Ilhan siente los labios de Sylvie hinchados por los besos tan intensos y eso lo enloquece aún más, se aparta para quitarse la chaqueta y la camisa, quedando con el torso descubierto, lo que Sylvie aprovecha para tocarlo.Las manos de Ilhan se meten por debajo de la blusa de Sylvie para sentir esa piel suave y cálida, besa su cuello con delicadeza, ella emite un gemido de absoluto placer por aquellas caricias que la enloquecen y lo aparta, porque necesita aumentar ese contacto de piel con piel. Se quita la blusa sin dejar de mirarlo a los ojos como desafiándolo, intenta quitarse el brasier, pero Ilhan no se lo permite, ese es un gusto que se quiere dar.Sus dedos hábiles van a su espalda, quita los broches y la libera. La recuesta en la cama otra vez, la admira con infinita devoción, como si delante de él tuviese una deidad inalcanzable que ha bajado solo para estar con él.Los besos esta vez cubren toda la piel de Sylvie, que mantiene sus manos aferradas al cabello de Ilhan para recor
Sylvie abre los ojos y no se puede creer lo que está viendo, está abrazada a Ilhan mientras él la abraza a ella, el calor de su cuerpo le está dando una sensación de paz, de haber hecho lo correcto al fin y de que nada de lo que pasó antes anticipó lo maravilloso que sería entregarse a él.Se queda en silencio detallando las facciones de Ilhan, una ligera sonrisa deja en evidencia que él se siente de la misma manera, así que no fue solo ella quién se entregó. Sí, al fin abrió esos ojos a la realidad.Ilhan se remueve un poco mientras va despertando, ella le besa suavemente los labios y en lugar de regresarlo, él sonríe, se mueve rápidamente y la deja bajo su cuerpo haciéndola reír.¡Por todos los cielos, cómo ama ese sonido!—Pensé que nunca podría despertarme así, con ese sonido viniendo de ti… bajo mi cuerpo.—¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Tienes idea de la agonía que he pasado en todo este tiempo? —su voz dulce y esa caricia que deja en su mejilla lo hace ponerse serio.—Siempre c
Blanca se queda mirando a su hija que le dedica una sonrisa satisfecha, trata de hablar, pero sencillamente las palabras no le salen. Sylvie se pone de pie y sigue hablando. —Aquella vez que Ilhan me pidió hablar solos, acordamos casarnos para nuestro propio beneficio, si ustedes iban a sacar algo de esa boda, ¿por qué nosotros no? Y sí que lo hemos hecho. Al principio solo éramos dos socios, luego nos volvimos amigos… hasta que nos volvimos amantes en toda regla. «Puede que ellos tengan sus beneficios económicos, pero yo no me he quedado con las manos vacías. Solo mírame, tengo casa y comida gratis, puedo hacer lo que me plazca y sin control, la verdad es que me hiciste un favor enorme al obligarme a salir de tu lado, porque ahora hago lo que quiero y cuando quiero. «Y si te preocupa que siga con él, dentro de ese acuerdo dejamos claro que nos divorciaríamos al tercer año y pretendo hacerlo. —Sylvie, no eres tú… no puede ser así… no puedes esperar hasta el tercer año, hija… —Mad
Adrien sale de su despacho, coge unas llaves y sale con rumbo a la dirección que su hija le ha dado, cuando llega al estacionamiento corre para abrazarla, Sylvie solo llora desconsolada sin entender cómo fue tan estúpida de creerle toda esa basura romántica. Se dejó llevar por la pasión del momento, por aquella dulzura que no le pasó desapercibida. Seguro que lo único que Ilhan estaba esperando de ella ya se lo había dado, y no solo era la ayuda para su madre, sino que también su cuerpo. —Hija, por favor cálmate y cuéntame lo que ocurrió. —Ya no quiero seguir casada con él, pídele a tu abogado que solicite el divorcio lo antes posible, no quiero nada de él, así que debería ser sencillo y rápido. —Dime, Sylvie, ¿ese desgraciado te hizo algo? —Solo romperme el corazón… me enamoré de la persona equivocada y no sé cómo arrancármelo de aquí —deja su mano en el pecho y Adrien se siente impotente. Hasta lo que él sabía, ella y su yerno se amaban, pero ninguno era capaz de abrir los ojo
Cuando el avión al fin despega desde Luxemburgo después de cuatro días en la ciudad, Sylvie siente unos nervios terribles de iniciar su vida así. Su padre le confirmó lo que sabía que pasaría: Ilhan firmó el divorcio.No puede evitar llorar un poco por todo lo que deja atrás, por lo que perdió en el proceso de volverse libre e independiente de alguna manera, sin embargo la esperanza de encontrarse a sí misma, de curar su corazón y ser esa chica segura que le falta ser la animan a terminar aquello que inició.Cierra los ojos con la intención de dormir las veinte horas que dura el viaje y así sucede, solo despierta en la escala en Madrid y al despegue del avión le dice a la ciudad que la espere, porque en unos meses llegará para conocerla.El anuncio de que en treinta minutos el avión aterrizará en Chile la despiertan. No tiene idea del idioma, no sabe a dónde llegar porque ni siquiera se le ocurrió buscar algún hotel. Al bajar con su escaso equipaje de mano se va al puesto de informaci
Hace ocho semanas…Luego de firmar aquellos papeles, Ilhan se va al cuarto para darse una ducha y cambiarse de ropa. Cuando sale Claude le extiende una taza de café caliente y la recibe con gusto, está muy cansado, pero ahora mismo no podría dormir.—¿Qué harás?—Ir por ella.—¿Crees que su padre te reciba en su casa? Si Sylvie le dijo lo que pasó, no tendrás dónde meterte porque te va a matar.—No importa, si con eso puedo volver con ella me dejo hacer lo que sea —le da un largo trago al café, deja la taza sobre la mesada y se pone de pie—. No seguiré perdiendo tiempo.—¿Te llevo con tus suegros?—No, me iré a la viña, Sylvie no regresaría bajo el yugo de su madre luego de tener tanta libertad.—Ok, aquí nos separamos, te mantendré informado de las negociaciones, espero que todo te resulte de maravilla amigo.Se dan un fuerte abrazo, salen del departamento y en el estacionamiento se separan, pero antes de poder salir de allí se da cuenta que el auto de Sylvie se estaciona frente al e
Cuando Ilhan llega a la casa de Scy-Chazelles no puede evitar sonreír, porque su madre ya tiene una entrada mucho más hermosa con algunas de sus flores favoritas. Se estaciona frente a la puerta y una de las señoras del servicio sale para recibirlo.—Buenos días, señor. Su madre no me dijo que vendría…—Ella no sabe que estoy aquí, ¿dónde puedo encontrarla?—Esta de este lado —le señala el lado derecho de la casa y él asiente.Camina rápidamente, se encuentra a Renée con un pantalón holgado lleno de tierra, las manos con guantes de jardinería y un sombrero de ala ancha. En cuanto lo ve, Renée se pone de pie y corre hacia él para abrazarlo, Ilhan recibe ese gesto con todo el gusto del mundo.—Hijo mío, que alegría verte aquí, ¿viniste con Sylvie?—No… ella… madre, me equivoqué —Renée se separa de él asustada y lo lleva a una de las banquetas de hormigón que hay en el lugar.—¡No me digas que te involucraste con otra mujer!—¡No, madre! ¿Cómo podría si ella es la mujer que amo? Es algo
El día siguiente de llegar a la casa de su madre, Ilhan permanece sentado en la sala revisando algunas cosas del trabajo para tratar de no volverse loco con la ausencia de Sylvie en su vida.De pronto, la mujer del servicio se acerca a él y le dice con la misma amabilidad de siempre que Christian ha llegado preguntando por él, le pide que lo haga pasar y se pone de pie.—Ilhan, buenas tardes —le dice el hombre quien va con ropa informal, haciéndolo ver más joven. Va con un iPad en las manos, haciendo sentir nervios a Ilhan.—Christian, ¿ya tienes novedades?—Claro que sí, te lo prometí —Ilhan lo invita a tomar asiento y le pide a la señora que les lleve café—. Sylvie no está en Francia.—¡¡¿Qué?!! ¡Dime que es una broma, por favor! —Christian niega, le extiende el aparato y le muestra unas fotografías.—Sylvie salió ese mismo día que te escuchó de la ciudad, con su antiguo vehículo. Se detuvo en un hostal en medio del camino y luego continuó la ruta hasta llegar a Luxemburgo. Allí se