El ginecólogo se marchó después de darme la buena noticia de mi posible salida y los hombres se marcharon con él para hablar al respecto. Por lo que, Gabriela Delacroix fue quien se acercó a mí para acompañarme como mi madre debió hacerlo ahora. — Que bueno que ya tengamos claro qué será. Así podremos adecuar su habitación. Aunque, tenía la sospecha que era niño, necesitaba confirmarlo. — ¿Tenía la sospecha?— Los Delacroix llevan más de cinco generaciones siendo sólo hombres. Esta, sería la octava generación donde las mujeres, no desean ser parte de está loca familia y vaya que es bueno.— ¿Por qué?— ¿Has visto lo loco que son ellos? Un hombre no entraría a esta familia, por muy adinerada que sea. En cambio, para las mujeres es distinto. Las familias adineradas vuelven sumisas a las mujeres y por ello, aceptan toda locura que se les ocurra. — comenta Gabriela decepcionada. — ¿Usted tuvo que aceptar condiciones de ese señor? — pregunto y Gabriela asiente.— Lamentablemente, sí. Aun
Narrador Omnipresente Dos hombres fueron enviados para buscar a Kim, mientras más de veinte, estaban al pendiente de cualquier novedad que podría entorpecer el secuestro. Augustus Delacroix, no se había dado por vencido y por ello, había estado al tanto de la recuperación de Kim. Esta, que estaba tan bien, que podían darle hoy el alta. Pero, como debía tomarla sin levantar sospechas, había dado la orden que la supuesta salida, fuera dada un día después. Alessandro y sus padres habían tomado precauciones y estaban seguros de que él actuaría, pero no sabían cuándo ni cómo.El hospital que no era de él, fue comprado sin que nadie lo supiera, para poder disponer a su antojo el personal del lugar. Augustus no era de crear espectáculos. Todo lo tomaba sin tanto escándalo como lo hacía justo ahora.A Augustus, su nieto a cargo de la operación, le gustaba tener detalle de todo y por eso, tenía en su casa en Ámsterdam, las grabaciones de todo el hospital, donde veía como llevaban a su objetiv
Mientras Augustus, veía como todos los enfermeros y doctores, revisaban el estado de Kim, Alessandro manejaba a toda velocidad rumbo a la pista más cercana del hospital. Sabía que su abuelo no era tonto y como debía moverse sin afectar al bebé, no iba a complicar tanto las cosas, cuando podía llevarla lejos gracias a una pista cercana.La velocidad de su auto superaba los noventa kilómetros por hora, pero, poco le importaba si eso aumentaba la probabilidad de accidente, al saber que disminuir su velocidad, disminuía la probabilidad de encontrar a Kim.Su cuerpo estaba tenso mientras su corazón latía frenéticamente. Sabía que podía pasar y ello, era lo que le asustaba. Él no era el único, sus padres, llamaban desesperados mientras corrían a sus respectivos autos para ir personalmente a las pistas que un hombre de renombre como Augustus, podría usar. Lo que temían, estaba sucediendo y ya era poco lo que podían hacer si aún era posible hacer algo. Alessandro, pasaba los pocos autos que t
Augustus Delacroix observa cómo sin problemas, llega a Irlanda. Lejos de todo el drama de su nieto y también, notó la incompetencia del nieto que llevaba su nombre. Si de algo estaba seguro Augustus Delacroix era que sus hijos habían criado a hombres incompetentes. Su nieto mayor, Alessandro, había sido un criminal que, de milagro, no había sido asesinado cuando solo pensaba en matar por dinero que gastaba disfrutando de muchas mujeres. El segundo nieto, al que le había puesto su nombre esperanzado en que fuera tan inteligente como él, era un idiota adicto a la metanfetamina, las mujeres y hombres, como también, a las carreras ilegales. Era un caos en lo absoluto y Augustus, se había pasado su vida, arreglando sus desastres. A Alessandro le gustaba mantener el control y por eso, se había concentrado en perfeccionar su entorno. Había dejado su pasado criminal y loco, por tener el control del negocio de su familia y el control de las mujeres. Pero Augustus seguía en malos caminos y s
Narra KimLentamente me despierto, en busca de alguien o algo que me resulte conocido, pero todo a mi alrededor, es extraño para mí. Mi mente es un caos y yo, intento organizar todo mientras me levanto, escuchando el mar de fondo. ‘¿El mar? ¿Es ese sonido el mar?’ me pregunto mentalmente ‘No, eso no es lo que más te debe preocupar.’De inmediato, mis alarmas se activan al recordar lo que sucedió en el hospital e intento salir de la extraña habitación. Sin embargo, las puertas no ceden y no me atrevo a tocar, para no alertar a mis secuestradores. Si algo he aprendido de las películas de secuestro, es que lo que menos debes hacer, es llamar la atención de tus captores. Ya que, si pides auxilio, no sabes quienes vendrán y al estar en un lugar extraño como prisionera, lo más probable es que quien acuda a tu llamado, sea quien te tiene prisionera.Teniendo eso en cuenta, retrocedo lentamente, nerviosa porque me hayan escuchado y al no ver algún cambio, caminó por la habitación, buscando u
Me sentía impotente, quería gritarle cuán malo era por recurrir a estas medidas, pero estoy segura de que lo sabía y disfrutaba que le dijeran ello. Por eso, no iba a recalcar lo obvio e iba a intentar mantenerme calmada. No por hacer más fáciles las cosas para él, sino, por mi bebé. Porque, aunque mi bebé tenga relación con estás personas, no debo llenarlo de emociones y pensamientos sobre cuan malos son ellos. Ni mucho menos, perturbarlo y correr el riesgo de perderlo. Ya he tenido dos riesgos, un tercero es innecesario. ‘Piensa en algo, Kim. Debes persuadirlo de no matarte. Salir de este lugar, será difícil, pero si vives más tiempo, tendrás esperanza.’ Me digo mentalmente— Lo que hace no es justo ni nadie sale beneficiado. Mucho menos, mi bebé. — comento intentando hacerlo entrar en razón.— ¿Por qué lo dices? — No tendrá una madre que lo quiera.— No necesita eso. Yo no necesité a mis padres. Mi abuelo me instruyó y eso me ayudó a ser quien soy, sin puntos de quiebres, ni débi
Un mes después Narrador Omnipresente El tiempo corría aumentando el desespero de todos, Alessandro, seguía persiguiendo a su abuelo, pero no obtenía alguna respuesta. Estaba caminando entre círculos, sin algún avance, al punto de entrar en propiedades de su familia, donde solo está el mayordomo. — Amigo, te estimo mucho, pero las cosas no están dando los resultados que esperamos. A este punto, tendremos a la policía de Irlanda encima y aún seguiremos sin pistas de tu mujer. Sería bueno, que empecemos a actuar, solo cuando tengamos alguna señal de ella — comenta Cuervo sentado en una de las sillas que están en una de las tantas propiedades de los Delacroix en Irlanda — Para cuando tenga alguna señal de ella, estará muerta, Cuervo. Yo no puedo quedarme aquí cuando ella me necesita. Cuando cada segundo que pierdo, es un segundo menos de su vida. — dice Alessandro con desespero. — Entiendo lo que pasa, Fantasma. Pero debemos ser inteligentes. Lo que estamos haciendo, es lanzar piedras
Narra KimEl caos había disminuido gradualmente, aunque mientras más me quedaba aquí, más desesperada estaba. Durante un mes, intento buscar una salida por mi habitación, moviendo mi mano por todo el lugar, con la esperanza de encontrar el sensor que con cada visita de Augustus Delacroix, abría las ventanas o puertas que no conocía. El lugar era extraño, parecía una caja de sorpresa que mostraba muchas cosas. En este tiempo, había descubierto que, al lado de mi cama, había una puerta que conectaba a la habitación de vigilancia de este lugar.Si caminaba al baño, sentía el ruido de otra persona hablando y escuchando música y si me quedaba en la puerta, además de escuchar el idioma extraño de los Irlandeses, también podía escuchar como juegan fútbol en el pasillo. Este tiempo, me había ayudado a saber que los doctores llegan siempre a las diez de la mañana, revisan mi estado físico y depende de ello, envían más medicamento que me traen exactamente en el tiempo estipulado. Nadie que vi