Después de una desgarradora batalla en donde los hombres lobos fueron los triunfadores. Kyra bajó hasta el jardín para ayudar a los heridos. Se quitó los zapatos para poder moverse con facilidad.Félix, el hombre que la llevó hasta un lugar seguro, iba detrás de ella. El jardín parecía la culminación de una guerra. Identificó a Daniel entre los heridos. —¡Daniel! —exclamó. Corrió hacia él y tomó su rostro. Tenía rastros de sangre e incluso se podían ver algunos rasguños en su cara y brazos. —Kyra, vete para adentro. —le ordenó. —No, tengo que ayudar. —Benjamín ya se está encargando de ello. —Pero, necesitan ayuda. Fue en busca de Benjamín para ofrecerse como voluntaria. Su hermana Amelie también se presentó minutos después. Querían sentirse útiles en la manada, muchos estaban ayudando y ellas también lo querían hacer. Benjamín les entregó algunas bolsas de algodón y un líquido especial para el tratamiento de las heridas. Ellas no dudaron en acercarse a los hombres lobo y sanar
El bosque estaba envuelto en la penumbra de la lluvia persistente, donde cada gota formaba un telón de plata que envolvía los árboles altos y frondosos. La mujer, con su corazón latiendo con desesperación, corría entre los troncos mojados, sus pasos resonando en la humedad del suelo.La lluvia caía con intensidad, como agujas frías que perforaban la piel. Su ropa empapada se adhería a su cuerpo, y el viento susurraba entre las hojas, llevando consigo el lamento de la tormenta. La mujer avanzaba con rapidez, el cabello oscuro pegado a su rostro mientras el manto de agua la envolvía.En sus brazos, apretando con fuerza al pequeño bebé, la mujer buscaba refugio entre la maleza espesa. Las ramas crujían bajo sus pies y las espinas rasgaban su piel, pero la urgencia de la huida le daba fuerzas. La respiración agitada se mezclaba con el estruendo de la tormenta, creando una sinfonía caótica a su alrededor.A medida que se adentraba más en el bosque, la oscuridad se cerraba a su alrededor, y
En la oscura noche, la luz tenue de la luna llena ilumina la habitación donde Daniel observa en silencio a una humana dormida. La humana que le está haciendo sentir cosas extrañas. Su mirada refleja la lucha interna entre su naturaleza salvaje y el deseo de protegerla, de tenerla a su lado. Se acerca de manera silenciosa y se arrodilla quedando a la altura de su rostro. El suave murmullo de la noche es interrumpido por el latir de su corazón, su boca está entreabierta, lo tentaba a probar sus tiernos y delgados labios. Una obsesión se estaba originando. Nunca le prestó atención cuando era su secretaria en la oficina, al tratarse de una humana simplemente él la ignoraba como mujer. Se puso de pie y la dejó descansar. Salió de la habitación y cerró despacio la puerta. Después de largas horas en ayudar a los heridos, podían ir a descansar, pero tan solo faltaban dos horas para que amaneciera. Daniel comino y llegó a su estudio, ahí lo esperaban varios líderes de la manada y tamb
Un debate interno existía en aquel ser mitad hombre, mitad animal. Su padre le enseñó a sobreponer a la manada por delante de cualquier deseo propio. Ellos eran Alfas líderes, de quien dependía la sobrevivencia de la manada.Pero aquel anciano lo dejó confundido. ¿Sería Kyra la culpa libre de lo que sucedía en el territorio de la manada? Benjamin su amigo, ingresó al estudio minutos después de que el anciano se retirara.—¿Qué fue lo que te dijo? —cuestionó Benjamin.Sin embargo; Daniel permaneció en silencio. Por primera vez sentía que no debía repetir las palabras de aquel anciano.—Daniel, los líderes esperan tu respuesta.—No tengo una respuesta concreta, redoblaremos la seguridad en las fronteras de las estaciones. Además de incluir algunos guerreros como guardias en el territorio de los osos para que el ataque de anoche no se vuelva repetir.Daniel se dirigió a la venta y la abrió, subió uno de sus pies.—¿Qué estás haciendo? —preguntó Benjamin —Dale mis instrucciones a los lí
Kyra tomó su bolso y salió de su habitación para dirigirse a la salida. Convenció a Benjamín de tener una cita en el hospital, así que Felix espera por ella para llevarla a su destino. Pasó a la cocina por un hermético y después salió de la mansión. Miró hacia la ventana que daba a la habitación de Daniel, consciente de que él no se encontraba ahí. Tenía más de veinticuatro horas de no verlo y de cierta manera lo extrañaba. Por eso decidió ir a visitarlo con uno de sus platillos favoritos. Acarició su vientre y caminó hasta el auto.—Buenos días, Félix. —saludó —Buenos días, señorita. —abrió la puerta del auto y extendió su mano para que Kyra ingresara.Cerró la puerta e ingresó a su lugar para empezar a conducir. De reojo vio a Kyra a través del retrovisor y recordó la discusión que escuchó la noche anterior.Sacudió su cabeza y arrancó el auto para avanzar.—¿A dónde la llevo, señorita? —preguntó.—Iremos primero al edificio de las empresas Storm y después iremos al parque cerca
Dos miradas, era como si una pelea interna ocurriera entre el humano y el hombre lobo.Daniel olfateó desde su oficina la fragancia de Kyra, era inconfundible y la tenía granada en su memoria. Al salir de la oficina se encontró con una escena desagradable. Kyra estaba con un hombre, un desconocido, y al parecer tenían una conversación hostil. Se acercó justo en el momento que escuchaba palabras desagradables. —¿Quién es el tipo? ¿Quién es ese imbécil? De seguro fue una aventura de una noche y que ni siquiera lo amas.—Dante, basta ya. —Dime quién es…¿Quién es? Daniel no pudo evitarlo, así que intervino. —Soy yo… Yo soy ese tipo, Daniel Storm.Dante miró a Daniel de pies a cabeza y el Alfa hizo lo mismo. Sus ojos se encontraron con los del hombre lobo en un enfrentamiento de miradas que parecía trascender lo físico. Los segundos se alargaron como si el tiempo mismo estuviera detenido. La tensión en el aire era palpable, una mezcla de desafío y rencor era evidente.—Daniel, él está
—Te quiero solo para mí. Kura se sentía aturdida por las palabras de Daniel, no sabía si era una declaración, propuesta o afirmación.Sin embargo; no podía apartarse de él, sus besos eran posesivos y sensuales a la vez.¡Toc, toc, toc! ¡Toc, toc, toc! ¡Toc, toc, toc! Alguien tocó la puerta de manera desesperada. Se trataba de Agatha, buscaba una excusa para interrumpir a las dos personas dentro de la oficina de Daniel. En vista de que no abrían tocó con insistencia. —Daniel tocan la puerta. Habló Kyra entre besos. Pero este ignoró su comentario al igual que los toques en la puerta. Estaba inmerso en los labios de Kyra, no quería parar.¡Toc, toc, toc! Con enojo se separó de Kyra, puso su manos a un lado del escrito. Dio un fuerte suspiro y después ayudó a Kyra a bajar del escritorio.—¡Adelante! —gritó y se sentó en su. Silla detrás del escritorio. Kyra por su parte tomó asiento en uno de los sillones. Sentía sus labios hinchados por ese apasionado beso, pero sin embargo, ell
Kyra se lanzó hacia los brazos de Daniel. No le importó que esté se encontrara mojado. Solo quería sentir el calor de su cuerpo. Sé sintió angustiada al ver la tempestuosa lluvia. —¿Estás bien? —le preguntó Kyra al mismo tiempo que tomaba su rostro con sus manos. —Todo está bien. —respondió, las manos de su rostro. Su tono de voz era frío y distante. —Gracias Señor. —Le agradecieron las madres de los cachorros que fueron rescatados.Les brindó una sonrisa y caminó en dirección a la casa. Kyra siguió sus pasos de prisa. Daniel caminaba a paso rápido como si tratara de escapar de ella.—¡Daniel! —expresó Kyra. Pero este la ignoró, subió de prisa por las escaleras e ingresó a su habitación.—¡¿Qué rayos te pasa?! —le gritó —Déjame solo, Kyra. —exclamó al mismo tiempo que tomaba una toalla y secaba su cabello mojado. —¿Qué fue lo que hice ahora? En un principio todo era romántico contigo y ahora me tratas con indiferencia.—¡Vete Kyra! —espetó con fuerza, provocando un pequeño susto