Volver a la casa que he venido compartiendo con él estos últimos años, me parece extraño, me siento extraña en este espacio, y no es porque no tenga recuerdos aquí. Claros que los hay. Perfectamente puedo recordar uno a uno los momentos que hemos vivido en cada uno de los espacios que la conforman. Por doquier hay una huella de ambos, fotografías, pequeños obsequios, traídos por él, por mí, e incluso aquellos que fueron obsequiados como regalo de nuestra boda. La boda. Sí, ese momento en el que terminé de encaminar mi vida al mundo paralelo que construí sumergida en la niebla del olvido, en total ausencia del discernimiento necesario pata comprender la incidencia tan brutal que dar este paso representaría para mi vida al volver a mi mente esos recuerdos que, de estar, no me hubieran permitido darle el sí a Azael. No sé que siento ahora. Mi corazón, ahora sí que está en el limbo, totalmente confundido. Solo quiero aislarme, dejar pasar el tiempo, y que sea él el que me ayude a defin
Solo cuando lo vi pararse de la mesa, esperé unos segundos para imitarlo, caminé hacia las escaleras con la intención de ir a la habitación. Como no quería hacerlo enojar, decidí no hacer nada que le pareciera que voy en contra de sus decisiones, decidí no seguir alimentando su molestia.—Te espero en el automóvil —Escucho que dice a mi espalda con voz seca—. Tus documentos están en el despacho sobe el escritorio —Agrega con un tono de voz totalmente distinto al que ha venido usando las veces anteriores.Este Azael parece no solo molesto, sino cruel. Distante de la compasión que creo merecer después de haber pasado por todo lo que he sufrido y él es consciente de ello.En lugar de continuar subiendo las escaleras, bajé el pie del escalón y al verlo alejarse hacia el exterior, giré mi cuerpo y caminé hasta el despacho donde efectivamente conseguí no solo los documentos, tal cual él me informó. Allí estaba mi bolso, lo abrí en seguida para comprobar que estuviera todo lo que creo record
Después que Dukensy regresó con el disco duro, y me informó haberle dado el recado a Anna y a mi padre, me sentí un poco más tranquila. Apoyada en ella, y Diana, pasé el día revisando la información de todo lo que se hizo durante mi ausencia. Dado que es mucho, pasé la tarde encerrada en mi oficina, solamente las atendí a ellas, y solo me detuve por media hora para almorzar, mientras en mi mente planificaba qué hacer al llegar a casa. Pedirles a las empleadas que adelanten algo mientras yo llego, sería poner a Azael en sobre aviso. De modo que me ideé algo ligero, pero con la condición de que yo lo prepare, bajo el argumento de buscar mejorar la relación entre ambos. Eso me dará no solamente tiempo para organizar todo mientras mi familia llega sino también suficiente comida sin que las empleadas escruten lo que haga o no en la casa que a todo evento es mía.—Diana —Llamo a la recepcionista—. Comunícame a mi casa en Boston, por favor. —Por supuesto Licenciada —Me responde.En seguida
Totalmente sumergida en la tristeza, terminé la conversación con Anna. Bueno, esta parte de la conversación, si bien, tengo muchas más interrogantes, las respuestas que Anna me dio, bastaron para justificar mi deseo de alejarme. Siento que solo así podré encontrar respuestas, ver qué tanto siento o llegué a sentir por Azael.Los sentimientos no se pueden fingir por muy buen actor que uno sea. Cuando no se sienten, llega un momento en el que la necesidad de que sean reales te obliga a exteriorizar la realidad. Si en algún momento de estos tres años hubo un sentimiento puro y verdadero y que quedó confinado por la verdad, habrá de salir, debe florecer; pero forzada como me siento a fingir estar bien cuando mi alma solo pide ser libre, segura estoy que no los reencontraré por más intención tenga de dejarlo fluir.Esto es un trabajo de análisis interno, de reencuentro conmigo misma que debo hacer. Me siento triste y agobiada. Si sigo así en cualquier momento he de desfallecer, y no quiero
Después de la cena de esa noche, las cosas parecieron volver a la normalidad. Bueno, en cuanto a la forma de actuar de Azael, al día siguiente me hizo llegar a mi oficina un móvil nuevo, y varios obsequios, como por suerte las líneas telefónicas se restituyeron, así como la conexión de internet, igual sucedió en casa. Aunque no lo dijo, ni le pregunté al respecto, todo indicó que efectivamente si fue él que en su temor, mandó a limitarme toda comunicación con el mundo. Lo único que permaneció igual es su actitud controladora, los escoltas no me dejaban respirar. De tantos y de tenerlos casi encima, me siento asfixiada.Ha pasado un mes desde que retomé parte de mi vida, la verdad siento que nada es igual. A pesar de estar trabajando en mi área, en mi empresa, con más clientes, y ver tan prospero el fruto de tanto esfuerzo, no soy feliz. Me siento triste. Eso sin contar el sentir mi organismo débil. No he querido acudir a un doctor por temor a que me diga que tengo algo peor a la amnes
De regreso a Boston coincidí con Azael en el hangar donde permanece su avión. Como cosa rara no nos comunicamos en todo el día. Me extrañó encontrarlo esperándome. Lo encontré parado al pie de las escaleras, totalmente distraído, perdido en sus pensamientos. Al advertir mi presencia, en seguida levantó la mirada y desplegó una media sonrisa.—Hola amor, te estaba esperando —Me dice mientras se inclina para darme un beso en la mejilla.Hace muchos días que no le permito besarme en los labios, y pese a no decirlo, sé que es algo que lo mantiene inquieto.—No imaginé encontrarte aquí, ¿Y eso que saliste temprano de la empresa? —Le pregunto extrañada.—Leopoldo me invitó a una cena que habrá esta noche en su casa, me pidió que te llevara —Me responde y se hace a un lado para que suba las escaleras—. ¿Supongo que sabías de esto? —Volteo para mirarlo en actitud de reproche—, los escoltas me informaron que almorzaste con Anna, imaginé que ella te dijo algo al respecto.—No, casualmente no me
Llevo días sumergido en un mar de dudas, la incertidumbre va a acabar conmigo. Desde que Anel despertó totalmente a la realidad, ha sido duro tener que enfrenarme a su indiferencia. No tenerla me está matando. No sé qué hacer para traer de vuelta a esa mujer que era todo, que me hizo el centro de su mundo.Sentado aquí, entre Aitana y el recién llegado, la observo. ¿Cómo no amarla si conserva esa belleza tan natural que en seguida me atrapó de ella? Mi diosa, la razón por la que cegué al punto de no pensar en nada más que en hacer realidad este deseo de tenerla.Vernos así como ahora, tan cerca y al mismo tiempo tan distantes es el castigo más grande que he podido recibir, la mayor lección de vida. Tener todo cuánto queremos no siempre es posible, apenas lo estoy asimilando, no lo acepto, pero como bien sé que ya no puedo seguir forzándola, me conformo con esperar que todo cambie a nuestro favor, que se permita darnos otra oportunidad.Mis esperanzas son casi nulas, su actitud me ha d
Después de la cena de presentación del desconocido, que hasta ahora Aitana no ha hecho público a cuál de mis hermanas pretende endosarlo, pasaron dos semanas, durante las cuales Aitana, ensimismada en la idea de que Azael y yo renovemos los votos del matrimonio. Si bien me opuse a esta locura, pues nuestro matrimonio está en una fase superior a una crisis por la rutina o la infidelidad. Situaciones en las cuales se sumergen los matrimonios normales. El matrimonio nuestro no tiene nada de normal. Tal es así que siento pena por Azael al no poder retribuirle el cariño con el que me trata día a día pese a mis sutiles desplantes.—¿Aitana habló contigo? —Me pregunta Azael estando en la mesa desayunando para irnos a nuestras oficinas.—No. Me ha llamado, pero no he querido responderle —Le confieso mientras tomo la taza de café entre mis manos.—Yo después de evadirla, finalmente coincidí con ella en la empresa y justo cuando estaba al lado de Leopoldo, insistió en la idea renovar los votos