Empiezo escuchar gritos por todo el apartamento de mi amiga, mientras la observo estoy totalmente paralizada por el susto, cuando mi amiga corre con las pruebas en la mano como si se tratara de una bomba a punto de explotar.
—¡Las tres han salido negativas!
Creo que a lo largo de la vida que he llevado es la única palabra mágica y tan reconfortante que he podido escuchar.
—Si quieres puedes comprobarlo tú misma, hay una sola raya en cada uno de las tres. Esto sin duda hay que celebrarlo. Al parecer no van haber engendros del mal en tu vientre. Es hora de vestirnos e irnos de rumba.
Con toda curiosidad observo los tres palitos en cada una de las pruebas, reacciono emocionada por el resultado. Mi amiga tira las pruebas al aire y me da un fuerte abrazo. Bailamos, reímos y lloramos juntas, celebrando la gran noticia como si hubiéramos ganado la lotería. Una vez que nuestras emociones se han apaciguado busco mi móvil y marca el número de teléfono de mi ginecólogo.
—Muy buenos días, doctor Simons.
—Buenos días, Veronica. te habla Rose. Me gustaría agendar una cita para que me puedan colocar un DIU lo más pronto posible si se pudiese.
Espero por algunos minutos mientras la secretaria del doctor me responde.
—Hola, Rose. Entiendo perfectamente tu situación, pero debes de entender que para poder colocarte ese dispositivo debe de tener tu menstruación.
—No lo sabía. Tengo alrededor de mes y medio con retraso, así que no sé cuándo puedo aparecerme por la clínica.
—¿Ya se hizo alguna prueba de embarazo?
—No, ningún embarazo—respondo con rapidez.
—En ese caso podrías presentarte mañana luego de mediodía en el consultorio, de esa forma podremos ir adelantando algunos exámenes de sangre y otras cosas para que el doctor tenga tu registro.
—Perfecto, Veronica, estaré ahí más o menos a esa hora.— cuando cortó la llamada y doy el siguiente paso en la recuperación de mi estabilidad emocional y por supuesto a mi propia vida. Necesito arrancar de mi corazón a James, y esta vez tiene que ser definitivamente.
Empiezo a revisar por todos los cajones los objetos que alguna vez me regaló. La poca ropa que aún permanecía colgada en mi ropero y todas las fotos que alguna vez nos tomamos juntos. Empiezo quemar las fotos y el resto lo meto en una bolsa negra de basura que dejo en algún rincón de mi habitación, esperaré que el camión de la basura pase al día siguiente.
Me pongo a limpiar y a ordenar mi apartamento ya que tiene un aspecto como si viviera un vagabundo, luego de tenerlo abandonado por tanto tiempo mientras de tonta sufría y lloraba por la traición de James.
Habiendo transcurrido el día, luego de mi almuerzo, desayuna darme un baño de espuma en la tina para liberarme un poco de la ansiedad que tuve hace algunos días y me estaba devorando. Media hora después, salgo más relajada y me dirijo al ropero para elegir el atuendo especial en mi salida con Grethel de esta noche. Necesito cambiar mi rutina, divertirme, conocer gente nueva y que realmente disfrute de la vida, creo que me lo merezco después de estar tantos días encerrada en mi apartamento.
Cerca de las siete de la noche, me pongo mi vestido rojo perfectamente asustado y con los tacones brillantes. Ni siquiera tengo intención de colocarme ropa interior porque la verdad hoy quiero olvidar todo lo que James hizo conmigo.
Una vez que estoy lista me coloco labial rojo intenso sobre mis labios y difumino mis ojos de un negro intenso, que hace ver mi mirada más salvaje, más seductora, más sexy. Me pongo perfume al rededor del cuello y dejo que mi cabellera esté suelta. Esta noche tengo que ganar, tengo que brillar y no regresaré a casa hasta que borre cada huella de los dedos de ese maldito.
Media hora más tarde, tomo mi bolso y bajamos al estacionamiento hasta donde se encuentra el coche de Gretel.
—¡Definitivamente esta noche estás para matar a cualquier hombre!— lo dijo sonriendo burlonamente— ni siquiera ha quedado el rastro de la mujer de hace algunas horas o incluso hace algunos días atrás. Hasta podría deducir que quieres pescar a algún chico.
En realidad estaba en lo cierto, esta noche iba de cacería y juro que ningún hombre me verá la cara de tonta o incluso que me lastime tanto como lo hizo James. De ahora en adelante solo los veré como objetos sexuales. Nada de sentimientos de por medio y mucho menos complicaciones.
—Exageras, amiga, pero te agradezco por tu comentario—le devuelvo la sonrisa—y espero que a las dos nos vaya bien.
—Por supuesto que nos irá bien a ambas.
Nos subimos al coche y en menos de unos quince minutos estábamos a las puertas de la discoteca. La misma discoteca a la que asistimos con frecuencia.
Acá tenemos a un buen amigo llamado Max, de inmediato se alegra cuando nos ve llegar. Por supuesto, somos sus consentidas, sus ángeles como dice el y gracias a eso no necesitamos hacer fila para entrar al lugar. Siempre ha sido enamorado de mí amiga. Lástima que él no sea de su tipo, sin embargo eso no evita que sigamos siendo sus chicas favoritas.
—Es muy temprano para que las estrellas estén cayendo—sonríe con gran emoción—, pues soy el gran afortunado en chocar con un par de ellas.
Ambas empezamos a reírnos gracias a sus halagos.
—Somos de las estrellas más brillantes—Grethel, se acerca a él de manera seductora y le da un beso en corto—y hemos venido a dejar nuestra estela en la pista de la discoteca.
—De eso no tengo duda, están en el lugar indicado—Desliza su mano derecha de arriba hacia abajo sobre la silueta de mi amiga.
—Paciencia, macho—le dice deteniendo su mano—algún día será, pero esta no está noche.
Ambas empezamos a reírnos porque sabemos que esa noche nunca llegará. Empezamos a caminar en el interior de la disco, dejando atrás los gritos y abucheós de las decenas de personas que estaban esperando en la fila por una oportunidad para entrar a la discoteca y todos se están quejando molestos al vernos entrar con facilidad.
Una vez que ya estamos adentro no hay nadie que nos detenga, las luces de neón y la música a todo volumen comienzan a hacer efectos en nuestros cuerpos. No dirigimos a la barra y nos sentamos en un par de sillas que estaban frente al bartender.
—Hola, Jared. Empieza a servir un sin número de tragos.
Ordena Grethel, mientras yo estoy viendo todo el panorama.
Nos acomodamos un poco mientras estamos esperando por nuestros tragos.
—Acá tienen mis chicas favoritas—nos sirven los dos tragos con elegancia—espero los disfruten.
Jared era un chico bastante estimado de nuestra parte.
Ni siquiera ha pasado un minuto cuando mi amiga ya había pescado a la próxima victima de la noche.
—¿Me regalarías el honor de bailar contigo, preciosa?
Era un chico bastante alto, de cabello negro y alborotado, se acerca de manera seductora tratando de sorprender a mi amiga, sin imaginarse el pobre que él seducido va a terminar siendo el.
—Pero por supuesto que si, cariño—lo dice con una voz seductora. Se levanta de la silla y puedo notar a lo inmediato como se mueve la garganta de ese chico cuando ve a mi amiga de pies a cabeza—vayamos a demostrarle a estas personas de que estás hecho.
Camina delante de él , mientras contonea sus caderas de manera muy exagerada para fulminar con sus movimientos a su pobre víctima.
Mientras Grethel despliega su ataque impecable, yo me quedo disfrutando de la bebida, me giro en dirección de la pista y observo como mi amiga es tan perversa. Restriega su trasero contra la pelvis del chico y empieza a mover todo su cuerpo. Definitivamente ese chico estaba a punto de ser devorado por mi amiga. Este comienza a deslizar sus manos por las curvas de mi amiga y sonrió porque evidentemente mordió el anzuelo.
El acento hermoso y la voz grave detrás de mi espalda, hace que mi cuerpo empiece a vibrar cuando le pide a Jared que le sirva un trago.
—Quiero de tu mejor whisky, Jared.
Enseguida estoy tentada a voltear y ver a quien le pertenece esa hermosa voz que hizo que mis pelos se erizaran como hace mucho no lo hacía. Sin embargo, mantengo mí porte, pero atenta a cada palabra que el desconocido chico pronuncia mientras se encuentra detrás de mí. —Como usted desee, Jack. Por cierto que bueno verlo de nuevo por acá. Bienvenido.—Gracias, Jared. Te aseguro que de ahora en adelante me vas a ver con más frecuencia por este lugar. Sigo escuchando su voz y no me lo creo, me tomo el trago de una sola vez y así tener la excusa para voltear y terminar con la inmensa intriga que me produce el querer saber a quién le pertenece esa excitante voz.—Jared, Sírveme otro trago por favor— pronunció con mi voz un poco temblorosa al igual que mi cuerpo mientras espero, puedo sentir la mirada de ese chico sobre mí. Me olvido de mi tonta timidez y al igual que lo hizo mi amiga, saco mis armas de seducción y saco toda la artillería pesada posible. —¿Perdiste a alguien igual que
UNOS MESES DESPUESAbro uno de los cajones de mi ropero y me alegra encontrar uno de los porta retratos donde Salimos Juana y yo, abrazándonos. Había olvidado que lo había dejado escondido allí. Recuerdo a la perfección que dos semanas más tarde y obligado por mis responsabilidades, tuve que volver a la oficina para finalizar los planes de un nuevo centro comercial que nuestra empresa estaba a punto de empezar a construir en el corazón de la ciudad.Mi sufrimiento en ese momento era evidente. Las terribles ojeras alrededor de mis ojos, la barba descuidada y mi mal genio, fueron una prueba más que evidente del terrible momento por el que estaba pasando. Aun así, estaba llena de coraje, uno que realmente no tenía y me obligué a continuar con mi vida normalmente... si esta forma de vida se puede llamar normal.Cuando llegué a la oficina, lo primero que vi fue la maldita foto en mi escritorio. En un impulso de furia, aniqué todo lo que había allí. Afortunadamente, soy el socio mayoritario
ROSESalimos y con su mano incluso en la parte inferior de mi espalda, fuimos al aparcamiento. Me sorprende cuando nos detenemos frente a una motocicleta increíble y no puedo evitar dejar de sorprenderme imaginando cómo me subiré a ella con mi vestido corto, mis enormes tacones altos y rematar sin usar ropa interior. Me siento abandonada cuando me quita la mano de la cintura y el intenso frío golpea la zona donde hasta hace unos segundos sentía un calor intenso.—¿Es ahí donde iremos?Pregunto asombrada mientras señalo con el dedo a su motocicleta. Nunca imaginé que mi primer enganche sería con un vehículo motorizado. ¡Maldita sea! Qué sorpresa.—Obviamente, hermoso.Responde con un tono burlón, mientras lucho entre la idea de rechazar la propuesta y volver al club de nuevo.—¿Te has dado cuenta de la forma en que estoy vestida?Le pregunto con indignación y completamente molesta con su actitud despreocupada.—Por supuesto que lo he notado—, me desnuda con su mirada sin ninguna vergüe
MaxwellYa he dado el primer paso para sacar a Juana de mi cabeza. Enganchar a una chica esta noche ha sido muy fácil. Nunca pensé que después de haber perdido la práctica, una vez que decidí hacerlo, no tuviera problemas para conseguirlo. Y juro por Dios que me he llevado a la mujer más hermosa del lugar.Hay algo en ello que me resulta familiar. Aun así, no puedo entender por qué siento que la conozco en algún lugar. Aunque lo pienso muy bien, ¿cómo podría olvidar un monumento así si lo hubiera conocido antes?Entramos en el aparcamiento del hotel. Puedo sentir su temblor mientras está pegada a mi espalda. Apago la motocicleta y antes de poder ayudarla a bajar, lo hace sola, con un poco de inestabilidad.Me quito el casco y lo guardo en el compartimento. Voy a ella para quitarle el suyo y luego lo guardo al lado del mío. No puedo evitar mirarla una y otra vez, es una mujer extraordinariamente hermosa. Sus ojos contrastan con su pelo y las pequeñas pecas regadas por su cara. Sus lab
—Por favor, entra.Da un soplo de sorpresa y se aleja apresuradamente de mí.—Gracias.Apenas puede hablar. Puedo notar la emoción en el tono de su voz. No sé por qué, pero algo me dice que esta experiencia es tan nueva para ella como para mí. ¿Es posible que ambos nos atreviéramos a dar un paso como este la misma noche y esa oportunidad nos haya hecho encontrarnos de esta manera? Sonrío ante ese pensamiento loco. ¿Cómo se me ocurre una idea así?Entro y voy tras ella. Sin apartar los ojos de su trasero redondo y boca arriba.—¿Quieres algo de beber?Me atengo a su espalda y le susurro muy cerca de su oreja.—Sí, por favor.Le beso el cuello, porque quiero sentir cómo le afecta mi tacto y, como lo asumí, la hago temblar.Me alejo de ella y camino al bar para ir a tomar unas copas. No me gusta lo que me está haciendo sentir, así que estoy buscando distancia, para calmar esta extraña ola de sensaciones que me está poniendo bastante nervioso.—¿Qué quieres beber?— Hay whisky, cerveza, vi
Se instala entre mis piernas y sube a una de ellas sobre sus caderas, mientras me besa de nuevo con tanto deseo que todos los pelos de mi cuerpo inevitablemente se levantan. Le devuelvo el beso con la misma pasión con la que lo está haciendo. Sus besos son cálidos y profundos. Alterna besos con chupar la lengua y termina mordiéndome suavemente el labio inferior.—Déjame quitarme la ropa e ir a buscar un condón nuevo.Me lo dice con una voz profundamente ronca. Y me da un beso antes de levantarme de la cama.Lo veo alejarse para recoger algo del suelo. Puedo ver lo que cayó al suelo mientras me empujaba contra la pared. Era su cartera, en la que guarda los preservativos que lleva consigo.—Solo me quedan un par más—, me dice mientras los levanta en la mano y vuelve a mí, —y planeo hacer muy buen uso de ellos.Pronuncia con confianza en si mismo.Empieza a desnudarse lentamente sin apartar la mirada de la mía. Doy pequeños soplos de aire, cuando poco a poco se descubre tu piel y puedo v
MAXWELLMe derrumbé sobre su cuerpo. Mi corazón está agitado y me sorprende el glorioso momento que acabo de compartir con ella. Juana nunca me hizo sentir así y ser consciente de ello despierta todas las alarmas dentro de mí.Incluso contra mis propias convicciones, la beso en el hombro, pero necesito tomarme un momento a solas para recuperar el control de mis emociones.Me levanto de la cama y voy al baño. Ninguno de nosotros ha dicho ni una sola palabra después del majestuoso orgasmo que hemos disfrutado... mejor entonces, no quiero decir nada fuera de lugar que complique aún más esta extraña e inquietante situación.Una vez dentro, cierro la puerta. Camino hasta el fregadero y sostengo las manos hasta el borde con todas mis fuerzas.¡Maldita sea! ¿Qué coño me está pasando? No puedo permitir que un buen momento de sexo nuble mi comprensión y me anime a dar un paso equivocado. Especialmente después de lo que acabo de sufrir con Juana.Tengo que meterme en la cabeza que esto es solo
El sol estaba más intenso que nunca y empieza a acalorarme, acomodo mis senos o bueno, lo poco que tengo dentro de las copas de mi vestido, mientras acomodo las medias de color negro que hacen ver mis piernas mucho más hermosas de lo que son. Deslizo las manos por todo mi cuerpo mientras me observo frente al espejo y aún no me lo puedo creer, afortunadamente el vestido de color rojo que me estaba probando quedaba perfectamente ajustado en mis curvas. Esta noche es una noche muy especial y quiero verme súper sexy y deseable. Mi propósito es que hoy James, mi novio se vuelva loco cuando me mire y pierda la cordura al punto que hagamos el amor como un par de locos. Tenemos alrededor de un mes que no nos miramos. Ya llevamos tres años juntos y ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Nuestra relación no ha sido todo color de rosas, siempre hemos tenido altibajos y todo por su trabajo. Constantemente tiene que viajar a otros países y cada vez los viajes duran mucho más, siento que s