—Oye, Rox, ¿le has contado a Taylor lo de Caín y Asher? —. pregunté, dándome cuenta de repente de que quizá no supiera nada de sus sobrinos.
—No, no lo he hecho. Me imaginé que era un trabajo para ti o Natanael—, respondió.
Asentí, apoyando la cabeza contra el reposacabezas.
—Alanna. Alanna, despierta. Alanna! — gritó Roxana, sacudiéndome.
Me levanté como un rayo, moviendo la cabeza frenéticamente para ver lo que me rodeaba. Al darme cuenta de que estábamos en casa de mamá y papá, me tranquilicé. Salí del coche y me dirigí al maletero, ayudando a Rox con todas las bolsas.
—Siento haberme dormido encima de ti—, me disculpé mientras subíamos las escaleras hasta su habitación.
<