—Oye, Rox, ¿le has contado a Taylor lo de Caín y Asher? —. pregunté, dándome cuenta de repente de que quizá no supiera nada de sus sobrinos.—No, no lo he hecho. Me imaginé que era un trabajo para ti o Natanael—, respondió.Asentí, apoyando la cabeza contra el reposacabezas.—Alanna. Alanna, despierta. Alanna! — gritó Roxana, sacudiéndome.Me levanté como un rayo, moviendo la cabeza frenéticamente para ver lo que me rodeaba. Al darme cuenta de que estábamos en casa de mamá y papá, me tranquilicé. Salí del coche y me dirigí al maletero, ayudando a Rox con todas las bolsas.—Siento haberme dormido encima de ti—, me disculpé mientras subíamos las escaleras hasta su habitación.<
—¡Mami! —, gritaron, haciendo que todos a mi alrededor me miraran.—Hola bebés. ¿Cómo están mis chicos? — pregunté.—Bien. Hoy fue divertido mami—, respondió Cain.—¿En serio? ¿Qué habéis hecho? — le pregunté.—Jugamos en el agua—, contestó Asher.—¡Vaya! Eso sí que suena divertido. Mamá os echa de menos. Estoy deseando veros mañana—, dije, con lágrimas en los ojos al darme cuenta de lo mucho que echaba de menos a mis hijos.—Nosotros también te echamos de menos—, dijo Asher.Les sonreí antes de que se me ocurriera algo. Levanté la vista y mis ojos se centraron en Natanael
NATANAELLa mañana siguiente a la fiesta de Taylor fue brutal. Me senté en la mesa de la cocina, con una taza de café delante. La cabeza me latía con fuerza debido a la resaca y la rabia me recorría cada vez que pensaba en mis supuestos amigos metiéndole mano a Alanna. Era mía, desde que éramos niños, y no tenían derecho a hacer eso. Me sacudí los pensamientos de la cabeza. Tenía mejores cosas que hacer hoy que enfadarme con mis amigos.—Buenos días hermano, ¿cómo estás esta mañana? — Le pregunté a Taylor mientras entraba en la cocina.—Con resaca. Tío, la fiesta fue una pasada, pero ojalá se me pasara este dolor de cabeza—, dijo, cogiendo una taza del armario y sirviéndose un poco de café.—No podría estar más de acuerdo—, le contesté mientras le veía coger unos Advil del armario y metérselos en la boca.—Así que me enteré de lo que pasó contigo, Alanna y Anny—, dijo mientras se sentaba frente a mí.—Sí, entré justo cuando llamaba puta a Alanna y decía que los gemelos probablemente n
—Es una cama preciosa—, dijo Alanna desde detrás de mí, haciéndome dar un respingo.—Sí, me gusta. ¿Te importaría si compro dos para los chicos? —. pregunté, observando su cara para ver su reacción.Su cabeza se giró para mirarme, con la sorpresa claramente escrita en su rostro. Estudió mi cara, intentando decidir si hablaba en serio o no. Le sonreí, asegurándole que hablaba en serio.—Van a necesitar una habitación aquí, Alanna. Sé que has estado yendo y viniendo entre la casa de tus padres, la de Fernando y la de Louis y Megan, y sé que sabes que tienes que decidir dónde quedarte permanentemente ahora que los chicos estarán contigo. Sea donde sea ese lugar, necesitarán su propia habitación. Estas camas pueden ser el principio para que eso ocurra —le expliqué, razonando con ella.Mientras recitaba mi pequeño discurso, pude ver cómo asentía con la cabeza. —Tienes razón. Cuando papá se despierte, pienso quedarme con él y con mamá. Aún no sé qué pasará con los niños. Papá va a necesita
Ver a Natanael y a nuestros hijos interactuar por primera vez es algo que nunca olvidaré. Los miraba como si fueran las únicas personas del mundo y haría cualquier cosa por ellos. Al verlos, me di cuenta del gran error que había cometido. Sí, me hizo daño, pero no tenía por qué privarle a él y a nuestros hijos de esta relación que estaba empezando a desarrollarse. Parecían tan felices y me hacía feliz verlos así.—¡Alanna! —, gritó una voz y lo siguiente que supe fue que me levantaban en el aire y me hacían girar.—¡James! Te he echado de menos—, dije riendo mientras me ponía de pie.—Yo también te he echado de menos, Alanna. La vida es aburrida sin ti, aunque algo me dice que tendré que acostumbrarme. Tengo la sensación de que no vas a volver&mdash
—Acabo de recibir un mensaje de Rox. Quiere que nos encontremos en Fernando's—, dijo Natanael, haciendo una pausa en su juego con Asher. Al otro lado, Caín se había quedado dormido en su asiento del coche, con la cabecita apoyada en el lateral del asiento.—¿Dijo por qué? — pregunté, dando la vuelta para ir a casa de mi hermano.—No. Sólo dijo que nos viéramos allí. Taylor también me envió un mensaje diciendo que nos encontraríamos allí. Va a dejar a Chloe y a Kyle en el hospital—, respondió.Asentí con la cabeza y giré la camioneta hacia la entrada de Fernando. Encontré un sitio junto al camión de Erick y aparqué allí. Apagué la camioneta antes de enrollar las llaves alrededor de mi mano y deslizarme fuera de la camioneta. Me dirigí a la pu
Jen y Parker habían llegado con mi camión unos cinco días después que James. No podían quedarse y acababa de dejarlos en el aeropuerto cuando llegué al hospital. James había decidido quedarse ya que vivía con Kyle y Kyle se quedaba por Chloe. Se llevaba muy bien con todos. Natanael tuvo algunos problemas de celos al principio hasta que le aseguré que James estaba saliendo felizmente con Jen. Después de eso, se hicieron amigos, sin problemas. Se alojaba en casa de Louis y Megan.Kyle había conocido a Fernando y Erick, junto con todos los demás. Fernando y Erick le dieron la típica charla de hermano mayor, mientras Kyle se quedaba de pie con cara de estar preparándose para recibir un puñetazo. Yo me quedé a un lado con James, riendo. Kyle no estaba muy contento con nosotros, pero se le pasó enseguida. Todo el mundo se llevaba bien y se lo pasaba m
—¿Por qué no los llevas a casa y los metes en sus camas? —. preguntó papá después de un minuto.—No quiero dejarte, papá. Te acabas de despertar—, protesté negando con la cabeza.—No me voy a ninguna parte, cariño. Tienes que llevarlos a sus camas. Vuelve más tarde, cuando estén despiertos, para que pueda ver a mis nietos más pequeños. Está bien, cariño, puedes irte—, me tranquilizó papá, empujándome suavemente para que me pusiera en pie.—Vale, papá. Hasta luego. Te quiero—, dije, acomodando a Caín en mis brazos para poder inclinarme y abrazarlo.—Adiós, cariño. Yo también te quiero—, respondió.—Hablaré contigo más tarde Natanael. Pás