Los días se fueron pasando para ambos, Sylvie había encontrado un refugio silencioso en el departamento de Ilhan, uno en donde nadie le decía que saliera de la cama, que se vistiera apropiadamente por si llegaban visitas y mucho menos nadie le decía que debía sonreír más.Ilhan se iba todas las noches, con mucho más cuidado que antes para evitar un incidente como el de la noche de bodas. De Virginie no sabía nada, además de que la había vetado de sus tres locales nocturnos. Llegaba muy entrada la noche, casi de madrugada, Sylvie lo escuchaba llegar cerca de las cinco o seis de la mañana y se volvía a dormir, para luego despertarse a la hora que quisiera.Esas semanas lo había hecho en silencio, para no molestar a Ilhan, pero esa mañana fue a ella a la que despertó la risa de una mujer proveniente de la sala.Salta de la cama con curiosidad, pega la oreja a la puerta, pero no puede oír nada, así que se hace la recién despertada y sale a la cocina, olvidando que va con una pijama de tir
Coraline se dedica a hablar todo el trayecto, contándole a Sylvie cientos de cosas que a veces no tienen sentido. Pero lo mejor de todo es que es alegre, divertida y aunque parece algo desordenada, Sylvie puede notar que es muy inteligente.—Coraline… ¿a qué te dedicas?—Oh, yo soy la sucesora de mi padre, porque mis hermanos no quisieron continuar con la empresa, así que a tu lado tienes a una programadora, ingeniera de sistemas y gerente financiera.—¿Cuántos años tienes? —le pregunta Sylvie con espanto y Coraline se ríe.—Tengo veinticinco años, estudié dos carreras a la vez —sonríe con suficiencia sin perder la vista del camino.—Yo me estoy volviendo loca con una… no quiero imaginar con dos.—Son parecidas, al menos en algunas cosas, así que homologué materias. Pero lo más importante, es que no quería perder tiempo —se estaciona en el lugar de destino y mira a Sylvie—. Yo tenía clara mi meta, desde pequeña le dejé claro a mi padre que no me casaría y que yo sería su sucesora, por
Con las baterías recargadas y con la nostalgia en el corazón, Sylvie va rumbo a la viña de su familia junto a Ilhan y Coraline. Él va al volante, esta vez en un auto más grande y cómodo, la cara de Sylvie va iluminada por el sol del amanecer y una sonrisa que dice cuánto disfruta ir a ese lugar.Ilhan de vez en cuando le dirige una mirada y sonríe, porque cada vez más se le esfuma de la cabeza aquella chica complicada que le lanzó el postre encima.—Nos estarán esperando con un desayuno delicioso, ya lo verán. Leche recién ordeñada, pan amasado y horneado en un horno de barro, mantequilla hecha allí… toda una delicia.—¿Y queso no? —pregunta Coraline.—Este año creo que no pudieron hacer, pero podríamos tener mermeladas.Coraline aplaude emocionada y comienza a cantar junto a la música que Ilhan ha puesto para amenizar el viaje. Al llegar, los dos se quedan con la boca abierta, porque la casa es enorme, de estilo colonial, perfectamente bien conservada y con una entrada digna de lo qu
—Ahora soy Moreau —dice ella desinflada y sentándose en la cama mirando al piso—. Me gusta, mucho, demasiado, desde que lo vi. Pero él es complicado, es mujeriego y se mete de un escándalo a otro, aceptar que siento cosas por él es peligroso para mí.«Tú sabes lo mucho que sufrí en mi adolescencia con los chicos que me gustaban y no me hacían caso, solo porque no andaba mostrando la carne y por ser más inteligente que ellos. Ilhan es más peligroso, porque él no busca una relación seria… por eso prefiero meterme en la cabeza que es solo mi socio, no puede ser más que eso.—Pero mi niña, tú podrías conquistarlo, yo sé que un hombre con la mujer correcta puede dejar de lado esas mañas.—Nanny, no quiero… sabes que yo nunca haría que una persona cambie para que esté conmigo. Si a él le gusta la vida nocturna y las mujeres, no seré yo quien se lo quite.—¿Y cómo hacen si están casados?—Le di la opción de que siga con eso, pero que sea más discreto, que se cite con sus amantes en lugares p
Intenta abrir los ojos, pero la calidez que siente en todo su cuerpo le dice que debe seguir así, dormida y sonriente. Baja una mano para hasta su vientre y se encuentra allí una mano grande y fuerte que la mantiene prisionera. Sylvie abre los ojos con brusquedad y se da cuenta que está en el cuarto de Ilhan, en la cama de Ilhan… y abrazada por Ilhan. Intenta moverse, pero luego solo cierra los ojos unos segundos, tal vez no sea malo experimentar lo que es dormir con otra persona, sentir ese calor y paz que nunca antes experimentó ni siquiera en uno de los más calurosos veranos en la viña. Se deja llevar por la sensación, hasta que luego recuerda que no se puede acostumbrar a eso, porque si lo hace, saldrá muy lastimada. Se remueve con cuidado para no despertarlo, pero no lo consigue. Ilhan se da cuenta que está durmiendo como una persona normal, sin atravesarse en la cama, pero además recuerda que se recostó en la misma cama que Sylvie para no tener que buscar otro lugar dónde hac
Esa semana se pasa volando entre caminatas, comidas típicas de la Nanny y charlas nocturnas principalmente entre Coraline y Sylvie. —No quiero irme, pero una semana es suficiente para llegar a la oficina y encontrar un caos total. —Pero puedes volver cuando quieras, incluso sola, eres bienvenida —Sylvie le da un fuerte abrazo que se extiende por varios minutos. —¿Sabes si Ilhan se irá conmigo o…? —No dijo nada —dice Sylvie con un suspiro—, pero supongo que se irá contigo, no lo vi divirtiéndose estos días, estuvo muy serio. Las chicas, que permanecen en la sala, esperando por Ilhan quien llevará a Coraline a la ciudad, se quedan sentadas hablando cosas de trabajo. Ilhan aparece con traje y a Sylvie se le seca la boca, porque le parece tan guapo de esa manera. Aparece con su maleta y a ella le da un vuelco el corazón, es obvio que se va. Coraline lo mira y niega con la cabeza, su primo se está perdiendo una oportunidad de oro y por menso. —¿Vamos? Tengo una reunión antes del med
Ilhan la ayuda a que se incorpore con la delicadeza de quien ayuda a una flor a enderezarse, ambos se separan con nerviosismo, Sylvie retoma el camino por el largo pasillo hasta la escalera con la mirada baja tratando de encajar aquella cercanía en su cuerpo, seguida por Ilhan a una distancia prudente, no sea que quiera detenerse de nuevo como hace unos minutos.Aunque chocar con ella y volver a evitar que se caiga no es algo que le moleste hacer.Llegan a la cocina, en donde Sylvie comienza a moverse por ella con soltura, Ilhan se acerca un poco para ayudar, pero ella lo manda a sentarse.—¿En verdad quieres hacer esto a las doce de la noche?—Algo que debe aprender, señor Moreau, es que yo también soy una mujer de palabra —ella coloca la comida en el microondas y le ofrece un vaso de leche corriente—. No es de Jacinta, puedes beberla con confianza.—Gracias —la sonrisa que le da a Sylvie es honesta, algo que cada vez se vuelve más frecuente en ellos.Sylvie oye el aparato terminar d
August se gira rápidamente en el auto y toma el camino de regreso.—Perdóname, Ilhan… no pensé que se fuese a adelantar el parto de Azul, se supone que le quedaban un par de semanas más.—No te preocupes, nos quedan más días para hacer esto —le sonríe a través del espejo retrovisor, puesto que ella ha tomado el puesto del copiloto.—August, quiero que busques candidatos para ocupar el puesto de ese viejo odioso.—Sylvie, no creo que tu padre esté de acuerdo…—¡Me importa una mi3rda lo que diga mi padre! No volveré a perder una amiga por culpa de ese veterinario de pacotilla, es tan… idi0ta —se quita el sombrero y lo tira delante de ella.Ilhan la ve afectada, pero también molesta por ese hombre que se niega a ir en ayuda de la yegua. Cuando llegan frente al establo, Sylvie no espera a que August se detenga para saltar del auto, Ilhan se queda sorprendido y cuando se estacionan, August se gira para verlo con una sonrisa.—Tiene agallas para haberse casado con ella, no es fácil de lleva