.—Solo que está bien, que me extraña y que cuando regrese a Francia me llevará muchos recuerdos lindos. Se oía melancólica, pero bien.—Coraline… no tienes idea de cuánto quiero abrazarla, decirle que la amo, que quiero estar con ella por el resto de mi vida y acariciar su vientre —su prima lo mira como si estuviera loco y él sonríe—. Estoy seguro de que está embarazada.—No j0das…En el trayecto van hablando de los lugares que visitó, en varios de ellos pudieron compartir con ella y en c
Ilhan abre los ojos, se pone de pie y se alista para regresar a la ciudad, al salir se encuentra con Coraline y Chiara hablando animadas de una pintura que está en el pasillo.—¿En serio ella es tu tatarabuela? Más pareciera que fuera tu Propio retrato como si alguien te hubiese sacado una foto y lo hubiese puesto en este óleo.—Si te das cuenta en la fecha. La pintura tiene más de 150 años —Ilhan se acerca a ellas Y coraline se Ríe de su primo por la cara que trae.—Parece que alguien durmió bastante bien anoche. Se nota que estás más descansado.—Sí —reconoce Ilhan parándose junto a ellas con las manos en los bolsillos—. Me pasó algo extraño. La almohada todavía olía a ella y eso me ayudó a dormir toda la noche, mucho mejor de lo que había logrado hacerlo durante todas estas semanas. ¿Te parece si ya nos vamos? Quiero viajar hoy mismo a Alemania.—Por mi parte, claro que sí —le dice Coraline sonriendo—, yo ya quiero ver a mi amiga otra vez.—Podrías ordenar que preparen el avión mie
Al despertar, se sienta en la cama con una leve sonrisa y se queda mirando por la cortina que se abre de vez en cuando con el fresco aire que el mediterráneo trae. Hace ya varios días que llegó a Ibiza, lugar que ha encontrado como refugio en el escape de su esposo.Desistió de la idea de ir a Alemania pensando en que tal vez sería mejor venir a un lugar más tranquilo a terminar de pasar su embarazo. Y también porque tiene la leve sospecha de que su padre lo está ayudando a encontrarla.Baja de la cama y camina hacia el balcón, se impregna con la brisa que llega desde el mar y luego vuelve a entrar para esperar el desayuno. El hotel que ha elegido es sencillo, pero al menos le brinda ese servicio, el resto de comidas las come por fuera, así aprovecha de conocer el lugar.Para Sylvie no ha sido nada fácil el tener que escapar una y otra vez. Se siente acorralada, agotada, pero sobre todo, se siente abrumada con todo lo que ha llegado a su mente. Las palabras de su padre siguen resonand
Sylvie deja de reírse con cada una de las anécdotas que Gianfranco le cuenta. No puede creer que un hombre tan joven y serio haya tenido situaciones tan divertidas, casi como la de ella con la cabra en el riachuelo.—No puedo creer que te hayan pasado todas esas cosas, no pareces del tipo de hombre que le sucedan.—Te sorprendería —se ríe él—, la verdad es que me considero un hombre con muy mala suerte.—¿Y eso sería en todos los ámbitos de tu vida?—No… —responde algo pensativo—, no podría decir eso, creo que en el trabajo me ha ido bastante bien, no me puedo quejar.—Creo que tú y yo nos parecemos un poco en eso —le responde ella riéndose—. Aunque yo no he trabajado porque no he terminado mi carrera, pero en eso me iba bastante bien. En todo lo demás soy un completo desastre.—No puedo creerlo. ¿Cómo es posible que una chica tan bonita e inteligente como tú no haya tenido suerte en el amor?—Bueno, no tan mala… —se mira las manos y sabe de que, ya que él ha sido tan abierto con ella
El día anterior, Cristian llamó a Ilhan para decirle que Sylvie se había ido directamente a Ibiza. Es por eso por lo que tomando en una mano su equipaje y en la otra a su prima, partió de nuevo con rumbo al puerto.Cabe señalar que Coraline estuvo a punto de romperle la cabeza porque no dejó de pasearse durante todo el vuelo, sólo se sentó para el despegue y el aterrizaje del avión.No pudieron alojarse en el mismo hotel en el que estaba Sylvie por razones obvias (Coraline no lo dejó y tampoco había lugar). Ilhan se repitió que la idea era llegarle de sorpresa para no terminar en un colapso nervioso.Pero la sorpresa se la llevaría a él unas horas después, cuando no se aguantó más de verla, caminó en dirección al hotel, hasta que vio a Sylvie caminar por el puerto… Acompañada de un hombre.Estuvo a punto de ir a partirle la cara al tipo, pero después se dio cuenta de que no podía hacerlo de esa manera porque, ya estaba en serios problemas con Sylvie y ahora ya no podía seguir siendo e
Sylvie abre los ojos bastante animada. Ese día se ha propuesto pasar un día maravilloso conociendo otros lugares de la isla.Luego de recibir el desayuno y de comérselo bastante animada, arregla un par de cosas en un bolso pequeño. Coloca un poco de ropa por si es que se le hace tarde y debe quedarse en el otro lugar. Aún no sabe a dónde ir, pero sabe que a donde sea que vaya lo pasará de maravilla.Baja al hall del hotel para esperar a Gianfranco, quién debería estar por bajar. Sin embargo, los minutos se van pasando y el chico no aparece, por lo que decide irse sola. Tal vez al darse cuenta de que con ella no iba a lograr nada romántico, se arrepintió de acompañarla y sólo aceptó hacerlo para no quedar mal con ella en ese momento.A través del mismo hotel, ha contratado un servicio de chofer que la llevara a donde ella quiera. Le pregunta a la chica de la recepción, quien es de allí y conoce bastante bien la isla, y le recomienda que vaya a Cala Llonga.Así que, siguiendo esa recome
Tras pasar dos días en Cala Llonga, Sylvie se despide del lugar aún más relajada, sin saber que estuvieron a punto de robarle y de que en todo momento Ilhan estuvo cuidándola alejado.Sí, el autocontrol de ese hombre es tremendo.Una vez de regreso en el hotel en Puerto de Ibiza, Sylvie pide cena y camina al ascensor para subir a su cuarto. Cuando las puertas se abren ve a Gianfranco, este la ve y se lanza para abrazarla.—¡Sylvie, perdóname por dejarte sola ayer! Es que no tienes idea de lo que me pasó —ella lo aparta un poco porque considera que está exagerando un poco.—No te preocupes, sé que pudo salirte algo diferente que ir con una mujer aburrida como yo…—¡No es así! Ven… —le quita el bolso, la toma de la mano y tira de ella al ascensor—. ¿Recuerdas que te dije que tal vez saldría esa noche? Pues salí, me fui a un bar del puerto y allí vi a una mujer preciosa, la vi sentarse sola, me quedé esperando por si llegaba alguien, pero cuando me di cuenta que no esperaba a nadie, me a
En aquel pequeño hotel se causó un enorme revuelo en cada uno de los huéspedes al recibir una invitación misteriosa de alguien que los invitaba a un evento especial. Se prometía una velada mágica, llena de regalos y de sorpresas. Pero sobre todo de exquisitos vinos que permitirían deleitar al paladar de cada uno de los asistentes.Era toda una sorpresa y no era para menos, grandes exponentes de los mejores vinos de toda España estarían presentes en aquel lugar. Todos estaban emocionados, excepto por Sylvie, quien estaba realmente eufórica.—¡Es que en verdad no me lo puedo creer Gianfranco! ¿Cómo pude tener la suerte de terminar en un evento así? —el hombre camina divertido junto a ella mientras van a una tienda para buscar un vestido adecuado para Sylvie, ya que el que empacó no le sirve porque le queda demasiado pequeño.—A ti en verdad te fascinan estas cosas, pero te recuerdo que estás embarazada y que probablemente no vas a poder probar — ninguno de esos vinos.—¿Y tú, crees que