Me pidió subir al auto para llevarme a un sitio, pero aun no me quiere decir dónde, solo me dijo que quiere disfrutar de esta noche conmigo, y la idea realmente me encanta.
—Voy a chocar. — me dice de la nada y solo lo miro extrañada.
—¿De qué hablas? — pregunto sin entender.
—Es que te ves tan preciosa, que no puedo dejar de mirarte. — confiesa sonriente y no puedo evitar reír.
—Sí que pusiste cursi. — bromeo.
—No guapa, cursi no.… es que me traes loco. — se defiende mientras que con una de sus manos toma la mía.
—Tú también me traes loca, aunque no me agrada la ide
—Iván Del Valle, te amo...— digo más alto de lo debido mientras que sin dejar de reírnos por las copas de más que llevamos encima, entramos a mi piso.—Y yo te amo a ti Jimena Vittolo... — consigue decir sobre mis labios y sin más me comienza a besar desmedidamente.Sigo su encantador juego mientras que con una de sus manos empuja la puerta haciendo que se cierre con muchísima fuerza, y luego lleva esa misma mano a mi trasero. Va bajando hasta llegar al final de mi vestido y lo comienza a subir hasta hacer que mis piernas queden totalmente libres. Con esa misma desesperación lleva su otra mano a la altura de mis muslos y es así como me levanta en el aire y hace que enrede mis piernas en él.Así, en medio de nuestra guerra de besos, desabrocho
Giro en la cama buscando su abrazo, pero él no está… Abro mis ojos lentamente y la luz que entra por el ventanal me deja casi ciega. Giro hacia el otro lado y el reloj anuncia que son las once y treinta de la mañana, seguramente se fue, «¿pero a donde hoy es feriado?» Me siento en el borde de la cama, y busco mi camisón que quedo tirado en algún sitio de esta habitación, pero para mi sorpresa, lo veo doblado sobre la cajonera me pongo de pie, y me dispongo a buscarlo cuando la puerta de la habitación se abre y él me mira de pies a cabeza. Trae una bandeja con comida en sus manos y solo lleva puesto ese bóxer que anoche le quite. «Se ve tan sexy...»—Esto es lo que yo llamaría entrar a la habitación en el momento justo. — comenta y me mira detenidamente. 5 días después¿Quién dijo que mudarse al piso de al lado era fácil? No entiendo muy bien cómo es que en estos pocos meses que llevo aquí, pude juntar tanta cantidad de cosas. Hay cajas por todas partes y no he tenido casi nada de tiempo de ordenarlas.—Cariño, ¿ya estás lista? Debemos irnos. — me dice alto desde la sala.Echo un vistazo a las cajas y supongo que quedaran ahí un tiempo más, hoy es hora de conocer a sus padres y la verdad es que estoy demasiado nerviosa. Me miro al espejo una vez otra vez y creo que este vestido color vino tinto por encima de las rodillas y con un escote decente es perfecto. Acomodo nuevamente mi cabello, reviso el maquillaje y tomo mi bolso.—Ya estoy. &mdash-22-
—¿Y te gusta Madrid? — me pregunta su madre cuando ya estamos en la cocina y amablemente me sirve una copa de vino. Definitivamente no esperaba todo esto, su cocina es prácticamente del mismo tamaño que el piso que ahora compartiremos con Iván y realmente no entiendo que hace viviendo allí.—Sí, es una ciudad hermosa y su gente es increíble. — respondo sin dudarlo y es que solo estoy diciendo la verdad.—Buenas tardes, siento la demora es que debía contestar una llamada. — escucho que dice un señor y al darme la vuelta, veo que Iván va directamente a abrazarlo.—¡Papá! — dice con gran entusiasmo y el señor de cabello grisáceo y ojos del mismo color
Lo que se suponía que sería un simple almuerzo, se convirtió en un café y una conversación que nos mantuvo en la casa de sus padres casi todo el día, ya son casi las ocho de la noche cuando entras al ahora nuestro piso y lo primero que hago es dejar mi bolso a un costado e ir hacia el sofá. Me recuesto, acomodo uno de los almohadones debajo de mi cabeza y me quito los zapatos rápidamente.—¿Cansada? — me pregunta acercándose a mí. —No sé si cansada es la definición exacta a como me siento ahora. — admito y ríe.Lo observo sentarse en el apoyabrazos del sofá y él de la nada comienza a masajear mis pies haciéndome sonreír —mis padres pueden ser un poco… metiches cuando quiere
Al día siguiente:Irnos a dormir prácticamente sin cruzar palabras es algo que no esperaba en nuestros primeros días de convivencia, entiendo que este molesto conmigo por lo que hablamos anoche, pero tampoco creo que fuera para que termináramos así de molestos. Me giro en la cama buscando abrazarme a él para hacer las paces, pero no lo encuentro a mi lado de la cama. Me levanto un poco para mirar a mi alrededor y me doy cuenta que su ropa esta tirada en el suelo y la puerta del baño está cerrada. Salgo de la cama y al acercarme un poco más al baño, escucho el ruido de la ducha. —Amor…— digo y golpeo la puerta, pero él no responde. Insisto una vez más y al no escucharlo, me decido por abrir y entrar al baño. Lo veo duch&aacut
Después de nuestra ardiente reconciliación en la ducha y de haber desayunado juntos, ahora lo veo trabajando en una maqueta mientras que yo por mi parte intento preparar una presentación que debo dar el martes en mi trabajo. Admito que Iván, el arquitecto, es también muy sexy… solo a él se le pueden ver bien esas gafas… —te está quedando genial. — comento haciendo una pausa en el teclado de mi laptop. —Es para la licitación de un cliente que quiere un hotel ecológico. — explica sin dejar de trabajar en la maqueta.—¿y cuando debes entregarla? — cuestiono.—El martes. — explica y coloca lo que simula ser un árbol alrededor del edificio.—Yo tambi&eac
Nueva York: 4 meses despuésNunca imagine que renunciaría a algo por alguien, mucho menos a un trabajo que me había costado tanto esfuerzo conseguir, pero ya no podía quedarme en Madrid, no con el fantasma de Iván rondándome. El día que salí corriendo de su piso después de enterarme de aquel documento, fui a un hotel, ya que volver a ser vecinos no funcionaria, pero eso tampoco sirvió, me busco en mi trabajo, intento convencerme de que las cosas no eran como creían, pero mi confianza en él se desvaneció… simplemente ya no podía creerle absolutamente nada.Rompí mi propio acuerdo de no volverme a enamorar por Iván y él simplemente quería utilizarme a su antojo… después de todo, volví a perder a quien amaba y esta vez duele de