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James.

Ya sabía yo que no podía ser tan feliz, después de todo, he hecho demasiadas cosas malas en mi vida, como para que mi dicha no tuviera consecuencias.

Sin embargo, hubiera esperado que lo malo me hubiera caído a mí, en lugar de a mi mujer y a mi hijo sin haber nacido, después de todo, he sido yo el que se ha hecho un nombre a lo largo de mi tiempo en la organización y no precisamente por ser bueno o un blandengue, porque de seguro que hace tiempo que estaría muerto.

Y aquí estoy, a la espera de una buena noticia por parte de los doctores, una que me libre de la angustia de saber que pueden estar en peligro ambos.

Ellos no merecen pagar por mis pecados, porque tanto Alison como mi nuevo bebé son inocentes que no tienen la culpa de quién soy o de lo que he hecho en la vida para estar en el sitio en el que me encuentro.

No, esto no puede ser posible, que las personas que más amo lo paguen.

Entonces, veo que la puerta en donde se encuentra Alison se abre y uno de los doctores sa