—Hoy es el día. —Anunció Amelie a su hermana.Habían transcurrido casi dos meses de que Kyra supo la noticia del embarazo y hoy Benjamín le anunció que se realizaría la primera ecografía. A pesar de las circunstancias del embarazo, a Kyra le hacía ilusión poder conocer a ese pequeño ser dentro de ella. Las dos mujeres salieron de la habitación y bajaron hasta la puerta principal en donde Benjamín las esperaba. Abrió la puerta trasera para que Kyra ingresara. Antes de que ocupara lugar, ella miró hacia arriba, justo donde se encontraban las ventanas de la habitación de Daniel. Llevaba varios días de no verlo. Lo escuchaba llegar y también cuando se iba, pero no había cruzado ni una sola mirada, esto después de que ella quedara semidesnuda delante de él. Fue un arranque de enojo, de frustración, solo quería ser escuchada por el hombre que la tenía en una gran mansión. —Kyra, vamos. Se dio cuenta de que su hermana ya dentro del auto, al igual que Benjamín. Se quedó perdida un moment
Un leve movimiento y los labios de ambos terminaron juntos. —¡Kyra! —Amelie interrumpió el momento. Daniel y Kyra se separaron ante la intervención—. Lo siento, solo…Daniel fue el primero en salir de la habitación. Entre tanto, Kyra lanzó un suspiro. —Llegaste justo a tiempo. —¿A tiempo? Arruiné el momento, ustedes estaban a punto de besarse. —No… —se negó Kyra —Era evidente, tu sexi jefe estaba a punto de besarte. Es guapo, con dinero y un lobo alfa. Es el hombre perfecto. Deberías intentar enamorarlo. —sugirió Amelie, ella pudo notar las chispas que la pareja causaba. —Solo tenemos una cosa en común: Un hijo. Después no podemos soportarnos uno al otro. ¿Recuerdas al odioso jefe del que hablaba todos los días? Sigue siendo el mismo. —Pero es guapo. —Vámonos Amelie. Kyra abrazó a su hermana por los hombros y salieron de la clínica. Llegaron hasta el estacionamiento en donde Benjamín las esperaba, pero para su sorpresa Daniel también se encontraba ahí acompañada de Agatha. N
Amelie despertó muy emocionada, era un gran día, una gran fecha, el cumpleaños de Kyra. Siempre lo celebraron con un pequeño pastel con su abuela, las tres en su apartamento. Pero ahora todo era distinto. Estaban en una gran mansión y su hermana esperaba al cachorro del Alfa, merecía una fiesta.Fue en búsqueda de Benjamín, ya que era el único que podía ayudarla.—Buenos días —saludó al Doctor, quien estaba a punto de irse a la ciudad.—Hola Amelie, buenos días.—Necesito un favor. Hoy es el cumpleaños de Kyra y quiero preparar una pequeña fiesta sorpresa.—¿En qué te puedo ayudar? —Quiero ir a la ciudad para comprar algunas cosas para un pastel que voy a cocinar y algunos adornos para adornar.Benjamín abrió la puerta para Amelie para que esta ocupara el lugar de copiloto.—Esto lo sabe Daniel.—Bueno, no. Nadie lo sabe. Solo tú. ¿Crees que se enoja si hago esto por mi hermana? —A Daniel no le gustan las fiestas, pero me encargaré de convencer para hacer este pequeño detalle.—No
—Te juro que yo no puse nada extraño al pastel. —Amelie seguía reclamando por su inocencia ante su hermana. —Sé que no lo hiciste, siento que es un truco de Agatha, esa mujer no quiere que estemos en la manada. —Ella me lo advirtió, dijo que iba a expulsarme de la manada y lo cumplió. El señor Storm no va a quererme que me quede en la mansión. —Yo voy a encargarme de Daniel, tú vete a tu habitación y no salgas hasta mañana. —Pero…Kyra. —Obedece, confía en mí. —Pero si él me echa no es necesario que me acompañes, tú sí debes quedarte aquí. —Vete a tu habitación Amelie. Kyra estaba firme en su decisión, no abandonaría a su hermana. Estaba más que segura que Agatha fue la culpable del polvo en el pastel. Iba a defender a su hermana. Kyra observó desde la ventana, vio como los niños salían de la mansión. Se encontraban mejor, algunos iban saltando, estaban felices. Leyó que el polvo de plata podía ser mortal para los hombres lobo, esa información era algo que su hermana no tenía
—Gracias Benjamín, eres increíble. —Kyra agradeció al doctor, puesto que se ofreció a llevar y traer a Amelie. La hermana de kyra iba a retomar su trabajo en la ciudad y de paso iba a cancelar el apartamento que rentaban y traer las pocas pertenencias que dejaron. —Lo hago con gusto. —respondió Benjamin.—De vez en cuando le deberías enseñar buenos modales a tu alfa. —mencionó Amelie. Ella seguía enojada, puesto que mantenía su inocencia y que todo lo ocurrido con el pastel de la fiesta de cumpleaños de Kyra, fue una trama de Ágatha. —Debemos estar agradecidas que permitió que te quedaras, además lo mejor es que regreses al trabajo. —mencionó Kyra. Amelie se cruzó de brazos y se acercó a su hermana.—Lo único bueno de todo esto es que el guapo doctor va a Llevarme y traerme. —susurró al oído de Kyra. Desde hace días Amelie sentía cierta atracción por Benjamín, ¿quién no podía hacerlo? Si además de ser inteligente era guapo. Muchas mujeres lobas se sentían atraídas por aquel hombre
Tic tac Tic tacEl sonido del reloj y su respiración agitada acompañaba a Kyra en la habitación. Giró al otro lado de la cama y volvió a mirar la pantalla de su teléfono. Esperaba la llegada de su hermana, su única aliada en la manada. Necesitaba distraer su mente. Sus pensamientos estaban sumergidos en aquel beso prohibido en las aguas termales.Su corazón no podía parar de latir con fuerza solo de pensar en el sensual beso. El escenario se prestó para que el momento fuera perfecto y que sus cuerpos no pudieran evitar tal acción.Pasó el dedo por sus labios y esbozó una sonrisa. Ese beso había sido magnífico.¡No! Se negó y se dio una cachetada mental. No podía enamorarse de él. Era un amor prohibido, él un hombre lobo y ella una humana. Mientras sus pensamientos divagan en el beso, se dio cuenta que no había analizado lo que sucedería después del nacimiento del pequeño cachorro. ¿Podría criar a su hijo? ¿Se quedaría por siempre en la manada? ¿Qué pasaría entre ella y Daniel?
Kyra despertó alegre, feliz y desconocía la razón. Se levantó muy temprano y tomó una ducha. Su rostro irradiaba alegría. Si sonrisa comparada a la de gato Cheshire. Peinó su cabello negro, maquilló su rostro y tomó la caja de terciopelo que recibió por Daniel.Sacó el collar y lo puso en su cuello. El brillante dije iluminó su rostro. Era hermoso y lucía muy bien colgando desde su garganta. Salió de su habitación, justo en el momento que el Alfa salía de la suya. Volvieron a encontrarse y los recuerdos fueron inevitables para ambos. Ese apasionado beso. Sus miradas podían decir más que mil palabras, el deseo entre ambos era evidente. Después aquella caricia bajo las aguas, algo se transformó, algo cambio dentro. Sus corazones empezaban a latir al mismo ritmo, una complicidad se originó. Daniel desvió su mirada hacia el cuello de Kyra y observó su regalo. Lucía perfecto en ella. Cuando fue a la joyería, y vio el dije en forma de luna, supo que era el ideal. —Buenos días. —Kyra
El auto de Daniel se estacionó frente a la mansión. Regresaba junto a Agatha después de un largo día de trabajo. Hoy más que nunca necesitaba descansar. —Puedo darte un masaje si lo deseas. —sugirió Aghata, a lo que Daniel se negó.—Realmente solo necesito mi cama y esperar que amanezca.—Nos vemos mañana. —Agatha se acercó a su Alfa y besó en comisura de sus labios. Aprovechaba cada momento para acercarse a Daniel de manera sugestiva.Ella se alejó y él aprovechó para avanzar a su habitación. Estaba cansado de su vida rutinaria, extrañaba cuando simplemente salía al bosque a correr, moverse entre los árboles, mientras los destellos de la luna plateada guiaban su camino.Salió de la habitación y subió a la parte más alta de la mansión. Desde allí podía ver la enorme luna, radiante e imponente.Aprovechando la soledad, se convirtió en su forma animal. Un majestuoso lobo con pelaje gris, sus ojos dorados fijos en el horizonte donde la luna ascendía majestuosamente. Daniel subió a los