Daniel presionaba el acelerador como si fuera partícipe de una carrera de la fórmula uno. —Si sigues manejando de esa manera, ni siquiera vas a conocer a tu cachorro. —Nada se va a interponer. Benjamín voy a tener a mi heredero. Mi primer hijo. —dijo con ilusión, tuvo que pasar un siglo para que Daniel Storm, engendrara a su primogénito. Podía parecer un hombre frío, sin sentimientos, pero tener un hijo, un heredero para la manada era su ilusión. Llegaron al edificio de Kyra. Pero antes de bajar, Benjamin lo detuvo.—Tenemos que armar un plan. No es fácil para ella esta noticia. Imagínate cuando se entere que en su vientre tiene al hijo de un hombre lobo. —No puedo dejarla en este apartamento, ahora me importa la seguridad y bienestar de mi hijo. Te lo dije en tu clínica, nada va a detenerme. Si no me quieres acompañar, te puedes ir.—Haz lo que quieras, pero no me pidas que me vaya, porque como médico tengo que estar cerca. Los dos bajaron del auto y subieron por las escaleras
—Señorita, usted está embarazada…Kyra abrió sus ojos de un solo y se encontró en un sitio desconocido, estaba aturdida y confundida. Recordó el último sitio en donde estuvo: El parque. Claramente, no se encontraba en ese lugar. Se sentó sobre la cama y se admiró al ver la lujosa habitación en la que estaba. Sofisticada, elegante, con un toque de misterio. Hasta la cama en donde se encontraba, era fina. Tocó las sábanas, eran de seda. Nunca había estado en un sitio como este.De pronto la puerta de la habitación se abrió. Y reconoció a la persona. —Hola Kyra. —la saludó.—Doctor, ¿es esta alguna habitación premium del hospital? —preguntó con incredulidad Kyra.Benjamín soltó una pequeña carcajada por la ocurrencia. —No, no es una habitación premium del hospital. Pero pasarás mucho aquí, desde ahora este será tu nuevo hogar.—Ja, ja, ja. Doctor, usted hace bromas muy seguido, primero el embarazo y ahora esto, estoy pensando en creer que estoy en algún programa televisivo de cámar
Kyra despertó y se encontró de nuevo en la misma habitación. Tocó su cuerpo con sus palmas y agradeció estar con vida. Recorrió su mirada por toda la habitación y se detuvo en la ventana. Ahí se encontraba un hombre que le daba la espalda. No era el médico, se trataba de otro hombre. ¡El padre del bebé en su vientre!La espalda le era familiar, al igual que su fragancia. —Señorita White. —pronunció al mismo tipo que se giraba. —¡Señor Storm! —suspiró. Kyra quedó sorprendida de ver a su jefe en la misma habitación. Un recuerdo divagó por su mente unos segundos. Lobo gris, convertido en hombre, en su jefe. ¿Había sido un sueño? —¿Qué hace usted aquí? —preguntó. —Resulta que usted está ocupando mi cama... —habló. —¿Su cama? Es decir, que esta es su habitación y entonces…—se quedó callada, analizando, significaba una sola cosa. —Soy el padre del bebé que lleva en su vientre. Kyra sintió que su presión arterial bajaba a tal grado que casi se desmayaba. Ella estaba embarazada de
Kyra observó con atención a la mujer frente a ella. De inmediato la reconoció, no podía olvidar su rostro. —Esta habitación ya está ocupada. —Está equivocada porque me asignaron a esta habitación. —Deberá esperar que me atiendan primero. —¡Túúúú! Reclamaron ambas mujeres. Agatha también la recordaba en el incidente del hospital. A pesar de que Benjamín y Daniel no le contaron la verdad, ella logró escuchar algunas de sus conversaciones. El cachorro del alfa ya estaba puesto en el vientre de otra mujer. Se decepcionó al pensar que su oportunidad de convertirse en la esposa del gran Alfa de la manada se había desvanecido. Pero si sus sospechas eran acertadas, la jumaba frente a ella no era una rival, así que existía la posibilidad de convertirse en la esposa de Daniel Storm. —¡Ayúdame, por favor! —suplicó Kyra—. No quiero estar aquí, tengo que regresar a la ciudad. —No puedo hacer eso, porque estaría traicionado a la manada. Kyra no entendió el término manada en la convers
Kyra aprovechó la oportunidad y escapa de nuevo, esta vez desciende por los escalones tratando de ser sigilosa. En cada paso que avanzaba se asombraba de la enorme mansión en la que se encontraba. Sabía que su jefe era millonario, pero al ver su casa podía asegurar que era multimillonario. No entendía por las que su jefe recurrió a la inseminación artificial, cuando podía tener a cualquier mujer para ofrecerle un hijo. Kyra escuchó unas voces cerca de ella, así que corrió hacia la primera puerta que encontró. Para su suerte era la salida. Se encontró con un enorme jardín. Hermosos y elegante, estaba adornado por flores de diversos colores, arbustos y un par de fuentes. Las cuales tenían forma de lobos aullando hacia el cielo. Sacudió su cabeza para seguir su camino, ya que tanta belleza la dejó encantada. Tomó el camino de piedra y lo siguió hasta que este se dividió en cuatro. No sabía cuál elegir, así que utilizo una estrategia confiable para tomar la decisión correcta. —¡Tin ma
Daniel se encontraba en una de las habitaciones de la casa, la que ocuparía Kyra, durante su estancia en la mansión.Caminaba de un lado a otro, esperando por Benjamín y Kyra. Su amigo le envió un mensaje cuando localizó a la humana.Se quedó parado frente a la ventana, hasta que los vio llegar. Tenía preparado su discurso y sobre todo las reglas para imponer. Siguio en la misma aposición hasta que ingresaron a la habitación.Daniel se giró, miró de manera furiosa a Kyra. Antes de que pudiera decir una palabra, Benjamín habló. —Ella sabe la verdad. Conoce nuestro verdadero origen.—¿Tú se lo dijiste? —inquirió Daniel.—Yo lo descubrí. —intervino Kyra.—Mientras trataba de escapar, otra vez. —Solo estaba buscando mi libertad.—Benjamín, déjanos solo. —ordenó Daniel, ignorando el comentario de su secretaria.—No. —se negó Kyra—. Es mi médico, ¿no? Necesito que se quede aquí.Daniel le dio una mirada de rabia.—Voy a quedarme. —Benjamín se sentó en uno de los sillones en la habitación
Te has comunicado al teléfono de Kyra, deja un mensaje después del t…Era como la décima llamada que Amelia a Kyra, su hermana. Habían pasado más de veinticuatro horas y no tenía noticias de ella. Lo último que supo es que había ido a un chequeo médico y no regresó. Hizo un último intento de llamada, pero la respuesta fue la misma, solo la voz de la operadora era la única que respondía. Tomó su mochila, guardó su teléfono y salió del apartamento con rapidez. Ya no podía seguir esperando, así que decidió que lo mejor era levantar una denuncia ante la policía. Se sentía aterrada solo de imaginar que algo malo le había sucedido a su hermana. Salió del edificio y caminó en dirección a la parada de buses. Mientras lo hacía se percató de que un vehículo la estaba siguiendo. Era de color oscuro y elegante. Decidió poner a prueba lo que se estaba imaginando. Caminó más rápido y el auto aceleró, tomó la primera salida y el vehículo estaba ahí de nuevo. Sintió miedo y preocupación, había v
—¡Ya estoy de vuelta! —anunció Benjamín desde la puerta de su amigo. Quien estaba con la mirada hacia afuera a través de la ventana. En su mano tenía un vaso de licor. —Desobedeciste mis órdenes —. Habló con una voz fría. —Lo hice por Kyra y el cachorro, ella tenía derecho de ver a su hermana. —¿Y la manada? ¿Acaso de te has puesto a pensar en eso? Kyra está aquí porque no tuve otra opción, por un estúpido error tuyo. Y ahora te atreves a traer a otra humana cuando fui claro que no quería más humanos en la aldea. —Voy a hablarte como médico y no como amigo. Kyra está con niveles altos de estrés y tus actitudes no le ayuden si insistes comportarte, de esa manera ella podría perder al cachorro.—¡Eso nunca! —Daniel lanzó el vaso que tenía en la mano hacia el suelo. —Son dos simples humanas que cualquier integrante de la manada e incluso un niño podría acabar con ellas con un ataque. Kyra está embarazada y Amelie solo es una chiquilla, no le harán daño a nadie. —No quiero que en la