Ilhan la ayuda a que se incorpore con la delicadeza de quien ayuda a una flor a enderezarse, ambos se separan con nerviosismo, Sylvie retoma el camino por el largo pasillo hasta la escalera con la mirada baja tratando de encajar aquella cercanía en su cuerpo, seguida por Ilhan a una distancia prudente, no sea que quiera detenerse de nuevo como hace unos minutos.Aunque chocar con ella y volver a evitar que se caiga no es algo que le moleste hacer.Llegan a la cocina, en donde Sylvie comienza a moverse por ella con soltura, Ilhan se acerca un poco para ayudar, pero ella lo manda a sentarse.—¿En verdad quieres hacer esto a las doce de la noche?—Algo que debe aprender, señor Moreau, es que yo también soy una mujer de palabra —ella coloca la comida en el microondas y le ofrece un vaso de leche corriente—. No es de Jacinta, puedes beberla con confianza.—Gracias —la sonrisa que le da a Sylvie es honesta, algo que cada vez se vuelve más frecuente en ellos.Sylvie oye el aparato terminar d
August se gira rápidamente en el auto y toma el camino de regreso.—Perdóname, Ilhan… no pensé que se fuese a adelantar el parto de Azul, se supone que le quedaban un par de semanas más.—No te preocupes, nos quedan más días para hacer esto —le sonríe a través del espejo retrovisor, puesto que ella ha tomado el puesto del copiloto.—August, quiero que busques candidatos para ocupar el puesto de ese viejo odioso.—Sylvie, no creo que tu padre esté de acuerdo…—¡Me importa una mi3rda lo que diga mi padre! No volveré a perder una amiga por culpa de ese veterinario de pacotilla, es tan… idi0ta —se quita el sombrero y lo tira delante de ella.Ilhan la ve afectada, pero también molesta por ese hombre que se niega a ir en ayuda de la yegua. Cuando llegan frente al establo, Sylvie no espera a que August se detenga para saltar del auto, Ilhan se queda sorprendido y cuando se estacionan, August se gira para verlo con una sonrisa.—Tiene agallas para haberse casado con ella, no es fácil de lleva
Los días en la viña se les pasan volando, incluso más rápidos que los primeros. Por supuesto que Sylvie llevó a Ilhan a la loma, allí se sentaron a observar el lugar, hablaron de muchas cosas que les sirvió para conocerse un poco más.Pero de ese momento lo que más pudo rescatar Ilhan fue lo hermosa que Sylvie se ve en su elemento, rodeada de la viña que parece resplandecer mucho más con ella en medio.Después del descanso para los dos y de todo lo que han pasado juntos, ya es momento de regresar y Sylvie lo hace con mucha carga menos en el cuerpo.—¿La próxima semana ya entras a clases? —le pregunta Ilhan terminando de cargar la última maleta.—Sí, debo comprar algunas cosas que me faltan, creo que lo haré hoy mismo.—Yo puedo llevarte… si quieres —le pregunta cuando la ayuda a subir al auto.—Sería lindo, en especial porque no me gusta mucho andar en taxi y ya no cuento con el chofer que mi padre tenía para mí.—Pero me tienes a mí, que seguro soy más lindo de ver —coloca una expres
Ilhan está sentado frente a la televisión, pero no le está prestando atención ya que está concentrado en la tabla de propuestas para los eventos en el teatro de Marly. De pronto, escucha algo caer en la cocina y salta del sofá, se encuentra a Sylvie doblándose del dolor y corre hacia ella.—¡¿Te hiciste daño?! —ella niega con la cabeza, Ilhan la rodea con sus brazos y la lleva a su cuarto—. ¿Qué te duele?—El… el vientre, son cólicos.—Ven, vamos a la cama, solo recuéstate y yo te traeré lo que quieras.—Un té… un té de manzanilla, por favor.Ilhan sale a preparar el té, se encuentra con una taza en el suelo que por suerte no se quebró. En pocos minutos tiene listo el té y se lo lleva a Sylvie, la ve pálida y casi a punto de llorar.—¿Te duele mucho? —ella asiente y él se sienta a su lado—. ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Algún medicamento que te ayude?—Solo calor, pero mi calentador se quedó en casa de mis padres, olvidé empacarlo.—Puedo ir por uno de esos, hay una tienda cerca…
Sylvie abre los ojos como cada mañana.Y tal como cada mañana desde hace algunas semanas siente el vacío a su lado. Cierra los ojos con un suspiro y se queda acostada de espalda, con las manos en el vientre y sencillamente ni siquiera ella puede darse el calor que Ilhan le dio aquella noche que aceptó dormir con ella.Sale de la cama como siempre desde que está en la universidad, con energía y las ganas de lograr lo mejor ese día. Mira el marco de madera en forma de herradura que Caroline le envió de regalo, en él está la foto que se tomaron los tres juntos en la higuera, pasa los dedos por el rostro sonriente de Ilhan y se va a la ducha con una sonrisa.Al salir de su habitación con su mochila y su pinta de universitaria, el olor a café recién hecho y a algo dulce le llega enseguida. Se encuentra a Ilhan sacando unos pastelitos del horno, frunce el ceño porque no debería ser así.—¿A qué hora llegaste anoche? —el tono de regaño no le pasa por alto a Ilhan y él solo sonríe.—Buenos dí
Con ayuda de Coraline, que por supuesto también se sumó a la fiesta sorpresa para Ilhan, Sylvie logró tener todo a tiempo, los invitados y lo mejor de todo es que Orson estará allí para ver cómo su hijo recibe amor de la gente que lo quiere.Para asegurarse de que estaría libre, ese mismo día le pidió que la acompañara a una cena en casa de una compañera de universidad y como él es tan lindo, aceptó de inmediato.Se mira al espejo nuevamente, va con un vestido negro con un listón plateado en la cintura que lo hace más elegante de lo que es. Su peinado es sencillo, solo se ha colocado un peine que sostiene su cabello de la parte derecha, maquillaje suave y zapatos bajos, porque esa noche piensa disfrutar junto a Ilhan.Sale con su bolso pequeño en la mano, él está esperando en la sala, solo lleva pantalón de traje, una camisa azul marino y ese porte de ejecutivo que tanto le gusta a Sylvie. Cuando siente los pasos, Ilhan se gira y se queda con la boca abierta.—¿Cómo me veo?—Preciosa,
Las semanas se van pasando, la amistad que Ilhan y Sylvie iniciaron se ha vuelto más fuerte cada día, lo que para uno es importante también lo es para el otro, cada cosa que le gusta a uno el otro se esfuerza por tener presente.Luego de la fiesta de cumpleaños de Ilhan, él se aseguró de saber cuándo sería el de Sylvie y hablar con sus padres cómo le gusta celebrarlo, pero ella es diferente y las grandes fiestas no son lo suyo, así allí está él preparando una sorpresa linda.De momento, Ilhan está sentado con una taza de café en la barra esperando que los rollos de jamón y queso salgan del horno. Es sábado, por la noche fue a trabajar y se arrepiente de haber salido de la oficina para mirar cómo van las cosas.—Sylvie me va a matar —susurra contra la taza.—¿Por qué te voy a matar? —Ilhan cierra los ojos y cuando los abre se enfrenta con los ojos de Sylvie—. Parece que te arrollaron, ¿a qué hora llegaste?—A las cuatro, pero no pude dormir, así que vine aquí a prepararte un desayuno q
Esa revelación de Ilhan deja a Sylvie por completo sorprendida.No era secreto que Ilhan era un mujeriego tremendo, más allá de los escándalos, Sylvie estuvo clara siempre con la vida sexual activa de su esposo y ella no se iba a oponer en que siguiera igual. Pero saber que no continuó y en parte por ella, por su acuerdo, la hace sentir de cierta manera halagada.Cuando logra reponerse, ella solo sonríe.—Supongo que en algún momento querrás… no te detengas, sé que antes de casarte conmigo tenías una vida y no quiero que cambies por mí.—No lo hice por ti, lo hice por mí. Si te das cuenta, ni siquiera Claude se ha metido en problemas porque le dejé claro que ya no me culparía por él.—Y sí sabe comportarse después de todo… creo que le debo una disculpa, no lo traté muy bien hoy.—Está bien, no es rencoroso.Claude entra al cuarto y se sienta del otro lado de Ilhan, Sylvie le suelta la mano y se excusa con ir a comer, pero la verdad es que necesita salir a tomar aire, la confesión de I