Daniel se encontraba en una de las habitaciones de la casa, la que ocuparía Kyra, durante su estancia en la mansión.Caminaba de un lado a otro, esperando por Benjamín y Kyra. Su amigo le envió un mensaje cuando localizó a la humana.Se quedó parado frente a la ventana, hasta que los vio llegar. Tenía preparado su discurso y sobre todo las reglas para imponer. Siguio en la misma aposición hasta que ingresaron a la habitación.Daniel se giró, miró de manera furiosa a Kyra. Antes de que pudiera decir una palabra, Benjamín habló. —Ella sabe la verdad. Conoce nuestro verdadero origen.—¿Tú se lo dijiste? —inquirió Daniel.—Yo lo descubrí. —intervino Kyra.—Mientras trataba de escapar, otra vez. —Solo estaba buscando mi libertad.—Benjamín, déjanos solo. —ordenó Daniel, ignorando el comentario de su secretaria.—No. —se negó Kyra—. Es mi médico, ¿no? Necesito que se quede aquí.Daniel le dio una mirada de rabia.—Voy a quedarme. —Benjamín se sentó en uno de los sillones en la habitación
Te has comunicado al teléfono de Kyra, deja un mensaje después del t…Era como la décima llamada que Amelia a Kyra, su hermana. Habían pasado más de veinticuatro horas y no tenía noticias de ella. Lo último que supo es que había ido a un chequeo médico y no regresó. Hizo un último intento de llamada, pero la respuesta fue la misma, solo la voz de la operadora era la única que respondía. Tomó su mochila, guardó su teléfono y salió del apartamento con rapidez. Ya no podía seguir esperando, así que decidió que lo mejor era levantar una denuncia ante la policía. Se sentía aterrada solo de imaginar que algo malo le había sucedido a su hermana. Salió del edificio y caminó en dirección a la parada de buses. Mientras lo hacía se percató de que un vehículo la estaba siguiendo. Era de color oscuro y elegante. Decidió poner a prueba lo que se estaba imaginando. Caminó más rápido y el auto aceleró, tomó la primera salida y el vehículo estaba ahí de nuevo. Sintió miedo y preocupación, había v
—¡Ya estoy de vuelta! —anunció Benjamín desde la puerta de su amigo. Quien estaba con la mirada hacia afuera a través de la ventana. En su mano tenía un vaso de licor. —Desobedeciste mis órdenes —. Habló con una voz fría. —Lo hice por Kyra y el cachorro, ella tenía derecho de ver a su hermana. —¿Y la manada? ¿Acaso de te has puesto a pensar en eso? Kyra está aquí porque no tuve otra opción, por un estúpido error tuyo. Y ahora te atreves a traer a otra humana cuando fui claro que no quería más humanos en la aldea. —Voy a hablarte como médico y no como amigo. Kyra está con niveles altos de estrés y tus actitudes no le ayuden si insistes comportarte, de esa manera ella podría perder al cachorro.—¡Eso nunca! —Daniel lanzó el vaso que tenía en la mano hacia el suelo. —Son dos simples humanas que cualquier integrante de la manada e incluso un niño podría acabar con ellas con un ataque. Kyra está embarazada y Amelie solo es una chiquilla, no le harán daño a nadie. —No quiero que en la
—¡Órdenes, órdenes y ordenes! Es lo único que él puede decir. Me sentí tan humillada. Kyra se quejaba de la actitud de Daniel, la obligó a pedir disculpas cuando la ofensa fue dirigida hacia ella. Lo peor de todo fue observar como Agatha se burlaba de ella y tenía una sonrisa de satisfacción al recibir las órdenes de Daniel. —Deja de caminar de un lado a otro, me tienes mareada. Además, puede ser malo para el bebé. De repente, Kyra sintió una gran náusea y corrió hacia el baño. Se posicionó en el retrete y se desahogó. Emelie fue de inmediato a ayudarla, recogió su cabello y se quedó junto a su hermana hasta que ella se sintiera mejor. Kyra se sentó en frío azulejo y miró hacia el techo —No entiendo por qué a mí. —habló Kyra—. Solo fui por un chequeo médico y terminé embarazada de un hombre lobo. —Debemos agregar que ese hombre lobo es tu jefe. —añadió Amelie. —Gracias por recordármelo. Kyra limpió su boca y regresó a la cama. —No sé que voy a hacer Amelie, no imaginé estar
—Hoy es el día. —Anunció Amelie a su hermana.Habían transcurrido casi dos meses de que Kyra supo la noticia del embarazo y hoy Benjamín le anunció que se realizaría la primera ecografía. A pesar de las circunstancias del embarazo, a Kyra le hacía ilusión poder conocer a ese pequeño ser dentro de ella. Las dos mujeres salieron de la habitación y bajaron hasta la puerta principal en donde Benjamín las esperaba. Abrió la puerta trasera para que Kyra ingresara. Antes de que ocupara lugar, ella miró hacia arriba, justo donde se encontraban las ventanas de la habitación de Daniel. Llevaba varios días de no verlo. Lo escuchaba llegar y también cuando se iba, pero no había cruzado ni una sola mirada, esto después de que ella quedara semidesnuda delante de él. Fue un arranque de enojo, de frustración, solo quería ser escuchada por el hombre que la tenía en una gran mansión. —Kyra, vamos. Se dio cuenta de que su hermana ya dentro del auto, al igual que Benjamín. Se quedó perdida un moment
Un leve movimiento y los labios de ambos terminaron juntos. —¡Kyra! —Amelie interrumpió el momento. Daniel y Kyra se separaron ante la intervención—. Lo siento, solo…Daniel fue el primero en salir de la habitación. Entre tanto, Kyra lanzó un suspiro. —Llegaste justo a tiempo. —¿A tiempo? Arruiné el momento, ustedes estaban a punto de besarse. —No… —se negó Kyra —Era evidente, tu sexi jefe estaba a punto de besarte. Es guapo, con dinero y un lobo alfa. Es el hombre perfecto. Deberías intentar enamorarlo. —sugirió Amelie, ella pudo notar las chispas que la pareja causaba. —Solo tenemos una cosa en común: Un hijo. Después no podemos soportarnos uno al otro. ¿Recuerdas al odioso jefe del que hablaba todos los días? Sigue siendo el mismo. —Pero es guapo. —Vámonos Amelie. Kyra abrazó a su hermana por los hombros y salieron de la clínica. Llegaron hasta el estacionamiento en donde Benjamín las esperaba, pero para su sorpresa Daniel también se encontraba ahí acompañada de Agatha. N
Amelie despertó muy emocionada, era un gran día, una gran fecha, el cumpleaños de Kyra. Siempre lo celebraron con un pequeño pastel con su abuela, las tres en su apartamento. Pero ahora todo era distinto. Estaban en una gran mansión y su hermana esperaba al cachorro del Alfa, merecía una fiesta.Fue en búsqueda de Benjamín, ya que era el único que podía ayudarla.—Buenos días —saludó al Doctor, quien estaba a punto de irse a la ciudad.—Hola Amelie, buenos días.—Necesito un favor. Hoy es el cumpleaños de Kyra y quiero preparar una pequeña fiesta sorpresa.—¿En qué te puedo ayudar? —Quiero ir a la ciudad para comprar algunas cosas para un pastel que voy a cocinar y algunos adornos para adornar.Benjamín abrió la puerta para Amelie para que esta ocupara el lugar de copiloto.—Esto lo sabe Daniel.—Bueno, no. Nadie lo sabe. Solo tú. ¿Crees que se enoja si hago esto por mi hermana? —A Daniel no le gustan las fiestas, pero me encargaré de convencer para hacer este pequeño detalle.—No
—Te juro que yo no puse nada extraño al pastel. —Amelie seguía reclamando por su inocencia ante su hermana. —Sé que no lo hiciste, siento que es un truco de Agatha, esa mujer no quiere que estemos en la manada. —Ella me lo advirtió, dijo que iba a expulsarme de la manada y lo cumplió. El señor Storm no va a quererme que me quede en la mansión. —Yo voy a encargarme de Daniel, tú vete a tu habitación y no salgas hasta mañana. —Pero…Kyra. —Obedece, confía en mí. —Pero si él me echa no es necesario que me acompañes, tú sí debes quedarte aquí. —Vete a tu habitación Amelie. Kyra estaba firme en su decisión, no abandonaría a su hermana. Estaba más que segura que Agatha fue la culpable del polvo en el pastel. Iba a defender a su hermana. Kyra observó desde la ventana, vio como los niños salían de la mansión. Se encontraban mejor, algunos iban saltando, estaban felices. Leyó que el polvo de plata podía ser mortal para los hombres lobo, esa información era algo que su hermana no tenía