— Raúl Owen's —
La música del club sonaba mientras que Max tomaba de su piña colada sin alcohol, movía su cabeza escuchando la letra de la canción que no logro saber cuál es por estar mirándola después de casi 5 años sin verla.
La observo de perfil, ya no hay rastro de la niña de 15 años que conocí, tampoco rastro de la chica de 17 años que deje en Venezuela al irme a España, su rostro muestra tranquila pero fastidio a la vez, sus ojos castaños claros siguen siendo los mismos con aquel brillo, aunque ahora no puedo ver su alma por la poca luz del lugar, mentiría si no dijera que no me encuentro enamorado, porque la verdad si estoy enamorado, sigo enamorado después de 5 años sin verla y de solo conformarme con sus fotos en mi vieja laptop nunca fue suficiente, si tan solo Max me diera la oportunidad de explicarle, ¿es tanto perdí una oportunidad?
De un momento a otro sonó una canción vieja de salsa de Frankie Ruiz.
— Me encanta esa canción — decimos al mismo tiempo, nos miramos y reímos, no sabía que a ella le gustara esa canción.
La miro a los ojos que brillan a causa de las luces del bar, esos mismos ojos que me quitaban el sueño.
— Oye, ¿Te gustaría bailar? — me pregunta cerca para poder escucharla, la miré sorprendido, ella pidiéndome bailar. No recuerdo cuando fue que bailamos juntos una canción.
— Vale.
Nos cansamos después de bailar tres canciones de salsas, nos devolvimos a la barra donde estábamos.
— Bailas muy bien salsa para ser español — dice sonriéndome y le sonreí, de algo sirvió todas esas clases de la abuela Gretta, en ese momento llega Ryan, como siempre arruinando mis momentos.
— ¿Por qué?, ¿por qué a él sí y a mí no? — le reclama en pregunta Ryan a Max.
— Bueno, no me agradan los hombres creídos y menos que me inviten a bailar apena me ven, es más me caes mal e igual a tu hermana Sarah, eso debe ser el por qué él sí y tú no — dice encogiéndose de hombros, me empiezo a reír, tan directa como siempre.
— Y ¿Tú de que te ríes? — me dice un Ryan molesto, se me acercó — Me has quitado mi presa — dijo mientras me moría de la risa, fue ahí que pare de reír al ver que Max había tomado una bebida con alcohol.
— Max, ¿Sabes lo que acabas de tomar? — la miró Hugo bien preocupado, la verdad es que, si Max toma un vaso de alcohol se emborracha enseguida, vamos a ver qué pasa ahora, espero que no se tire de un edificio o se meta en la playa o donde le parezca más divertido o se atreva a decir cosas.
— Rubio, vamos a bailar — Max se movía de un lado a otro, si, ya está borracha, me agarro de la mano y me llevo a la pista mientras que sonaba una bachata "Adicto" de Prince Royce y Marc Anthony.
Ella me baila donde no hay luces
Yo pago el precio, ella se luce Tantos recuerdos de aquel cuartico
Lo reconozco soy un adicto
Adicto a veinticinco horas Diez bailes al día Entras por la nocheSales por el día Veinticinco horas
Diez bailes al día Entro por la noche
Salgo por el día Lo reconozco soy un adicto
Fue en ese momento que me besó, varios recuerdos me vienen a la mente, aunque ella este borracha sus labios todavía conserva el sabor dulce, la canción terminó y ella salió del bar, tomo mi chaqueta y su cartera, Hugo se despide y la sigo, capaz y hacia una locura.
— Max, ¿A dónde vas? — le pregunte apenas la alcance, ella después no se acordara de nada pero no soy capaz de dejarla en ese estado.
— La noche es joven, vamos a divertirnos ¿Qué dices, rubio? — está completamente loca y borracha, así cualquiera se aprovecha.
— Ven, déjate de tonterías, te llevaré a tu casa, Max — soy estúpido ella ni siquiera va saber dónde vive ni menos borracha.
— Mi apartamento está por allá y por allá después cruzas por allá y volvemos aquí — dice señalado el cielo riéndose.
Paciencia, Raúl, paciencia, si es así.
La monto en mi Ferrari 488 GTB rojo de último modelo y arranco, capaz que mañana me mate, pero no la puedo dejar así y menos aquí. Después de 15 minutos llegamos a el edificio donde vivo, entre al estacionamiento subterráneo y bajamos del coche e entramos al elevador, toco el botón para llegar al último piso, hasta llegar a mi pent—house.
Max mueve las piernas de una a una mientras esta en mi hombro, esperemos que no me vomite como la última vez, esperemos también que no haga ninguna locura, bueno no era de esperarse, apenas llegar y bajarla de mi hombro salió del elevador gritando.
— ¡Hay que vivir la vida loca! — mientras que Max cantaba la canción de Ricky Martín que también salía en la segunda película de Shrek, yo abría la puerta de mi apartamento de dos pisos.
— Max, entra y deja de gritar que molestarás a la vecina — le digo, en mi piso solo hay tres pent—house, en uno vive una mujer de 40 para delante tiene mucho dinero y vive sola de vez en cuando vienen sus dos hijos de unos 18 años y 10 años, en el otro apartamento no vive nadie y por último mi apartamento.
Entramos y cerré la puerta, al darme cuenta, Max ya no estaba.
— Max, Max ¡¿Max, dónde estás?! — grite mientras me dirigí a la sala donde está la pecera de Tipititi, vi los tacones de Max tirados, rezando me di cuenta que Max estaba en la segunda planta a punto de tirarse a la pecera del tiburón — ¡Maximiliana, bajaste de ahí enseguida!
Ella me sonrió como si tuviera 10 años y puso una pierna en la reja y con el corazón a mil corrí subiendo en dos en dos los escalones de las escaleras hasta llegar a ella hasta tenerla de los brazos.
— Déjame, quiero tirarme — dice con ojos de perro abandonado. Esa mirada no tiene efecto.
— Ven, vamos debes descansar...— me interrumpió con un beso, la intente separar de mí pero no resistí cuando ya le estaba respondiéndole el beso.
Sé que es muy malo aprovecharse de ella estando borracha, solo será un besito pero sin darme cuenta ya estábamos en mi cuarto, mientras nos besamos, Max encima de mí me quitaba la camisa mientras le daba besos en el cuello, se movia quitándose el vestido quedando en un bonito ropa de interior blanco...
Sábado, 12, Noviembre, 2022.07:54 a.m.— Max Moreno —La luz del sol que entraba por la ventana de mi cuarto no me dejaba dormir y me molestaba así que decidí voltearme al otro lado y abrazar la almohada, pero al darme cuenta de que 1. Yo no tengo ventana en mi cuarto y 2. La almohada no tiene cuadros duros ni piel suave.
—Raúl Owen's—No puedo creerlo, me acosté con Max, debí de contenerme, Dios, ¿Por qué a mí?, ¿Que he hecho para merecer esto?— ¿Cómo pudiste?, te acostaste con ella, cuando yo la quería — dice Ryan, ¿cuándo llegó él?— Ya deja lo estúpido, ¿vale? — en ese momento llega la persona que no quería que apareciera.Violetta...¿Hay algo más para que empeore esta mañana?— ¡Raúl!, ¿Qué es esto? — pregunta Violetta dándome una revista de alguna editorial reconocida.— Una revista — digo lo que era obvio.— Lo sé, querido... pero esto — dice señalando una imagen donde estaba yo y... ¿Max? Pero no se veía muy bien.— Emm...
— Dios mío, estás embarazada — Andy no paraba de caminar de un lado a otro como León enjaulado sin repetir esa frases una y otra vez, yo no podía creer que este idiota no se haya puesto un simple condón.¡Un maldito condón!—Dos horas después—— ¿Qué piensas hacer? — pregunta nerviosa sin dejar de caminar de una lado a otro.— Bueno... no sé, soy muy joven para ser madre y no estaba en mis planes ser madre, o sea no ahora y estoy muy nerviosa, la verdad no sé qué hacer — me encontraba sentada en su cama mientras que Andy se tranquilizaba o hacia un intento de tranquilizarse.— Bien, por lo menos no lo vas a abortar, ¿verdad? — ¿Yo?, ¿hacer tal semejante cosa?, jamás.— No, aunque estoy a favor del aborto y lo sabes
Despierto y me encuentro en una habitación desconocida, la luz blanca me encandila la vista, pude darme cuenta de algunos aparatos pegado a mi vientre al tocarme y moverme un poco quejándome del dolor.— ¿Cómo te sientes, Maxi? — volteo al escuchar encontrándome con Andy, ¿Que habrá pasado? ¿Qué hago aquí?— Bien... creo, ¿Qué hago aquí? — pregunte confundida.— Bueno... al parecer empezaste a botar sangre y te desmayaste, reacción a que los chicos se volvieron locos e histéricos y te trajeron aquí... me llamaron y bueno... él está afuera gracias a Richard, el tonto que tengo por entretenimiento, sabes y bueno... — hablaba nerviosa sentándose en el sofá de la habitación.— Un momento... ¿Raúl está afuera?— Si, así es, exacto, co
Allá afuera había un frío horrible, salimos de la habitación y Max solo miraba sus manos, no me gusta para nada que me ignore de esa forma tan fría, seguro que me odia en este mismo instante....Nos encontramos en mi auto, un Audi azul, en dirección a su apartamento, ya en la entrada puse seguro, Max movía la puerta del auto y no se abría hasta que por fin me dirigió una mirada pero de molestia, algo era algo.— ¿Me vas a dejar salir o qué? — pregunta fría.— Hasta que por fin te digna a hablarme — dije desafiante.— Bien, que te quede claro esto... yo no te voy a pedir que te hagas cargo ni nada por el estilo, ni te voy a amarrar a mí, así que eres un hombre libre — se cruza de brazos y mira al frente.— Sé que no me quieres amarrarme con el bebé, pero yo si lo har&
Cuando el enorme peluche se movió para un lado me encontré con la persona menos esperada...Raúl.— H-hola — saluda y le cierro la puerta en la cara, poniendo doble seguro.— Oye, eso es de mala educación, mira que ya pasamos por esto hace 7 años no crees que debas madurar un poco — ¿yo madurar? ¡ja! él es el que debe madurar ni siquiera usó condón el muy idiota de mi ex.— ¿Qué haces aquí? — pregunte fría y pensar que era otra persona.— Bueno, por lo que me entere, pasaras la navidad sola y luego pensé"yotambiénpasarelaNavidadsolo",y entonces se me ocurrió venir a acompañarte, ¿por qué no? — responde al otro lado de la puerta. Camino a mi sofá donde se encuentra Sebastiano jugando con su pelota de t
Jueves, 12, Enero, 2023.Después de haber pasado una navidad con mi ex, que por cierto mi madre y mi hermana, no se creían nada de eso de que estoy embarazada de mi ex. El fin de año la pase con Andy ya que ella no quería ir a Sevilla a pasar fin de años con su familia y se hizo la excusa de que me tenía que cuidar. Ya ha pasado unos días desde que pasó año nuevo, desde entonces no he vuelto a ver a Raúl.Ese peluche me da miedo no deja de mirarme desde que me desperté hace rato, de un momento a otro mi teléfono suena, y como soy muy floja solo estiro mi brazo, lo tomo y contesto sin mirar.— ¿Con quién tengo el gusto de hablar? — al parecer el embarazo me tiene de buen humor.—Holasoyyo,felizañonuevo... ¿puedopreguntartealgo
— Y bueno eso fue lo que pasó... — termina de contarme Vicky.— Vicky, ¿Por qué no me lo dijiste antes? Violetta es una... — me pare pero suena su teléfono, lo sé porque el mío está en la isla de la cocina.Ella lo toma y me miro, asiento y contesta la llamada.— ¿Que pasó, Raquel?... ¡¿Qué?! Como que no puedes... no, no puedo llevarla conmigo... por favor, este viaje es importante... bien, entiendo... no hay de otras— y colgó la llamada.No puedo creer lo que diré...— No te preocupes, yo la cuidare... bueno Max la cuidara — es solo una opción, espero que diga que no.Soy paciente con los niños pero cuando dan otro nivel olvidasen de mí.— ¡Eres el mejor amigo del universo!— dice feliz saliendo del despacho y yo la sigo esperando que M