Las semanas transcurrían y el distanciamiento entre Dannia y Alejandro era más que obvia, desde que Karly golpeó a Dannia con sus palabras, ella se encargó de hacerle ver a Alejandro que no había siquiera una amistad entre ellos.Se veían por las mañanas, se saludaban, cada quién se marchaba a su trabajo en sus respectivos autos y regresaban, dormían y esa era toda la rutina que hacían.Pero para ese día en específico, Alejandro invitó a Dannia a almorzar y fueron al mismo restaurante donde estaba su madre, Clara, que, al verlos juntos, llamó a su ex esposo para informarle lo que estaba viendo.—¿Tienes tiempo para mí hijo?Jorge abordó a su hijo, que venía saliendo del ascensor, así que no era como que Alejandro pudiera decir que no, ya estaba en su oficina, ¿qué más daba?—¿Has finalizado el discurso del porqué Dannia es una mala mujer? —preguntó Alejandro a su padre, que lo estaba atormentando hacía por lo menos media hora, diciendo cosas de Dannia sin sentido.—¿Nada de lo que te
Después del trabajo y antes de llegar a casa, Dannia pasó en busca de su nuevo auto, aun la duda de qué pasó con su auto rondaba en su cabeza.Antonio le había mencionado que Alejandro no se encontraba bien y que había bebido más de lo normal, pues ella creía que él estaba molesto, además, la exhortó por no tener al menos una amistad con él, pues, debían ser un equipo si querían derrotar lo que se aproximaba, refiriéndose así, a sus suegros, unos que hasta el momento ella no conocía.Pero justo ahora lo que más le importaba era saber si Alejandro tuvo que ver o no con lo sucedido a su auto, porque de no ser así, ¿qué lo llevaría a darle uno nuevo?—Ha escogido el indicado, señora Millares, felicidades.Mencionó el vendedor al escoger un automóvil, un convertible color negro.—Muchas gracias —les respondió ella, sonriendo ahora que le hablaban con respeto.Llegó a casa, haciendo rugir el motor del auto al ver a Alejandro lavando el suyo, él se alejó de su auto para mirar el vehículo qu
Alejandro salió del baño y se encontró con Dannia dormida en su cama, en posición fetal, se veía tierna, tanto que a Alejandro le dio gracias verla así, por lo que sonrió y la acomodó de manera que ella durmiera cómoda.Se acostó y tomó su celular para chequear los mensajes que tenía, unos eran de Antonio, otros de su madre e incluso, algunos correos de parte de Bruno, donde lo ofendía, diciendo que Dannia era suya y que estaba con él por despecho.—Gracias por decirle a Dannia que estaba ebrio ese día, me tomó por sorpresa que lo mencionara, ¿por qué le dijiste que fui yo?, fuimos los dos, y no con el auto, y lo sabes Antonio —le envió a Antonio riendo por haberlo acusado.—Lo siento, fue lo primero que se me vino a la mente, ¿cómo le iba a decir que entre los dos lo destruimos?, era mejor una mentira piadosa y salvar el trasero de ambos.Dannia se giró, interrumpiendo el mensaje que Alejandro estaba escribiendo, se acercó tanto a él que, lo abrazó.—Si, aunque solo me culpaste a mí,
Las palabras de Alejandro golpearon a Dannia, también hicieron que odiara la actitud de Alejandro cuando ella solo quería ayudarlo.—Al menos me hubieses dejado hacer el intente antes de decir que no puedo ayudarte Alejandro.Molesta, se cruzó de brazos durante el camino restante y no dijo una sola palabra, él tampoco lo hizo, pero ella podía ver de reojo que Alejandro la miraba por algunos segundos.Lo vio removerse en su asiento, para después frenar el auto y pedirle que se bajara, con voz tranquila, lo cual ella hizo. Se bajó del auto y él hizo lo mismo, la llevó directo a unas bancas que había en un costado de un pequeño parque y le pidió sentarse allí.—Mis problemas familiares no puedes solucionarlos, Dannia, por más que tú quieres, ¿comprendes? —preguntó esperanzado pudiera comprenderle —para mi familia y para mí ya no hay salvación, por más empeño que ponga por emendar las cosas con ellos, no se puede, la relación se ha fracturado. Siento mucho si te hice sentir mal, pero no e
Mientras Dannia dormía en los brazos de Alejandro, su mente divagaba en lo que fue su niñez alguna vez, no sabía cuándo fue exactamente que las cosas con Bruno se complicaron, pues, su infancia con él la recordaba jugando a todo lo que sus cabecitas llegaban, era una relación normal entre niños pequeños.Sus padres siempre hablando de cosas que para ellos eran aburridas, riéndose de sus chistes o de cualquier tema, y sus madres, por su lado, vigilantes siempre por si algo les acontecía, mientras que ellos correteaban por la casa, gritando y riéndose, jugando la anda o congelado.“¿Qué fue lo que sucedió para que las cosas con Bruno se volvieran al revés?” —a eso él no podía responder.No sabría decirlo con exactitud, solo podía recordar pequeños fragmentos donde él se burlaba de los castigos a los que su padre lo sometía o los regaños de su mamá, así como los consuelos que los padres de Bruno le daban por las mentiras que él decía.Aunque había un recuerdo con el que Alejandro creía q
Al despertar, Dannia se encontró completamente sola en la cama de Alejandro, se levantó y recorrió toda la habitación dando con el pequeño cuarto de ejercicio que tenía y muy bien equipado, lo que la hizo imaginar mirándolo alzar pesas o tan solo hacer algunas flexiones en el piso, debía ser exquisito verle con el torso desnudo, mientras hacía ejercicios.Salió de la habitación y logró escucharlo en la cocina hablar por teléfono, fue a su recamara y se puse guapa por primera vez para él.Bajó y al llegar a donde él estaba, Alejandro abrió un poco su boca y la miró de pies a cabeza, se despidió de la persona con quien hablaba, para centrarse en ella.—¿Saldrás hoy? —tuvo que preguntar.Con una sonrisa negó, mientras se mecía de un lado a otro, tratando de ser sexy, más fue un intento fallido para ella, aunque no para Alejandro que no podía dejar de admirarlo.—Es mi atuendo para estar en casa, ¿saldrás?—No, me quedaré en casa con mi esposa falsa, ¿quieres cereales? —mencionó entusiasm
—No responde, Antonio —enojado y angustiado, así era cómo se sentía Alejandro, al ver que estaba perdiendo terreno con Dannia.—Juro que no planeé nada, Alejandro, no fue mi intención, yo no pensé que tu madre se aparecería así de pronto y mucho menos con esa mujer.—Eso ahora no me interesa, necesito saber de mi madre o de Linda, me interesa Dannia, ella me interesa —enfatizó con su mano, mientras caminaba por su oficina.—Debe estar donde su padre, ve y búscala allí, Alejandro —sugirió Antonio, aun culpable de lo que sucedió en el bar.Sin pensarlo, salió de la clínica a por su auto, necesitaba encontrar a Dannia y hablar con ella, para solucionar este altercado.Conducía por la ruta principal mirando a ambos lados, tratando de dar con ella, y cómo si fuera el destino o un golpe de suerte, logró visualizarla sentada en un parque.Buscó dónde estacionarse y bajó de prisa, con cautela se acercó a ella y se sentó a su lado. Dannia permanecía con su mirada firme en la pequeña cascada qu
—¿Dónde estabas? —cuestionó Alejandro preocupado y alterado por no tener noticias de ella durante el día.—Buscando empleo, ¿qué más? —respondió yendo directo a su habitación,—Tienes un empleo, Dannia, puedes ejercerlo desde la casa si quieres, intento meterte en mi mundo, pero te resistes.—En que no quiero entrar a tu mundo Alejandro, no quiero nada que venga de ti, ¿es que acaso no lo comprendes? —le gritó con furia —deja de molestarme Alejandro.—No, no lo comprendo, ¿cómo puedes tener un cambio así?—Piense señor Millares, ah, gracias por dejarme sin trabajo, que grande es tu apellido —se acercó a él despacio de forma intimidante, causando nada en Alejandro.—¿De qué hablas Dannia? no comprendo —contestó sin inmutarse—¿De qué hablo? ¿lo dices en serio? Fui por toda la ciudad buscando trabajo y ¿sabes qué dijeron? Lo siento, el señor Millares nos ha dado malas referencias de ti, ¿lo entiendes ahora?Se giró sin darle tiempo a decir nada, su paciencia duraba poco y su enojo dura