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5. Y de pronto... dos rayitas

—Raúl Owen's—

No puedo creerlo, me acosté con Max, debí de contenerme, Dios, ¿Por qué a mí?, ¿Que he hecho para merecer esto?

— ¿Cómo pudiste?, te acostaste con ella, cuando yo la quería — dice Ryan, ¿cuándo llegó él?

— Ya deja lo estúpido, ¿vale? — en ese momento llega la persona que no quería que apareciera.

Violetta...

¿Hay algo más para que empeore esta mañana? 

— ¡Raúl!, ¿Qué es esto? — pregunta Violetta dándome una revista de alguna editorial reconocida.

— Una revista — digo lo que era obvio.

— Lo sé, querido... pero esto — dice señalando una imagen donde estaba yo y... ¿Max? Pero no se veía muy bien.

— Emm... ¿qué pasa con eso? — dije sin más.

— Que me está engañando con otra, tontito…

— Oh no, espera, detén tu carro, Violetta, tú... y yo... no tenemos... nada... nada — lo dije de espacio — ¿Entiendes?, es más deja de venir a reclamar algo que ni siquiera estamos saliendo.

 — Eres un gilipolla, pero me encantas — ella está loca en el mal sentido, es una bipolar.

— Max Moreno —

— ¡Amor! — grita en mi oído mi mejor amiga Andy, ese es su apodo, su verdadero nombre es Andriana pero no le gusta e igual a mí, mi nombre verdadero.

— Hola — dije sin quejarme por su grito en mi oído.

— ¿Que tienes? Y ¿esos ánimos? — pregunta soltándome, sigo caminando a mi pequeña oficina.

— Bueno, que puedo decirte — me encojo de hombros dejando mi maletín en el escritorio para luego sentarme con la mirada de la morena encima. En ese momento llega Hugo.

— Ahora me vas a decir cómo conoces a Raúl Owen's — ordena, no quería escuchar ese nombre, ya ando harta.

— Emm... él... fue mi novio hace 6 años y terminamos hace 5 años y bueno, ¿por qué la pregunta? — Andy y Hugo quedaron sorprendidos, se miraron y luego me miran, ¿comente que son mellizos?

— Ah, que... ¡¿tú eras y fuiste su novia?! — pregunta algo alterado, ¿por qué tanto alboroto?, ni que fuera tan famoso.

— Oh y...  según mi hermano te fuiste con él, dime ¿Que hicieron? — Andy pregunta poniendo su mano en la cadera y la otra señalando a Hugo.

— Bueno... mm este... — estaba nerviosa si decirle o no, pero antes de que me sacaran todo, me salvó mi jefe llamándome a su oficina — Si me disculpan, me llaman.

Me levanto y salgo ante de escuchar hablar a Andy y Hugo.

— ¡La próxima te sacaremos toda la información, Maximiliana! — gritaron los dos al mismo tiempo, hermanos tenían que ser.

Lunes, 28, Noviembre, 2022.

 Unas semanas después —

Me encontraba en mi apartamento escuchando música con mi ropa más cómoda y haciendo la tesis en mi cama, bueno terminando la tesis, ya que no dejo nada para última hora, si, a lo largo de estos años tuve a que adaptarme a muchas cosas, tanto el horario, los días, el clima y otras cosas, agarro una papa frita, apunto de comer suena el teléfono.

— ¿Hola? — pregunto comiendo — Ajá, jefe... si lo sé... vale el viernes se lo llevo — cuelgo y vuelve a sonar el teléfono — Ahora que...

  Max, estoy en problema te necesito, estoy en el centro comercial…     te necesito ¡Max!

Cuelga el teléfono esa era Andy y no mi jefe, se encontraba en problema, me cambie y fui al centro comercial a la velocidad de la luz, gracias al taxis, claro, porque corriendo, ni loca.

Al llegar me encuentro a una Andy con una sonrisa maligna y comiendo helado.

¿Qué clase de amiga tengo?, debí de imaginarme que ella haría algo así para traerme de compras.

— Llegaste, Maxi — dice acercándose, apretó mi labio interior molesta — Vamos a la farmacia.

Y es así que vamos pero, ¿para qué?, yo pensaba que iríamos no sé a comprar ropa y eso, pero ¿ir a la farmacia? Entramos a la farmacia y Andy habló.

—Dame 5 test’s de embarazo... Y dos cajas de condones, por favor — dice y la mujer la mira como si fuera una especie rara, ya es otro siglo y aún existen personas con la mente tan cerrada,  lo busca y me río.

 Pero un momento ¿Por qué está comprando test’s de embarazo? Salimos y nos dirigimos a su apartamento que queda a dos cuadras donde vive con su hermano Hugo, la muy pendeja no se quiere independizar.

— Oye, para... ¿Para que las pruebas? y ¿los condones? — pregunte entrando a la sala de su apartamento.

— Son para mí, que pensabas que eran... — no termino la oración — Espera, dime ¿te acostarte con tu ex? — pregunta de golpe, trago saliva.

— Emm este... sí, pero él no es tan idiota como para olvidarse poner un... condón o... ¿sí? — me puse realmente nerviosa, yo... ¿embarazada? No, imposible.

¿Este mes me llegó?

La muy estúpida me puso nerviosa.

— Oh vamos, Max, y si ¿por culpa de la calentura no se puso uno? O por el simple hecho ¿se le olvido? Nada pierde con hacerte la prueba, ten, te doy dos y unos cuantos condones — me guiña el ojos, a veces me pregunto si es lesbiana — Ve al baño, te las haces e igual yo y saldremos de dudas — dice, me da los dos test y ella se va.

Ya han pasado 20 minutos y nos encontramos en su cuarto, mis test's están en la mesita de luz y los de Andy en la mesa de la computadora.

—Bien, según la caja tenemos que esperar 15 minutos y ya, ¿lista? — dice mi amiga, tira la cajita a su cama y se levanta a buscar lo suyo e igual yo — Salieron negativos ¡Oh si, bebé! terminare otro año más sin bendiciones.

Grita, me río, para tener 24 años, es muy libre con su vida. Me levanto de la cama y reviso nerviosa las pruebas esperando que sea una alarma como aquella primera vez pero mis lágrimas salen de mis ojos sin parar, veo a Andy y se alarma.

— Positivo... hay dos rayitas en cada... uno — ella se tapa la boca asombrada.

— ¡Oh... por... la... purísima virgen de la papaya, estás embarazada! — gritó dramáticamente, no sé si feliz o molesta. Esto no puede estar pasando otra vez.

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