Daría todo por dormir, pero no, siempre tengo que trabajar y soportar a Violetta.
O a otro ser humano más insoportable aun.
— ¡Hermano! — grita a todo pulmón mi amigo Ryan con quien me gradué de la universidad.
Dios, llevártelo lo más lejos que puedas. Me tape el rostro con la sábana molesto, ¿Cómo demonio entró a mi apartamento?
— ¡¿Qué quieres, Ryan?! — le devolví el grito mientras me paro y me dirigía al baño, pero no entro y me quedo en el pasillo que tiene mi recámara.
Se escuchaba algo y cuando yo escucho algo extraño es porque algo malo pasa, salgo del cuarto y miro al primer piso.
—¡¡Ryan!! —grité a más no poder, estoy enojado, me empezaba a hervir la sangre.
— ¿Si? — pregunta tan inocente el desgraciado que tengo por amigo.
— ¿Qué hace un tiburón blanco en mi apartamento? — pregunto más calmado, el doctor que por cierto es mi cuñado me dijo que tenía que guardar reposo y encima no enojarme.
O se me sube la tensión, sabes destacar que me volví un alcohólico hace unos años, pero tranquilas, estuve en recuperación y aquí estoy, mi tensión sufre y mi hígado igual por esa misma razón.
— Oh, te presento a mi bebé Tipititi — dice.
— ¿Tipititi? ¿Quién demonio le pone de nombre "Tipititi" a un tiburón? — es que no tiene ¿cerebro?
Bajamos y el animal se veía más grande que desde arriba.
— Hermanito, quiero que cuide de mi bebé, así que adiós el deber me llama — dice dejándome a mí y al tiburón de 2,90 metro, es más grande que yo.
— Tipititi, hi and bye, bye — subo a mi recámara y me tomo una ducha para relajarme y pensar qué hacer con el tiburón que se encuentra en mi sala, también tengo que ir a preguntar de cómo demonios pudo meter al tiburón y su pecera a mi pent—house. De un momento a otro se escuchó un grito femenino.
— Por el amor de Dios y todos los Dioses y santos que existen en la tierra y en el más allá como diría mi abuela, ¿Quién es ahora? — salgo de la ducha dudando en si salir con el paño amarrado a la cintura o ponerme algo decente, segunda opción mejor, me pongo uno vaqueros oscuro y una camisa de algodón gris y descalzo, salgo y me encuentro a Violetta abajo en la primera planta.
Esta mujer no me dejara en paz, por culpa de ella, Max terminó conmigo y desde la distancia y aun peor por mensaje.
— ¡¿Raulín, que hace esta bestia aquí?! — grita preguntando desde la sala de abajo, desde aquí se puede apreciar el interior de la pecera de Tipititi y también a la pelinegra que arruinó mi relación de casi un año, le tengo cierto rencor.
— Si no quieres ver a Tipititi, vete por donde viniste o... ¿me pregunto que come? — bajo las escaleras hasta llegar a donde se encuentra.
— ¿Prefieres a esa bestia ante que a mí? — obvio que prefiero al tiburón mil veces.
Raúl tranquilízate mira lo que dijo el doctor o ¿Quieres morir joven? Si, si quiero morir ahora.
— Violetta, no me encuentro para nada bien, por favor... vete — digo mientras señalo la puerta, de pronto llega mi salvación hecha mujer.
— Violetta, ¿Qué haces aquí?, ¿no ves que el señor Owen's necesita descansar? No puede estresarse demasiado, ni una pica, así que por favor por las buenas o por las malas — dice Vicky, mi asistente, una gran amiga y ex amiga de Violetta.
Razón por la que no son amigas: Desconocida.
— Bien, ya me voy. Adiós, mi Raulín — dice y me trata de besar pero no logra su objetivo solo besa mi mejilla y se va tirando la puerta.
Suspiro y me tiro en el sofá de cuero negro en forma de L.
— Gracias, Vicky.
— No hay de que, ¿Qué hace un tiburón blanco a mitad de la sala? — pregunta curiosa señalado el acuario del tiburón.
— Ryan...
— ¿Ese estúpido que tienes por amigo? — se arregla sus lentes y un mechón rojizo, ella odia a Ryan por muchísimas razones de las cuales también desconozco.
— Si, Vicky ella es Tipititi, Tipititi ella es mi asistente Vicky — digo presentándolas como si fueran personas, Tipititi la saluda con la aleta e igual Vicky con la mano sorprendida.
— Tipititi, es muy inteligente, ¿Eh? — halaga Vicky, puede que Ryan no tenga cerebro pero es un buen entrenador cuando se lo propone, claro.
— ¿Te tomaste la pastilla? — pregunta mi cuñado que entra por la puerta.
¿Pero cómo entran todos a mi casa?, ¿Mi seguridad está en riesgo?
Lo veo entrar a la cocina.
— Vicky, llama al dueño del edificio tengo una queja por arreglar — digo con mi barbilla en el sofá, todavía estoy en este maldito sofá.
— Ya lo llamaré.
— ¡Vicky!
— Dime... — dice con el teléfono a centímetros de su oreja derecha.
— Después que lo llames, me dices los planes, es tan aburrido estar en mi apartamento, ¿verdad, Tipititi? — digo volteando a mirarla y ella mueve la cabeza.
— ¿Quieres que me mate tu hermana si no tomas tu pastilla o qué? — Juan, mi cuñado el cual se casó con mi hermana Rita hace 10 años y tiene una niña y un niño. La verdad, no me gustan los niños, lloran mucho, hacen mucho ruido, desordenan y un montón de cosas. — ¿Por qué no sales este fin de semana? — vuelve a preguntar mientras me tomo la pastilla.
—Déjame pensarlo — suspiro sin pensar en nada — No.
Mientras más me hundo en mi aburrimiento, ¿Para qué salir si me van pedir autógrafo y todo eso?, ser un arquitecto, salir en portadas de revistas, muchas cosas y eso de ser muy famoso, encima de millonario, cuesta mucho trabajo.
— El dueño vendrá en cualquier instante y aquí tienes una carpeta con todos los planes, citas y otras cosas — dice Vicky entregándome una carpeta color salmón, los dos salen y se van.
Me pregunto, ¿Qué hubiera pasado si no viniera a España a estudiar en primer lugar?
Es una pregunta que me he hecho desde que Max terminó conmigo aquel frio noviembre. Tanto pensar hizo que en cuestión de segundo me quedara dormido.
*Recuerdo*
— ¡Me aceptaron en la universidad de Madrid! — grito emocionado, me volteo y veo a Max parada en el marco de la sala de mi apartamento.
—Así que te vas a España, que bueno —sonríe un poco triste, me paro de la silla y camino hasta quedar frente a ella.
— Max... no, no, no llores... mira podemos estar juntos aunque sea a larga distancia, podemos hablar por vídeo chat, por W******p y hasta por F******k y email — digo, mientras lágrimas tras lágrimas salen de sus hermosos ojos, limpio sus rosadas mejillas.
— Está bien, no quiero que dejes tus sueños por mí, pero mira idiota si te veo con una chica ya me perdiste ¿okey? — dice señala dome, le sonrió y bajo mis manos hasta abrazarla fuerte como si fuera acabarse el mundo.
—Okey, de verdad ¿te gusta tanto ese libro que te regale? Como se llama ah sí... ¿bajo la misma estrella?— ella asiente.
Es tan pequeña es una enana, nos llevamos 7 años de diferencia, tuve que hacer de todo porque sus padres me aceptaran tenía 23 y ella 16.
En ese entonces estaba estudiando arquitectura ya tenía dos años en eso y me iba a España a estudiar lo que me restaba pero ante de eso estudie medicina y trabaje en un buen hospital allá en Venezuela.
*Fin del Recuerdo*
El timbre suena haciendo que abra mis ojos despertándome del sueño que tenía con Max.
— ¿Quién es? — claro como si alguien fuera a contestar.
— Soy tu hermana — habla y me paro a abrirle la puerta, por fin alguien que toca la puerta ante de entrar a mi casa, como una persona civilizada.
Risas se empieza a escuchar, cuando abro la puerta encontrándome a los hijos de mi hermana mayor.
Mis... sobrinos.
— ¡Tío Raúl! — saludan Juliana y Rafa, ambos pequeños rubios.
— Hola, hermano, ¿no te molesta que haya traído a los niños? Sabes muy bien que Richard es un irresponsable — dice entrando e igual los niños, Richard es mi hermano menor, Rita es la mayor yo le sigo y Richard el menor.
— Odio que traigas a los niños, sé que Richard es un irresponsable pero le gusta los niños — sé que soy muy del otro mundo pero la verdad no me agradan y tengo mis razones.
— Por Dios, son tus sobrinos, que pasaría si tu "esposa" quiere tener hijos o que quedará embarazada tu "novia", la vas a obligar que aborte o... Ya hemos hablado de esto, Raúl — ya estoy harto de que siempre venga con ese tema desde hace años — Bien, no diré más nada, pero hermano ya tienes 28 años, tienes que formar una familia o por lo menos casarte, mira que mamá es muy seria con quien te case — dice mi hermana, tiene razón pero algo me dice que espere un poco.
¿Quién cree en el destino?
Viernes, 11, Noviembre, 2022.— Max Moreno —Me levante a las 6 de la mañana cuando a esa hora era que me acostaba.Un milagro por cierto.Yo jamás me había levantaba tan temprano en estos últimos 7 años, me dirigí al baño y me tome una relajante ducha, salí sintiéndome bien conmigo misma y entre a mi cuarto mientras que sonabaafortunadamente no eres túdePaty Cantúen la radio, una canción súper vieja para este siglo pero que nunca pasa de moda como las canciones de los 90’s.Por Dios, por qué escucho canciones tan... románticas, y pensar que hace 5 meses atrás termine con mi novio de ese entonces, otro que tuve como era su nombre... ahJessiO’Brien,que bueno que termine con
— Raúl Owen's —La música del club sonaba mientras que Max tomaba de su piña colada sin alcohol, movía su cabeza escuchando la letra de la canción que no logro saber cuál es por estar mirándola después de casi 5 años sin verla.La observo de perfil, ya no hay rastro de la niña de 15 años que conocí, tampoco rastro de la chica de 17 años que deje en Venezuela al irme a España, su rostro muestra tranquila pero fastidio a la vez, sus ojos castaños claros siguen siendo los mismos con aquel brillo, aunque ahora no puedo ver su alma por la poca luz del lugar, mentiría si no dijera que no me encuentro enamorado, porque la verdad si estoy enamorado, sigo enamorado después de 5 años sin verla y de solo conformarme con sus fotos en mi vieja laptop nunca fue suficiente, si tan solo Max me diera la oportunidad de explicarle, &iq
Sábado, 12, Noviembre, 2022.07:54 a.m.— Max Moreno —La luz del sol que entraba por la ventana de mi cuarto no me dejaba dormir y me molestaba así que decidí voltearme al otro lado y abrazar la almohada, pero al darme cuenta de que 1. Yo no tengo ventana en mi cuarto y 2. La almohada no tiene cuadros duros ni piel suave.
—Raúl Owen's—No puedo creerlo, me acosté con Max, debí de contenerme, Dios, ¿Por qué a mí?, ¿Que he hecho para merecer esto?— ¿Cómo pudiste?, te acostaste con ella, cuando yo la quería — dice Ryan, ¿cuándo llegó él?— Ya deja lo estúpido, ¿vale? — en ese momento llega la persona que no quería que apareciera.Violetta...¿Hay algo más para que empeore esta mañana?— ¡Raúl!, ¿Qué es esto? — pregunta Violetta dándome una revista de alguna editorial reconocida.— Una revista — digo lo que era obvio.— Lo sé, querido... pero esto — dice señalando una imagen donde estaba yo y... ¿Max? Pero no se veía muy bien.— Emm...
— Dios mío, estás embarazada — Andy no paraba de caminar de un lado a otro como León enjaulado sin repetir esa frases una y otra vez, yo no podía creer que este idiota no se haya puesto un simple condón.¡Un maldito condón!—Dos horas después—— ¿Qué piensas hacer? — pregunta nerviosa sin dejar de caminar de una lado a otro.— Bueno... no sé, soy muy joven para ser madre y no estaba en mis planes ser madre, o sea no ahora y estoy muy nerviosa, la verdad no sé qué hacer — me encontraba sentada en su cama mientras que Andy se tranquilizaba o hacia un intento de tranquilizarse.— Bien, por lo menos no lo vas a abortar, ¿verdad? — ¿Yo?, ¿hacer tal semejante cosa?, jamás.— No, aunque estoy a favor del aborto y lo sabes
Despierto y me encuentro en una habitación desconocida, la luz blanca me encandila la vista, pude darme cuenta de algunos aparatos pegado a mi vientre al tocarme y moverme un poco quejándome del dolor.— ¿Cómo te sientes, Maxi? — volteo al escuchar encontrándome con Andy, ¿Que habrá pasado? ¿Qué hago aquí?— Bien... creo, ¿Qué hago aquí? — pregunte confundida.— Bueno... al parecer empezaste a botar sangre y te desmayaste, reacción a que los chicos se volvieron locos e histéricos y te trajeron aquí... me llamaron y bueno... él está afuera gracias a Richard, el tonto que tengo por entretenimiento, sabes y bueno... — hablaba nerviosa sentándose en el sofá de la habitación.— Un momento... ¿Raúl está afuera?— Si, así es, exacto, co
Allá afuera había un frío horrible, salimos de la habitación y Max solo miraba sus manos, no me gusta para nada que me ignore de esa forma tan fría, seguro que me odia en este mismo instante....Nos encontramos en mi auto, un Audi azul, en dirección a su apartamento, ya en la entrada puse seguro, Max movía la puerta del auto y no se abría hasta que por fin me dirigió una mirada pero de molestia, algo era algo.— ¿Me vas a dejar salir o qué? — pregunta fría.— Hasta que por fin te digna a hablarme — dije desafiante.— Bien, que te quede claro esto... yo no te voy a pedir que te hagas cargo ni nada por el estilo, ni te voy a amarrar a mí, así que eres un hombre libre — se cruza de brazos y mira al frente.— Sé que no me quieres amarrarme con el bebé, pero yo si lo har&
Cuando el enorme peluche se movió para un lado me encontré con la persona menos esperada...Raúl.— H-hola — saluda y le cierro la puerta en la cara, poniendo doble seguro.— Oye, eso es de mala educación, mira que ya pasamos por esto hace 7 años no crees que debas madurar un poco — ¿yo madurar? ¡ja! él es el que debe madurar ni siquiera usó condón el muy idiota de mi ex.— ¿Qué haces aquí? — pregunte fría y pensar que era otra persona.— Bueno, por lo que me entere, pasaras la navidad sola y luego pensé"yotambiénpasarelaNavidadsolo",y entonces se me ocurrió venir a acompañarte, ¿por qué no? — responde al otro lado de la puerta. Camino a mi sofá donde se encuentra Sebastiano jugando con su pelota de t