La suave luz del amanecer filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando el dormitorio con tonos cálidos. Daniel y Kyra están acurrucados en la cama, envueltos en sábanas suaves. Después de hacer el amor por segunda ocasión, se rindieron ante el sueño. A pesar de que Daniel era un hombre con décadas en la tierra, era la primera vez que se rendía a una mujer de esta manera. Por primera vez su cuerpo no quería apartarse de la fémina que tenía a su lado. Podía escuchar su corazón latir, su respiración profunda y sentir su aroma. Daniel se estiró perezosamente y bostezó, sintiendo la comodidad de la cama. Kyra, aún medio dormida, se acomodó más cerca de él, buscando su calor. Daniel tomó el mentón de Kyra y lo elevó a su altura para poder besar sus labios con suavidad. Ella soltó una sonrisa al sentir la suave caricia en su boca. —Buenos días. —bostezó Kyra. Se sintió feliz de encontrar a Daniel a su lado, que esta vez no se fue y la dejó sola, en esta ocasión no solo se q
¡Ah! ¡Ah! Un sonido aterrador de la madera crujiendo y las ramas rompiéndose resonaba en la quietud del bosque. Daniel, estaba atrapado en un torbellino de emociones, descargaba su furia en la naturaleza que lo rodea. Cada golpe a un árbol parece ser un intento desesperado de liberarse de los lazos emocionales que lo atan.El aire estaba cargado de tensión, como si la energía liberada por cada árbol destrozado resonara en el bosque. En su frenesí, parece luchar contra una tormenta interna, una tormenta alimentada por el dolor de un amor imposible.Las gotas de sudor caían sobre su pecho desnudó. Sus músculos perfectos de marcaban ante el esfuerzo de su cuerpo.Creyó que después de esa noche, junto a Kyra, podría deshacerse fácilmente des sus sentimientos hacia la humana. Pero fue mucho peor. Hacer el amor con ella solo provocó que esos sentimientos acrecentarán. Tomó uno de los troncos que había arrancado desde el suelo y lo lanzó varios metros. Solo trataba de sacar su frustración
—¡Daniel!… ¡Daniel! Gritó desesperada Kyra.Todo a su alrededor estaba oscuro. —Daniel…De pronto escuchó un par de risas detrás de su espalda, se giró pero no encontró a nadie. Las risas se intensificaron y Kyra no sabía que hacer.Le daba terror estar en este sitio.—¡Ayuda! —gritó.Sentía el corazón en la garganta. Sus gritos cada vez más desesperados en busca de Auxilio.—¡Ayudaaaa! —cerró sus ojos con fuerza y al abrirlos se encontró en un sitio desconocido. No tan desconocido ya que era la casa del anciano. Ella estaba recostada en sillón. Al instante recordó en donde se encontraba. Sin pensarlos dos veces se puso de pie. Al parecer nadie estaba en la casa. Era su oportunidad para escapar.Llegó hasta la puerta de salida y salió de prisa. Su sorpresa fue encontrarse con un cielo oscuro, el sol se ocultó y la noche se hizo presente.Kyra dio un fuerte suspiro y confiando en ella misma empezó a caminar tratando de alejarse de la casa y buscando una salida.El viento golpeaba con
—¿Estás seguro de tu decisión? —preguntó Benjamín. —No tengo otra opción. Daniel estaba decidido, debía enviar a Kyra a otro sitio, no podía seguir poniendo en peligro a la manada y a ella.—No le faltará nada, me encargaré de proporcionarle lo necesario y demás. Y también quiero que la acompañes, eres la única persona en quien confío.—Claro que sí amigo. Puedes contar conmigo.Benjamin conocía muy bien a su amigo y la decisión que tomó fue también dolorosa para él. A pesar de insistir Daniel no cambió de opinión, quería a Kyra fuera de la casa. Salió de la habitación y se dirigió a la de Kyra en donde ella y su hermana esperaban con ansias la respuesta. Kyra quería una pizca de esperanza a que Alfa cambiara de opinión.—Lo siento, no pude hacer nada. —les anunció—. Es mejor que empecemos a preparar maletas.—¿Empecemos? —inquirió Amelie —Voy a acompañarlas, mientras vivan en la tierra de los humanos.Los ojos de Amelie se iluminaron, Benjamin estaría con ellas, no todo estaba p
La luz del sol se filtraba a través de las cortinas de seda, bañando la estancia en un suave resplandor dorado. Kyra acarició lentamente su abultado vientre, mientras desempacaba sus cosas en la lujosa casa que ahora sería su hogar. No podía negar que extrañaba la mansión, aunque la casa no estaba nada mal. Hace mese si alguien le hubiera dicho lo que su vida cambiaría después de una rutinaria Cira con el médico, nunca hubiera creído que todo esto le pasaría. Desde un inicio su embarazo había sido una sorpresa y cambio su vida por completo. Independiente de sus sentimientos, ella estaba feliz por ese pequeño cachorro que se desarrollaba en su vientre. Se veía atrapada entre dos mundos: el humano y el sobrenatural. —¿Qué destino nos espera, pequeño? —pensó Kyra, sintiendo un ligero movimiento en su vientre. Ella sonrió ante los inquietantes movimientos. Sonrió al sentir al pequeño cachorro. Sin duda alguna era digno hijo de un Alfa. Después de desocupar su maleta y colocar sus obj
»—¡Amelie! —gritó con fuerza Kyra. Benjamín y su hermana se separaron de inmediato. Ambos con sus caras de asombro de ver a Kyra en la habitación. —¡Hermana…!—Kyra, vamos a explicarte…—¡Sal de aquí, Benjamín! —gritó Kyra. —Kyra, tranquila, —su hermana intentó calmarla—, No es lo que tú piensas. —¡¿Ah no?! Entonces, ¿qué es lo que hacen, jugar? —Queremos darte una explicación, esto no es algo serio. —habló Benjamín. —¡Sal Benjamín! —ordenó de nuevo—. Tengo que habar seriamente con mi hermana. Kyra se dio la vuelta y se cruzó de brazos esperando a que Benjamín se vistiera y saliera de la habitación. Cuando lo hizo, Kyra enfrentó a su hermana. —¿Qué es lo que pasa por tu cabeza? —Ya te lo dijo Benjamín, no es nada serio, no hagas un drama de todo esto. Digamos que estamos juntos. —¿Juntos? ¿Cómo puedes estar con un hombre lobo? —replicó Kyra, incrédula—. Mira lo que me pasó a mí. No quiero que te lastimen. Nunca podrás estar con él, eres un pasatiempo. —Lo sabía desde un pri
Las manos de Daniel se aferraron al volante, sus nudillos se blanquearon mientras estacionaba frente a la pintoresca casa cubierta de hiedra que Kyra ahora llamaba hogar. Apagó el motor y se quedó inmóvil, un centinela del anhelo y el arrepentimiento, mirando a través de la ventana manchada de lluvia mientras esperaba su presencia. El mundo exterior era una mancha de acuarela, pero su propósito era muy claro: enfrentar el abismo entre sus mundos.Desde que la vio alejarse de la mansión Storm, sintió un gran dolor en su corazón. Un sentimiento genuino, nada fingido, por primera vez sintió lo que significaba un corazón roto. Bajó del auto e ingresó a la casa que había elegido para la madre de su cachorro. Escogió una de las casas más grandes y lujosas, quería lo mejor para ella, puesto que se lo merecía. Al ingresar escuchó silencio, se encontró con la sorpresa de que nadie ocupaba la casa. Se acercó a una de las ventanas que daban directo a la entrada. Los minutos transcurrieron com
Kyra permaneció en el umbral, un centinela del dolor, mientras la silueta lupina de Daniel se disolvía en las garras de la noche. La luna, testigo agridulce de su despedida, pintó rayas plateadas en sus mejillas surcadas de lágrimas. Esa imagen la recordaba Kyra con dolor.Había pasado un mes, pero el tiempo hizo poco para aliviar el dolor grabado en lo más profundo de su corazón. No solo su relación con Daniel cambió por completo, sino también con su hermana. Amelie la culpó de que Benjamín ya no continuara con el romance que mantenían. Así que ella todos los días salía temprano a trabajar y regresaba por las noches, siquiera dirigirle la palabra, Miró hacia el cielo, estrellado, teniendo como testigo a la hermosa luna. Estos últimos días las visitas de Daniel fueron cortas y apresuradas. Platicaban muy poco y sus preguntas eran las de siempre: ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo? —La luna llena es mi preferida—susurró para sí misma, envolviendo sus brazos alrededor de