Cuando ya no tuve que más que vomitar, lavo mi boca y salgo del baño camino a la mesa donde los Delacroix y Lu comen pollo mientras conversan. Cuando llegó al lugar, el olor me produce desagrado y por ello, cubro mi boca y nariz con mis manos, para no volver a vomitar.— Tendremos que irnos, el malestar no va a desaparecer si no se aleja del olor. — dice Gabriela. — Sí, aún recuerdo cuando el pescado te colocaba así mientras tenías a Alessandro en tu vientre — dice el señor Bill sonriendo a su esposa.— Fue algo desagradable. Desde ese momento, no he podido comer ciertos pescados porque me hacen sentir mal. Espero que a ti no te pase igual— Y si le pasa, será muy agradable. — dice Alessandro rodeándome con una mano que coloca sobre mi cintura — No quiero que mi mujer ni mi hijo, coman porquerías. Sus palabras me toman por sorpresa. Pero, estoy segura de que no soy la única que se siente así. Porque cuando miro a los presentes, todos están muy sorprendidos, ¿y como no estarlo si acab
Dos semanas después Respiro profundo mientras veo la mujer frente a mí. Era tan extraño y conocido, lo que veía en el espejo, que me sentía en una mezcla de sentimientos, que me sorprendía. Nunca en mi vida, me había imagino estar así, con un vestido tan elegante y costoso, acompañado de un maquillaje fino y mi cabello, ni hablar. Si antes sentía que era una locura que alguien supiera de nuestro vínculo, ahora lo confirmo más al ver en lo que me han convertido, solo para mostrarme ante el mundo como la nueva conquista de Alessandro Delacroix.— ¿Qué tal te parece? — pregunta el estilista.— Me veo extraña — murmuro — Porque no estás acostumbrada a verte así de hermosa. Pero sin duda, te ves radiante. Pareces un hada. — dice sonriente mi estilista y yo muevo levemente mi cuerpo para ver la parte trasera del vestido. Realmente, parezco un hada. Mi vestido no es ostentoso, la tela se ve delicada y tan transparente que podría decir que no es muy costosa. Pero, es justamente esa delicad
Todos me miraban entre sorprendidos y molestos. Algo que me hizo tomar rápidamente la mano de Alessandro y marcharme de una jaula donde los presentes a excepción del señor Bill, me odiaban. Cosa que no entendía, porque anteriormente me habían tratado bien hasta que apareció ese collar.‘Y eso que aún no me ven las conquistas de Alessandro. Esas que son muchas’ digo frustrada por todo lo que me toca experimentar desde hoy.Cuando salimos de mi habitación, usada para prepararme. Me encuentro con la señora Gabriela y varios fotógrafos que solo escuchan sus indicaciones. — Ustedes han sido contratados para tomar fotos de Kim y Alessandro. Si alguien que no sea uno de ellos lo llama, díganle que son fotógrafos exclusivos de los señores Delacroix. En el lugar, van a estar más fotógrafos, envíelos a ellos. >> Les aclaro esto, porque no quiero verlos distraídos cuando está noche es extremadamente importante. No quiero perderme ningún momento importante de mis chicos y por ello, son tres fotó
Sonrió al ver al hombre a mi lado y como usa su táctica sexual para distraerme de lo que realmente me preocupa y lo logra, logra distraerme al punto que recuerdo el problema real, cuando abren la puerta para que ambos salgamos. — No temas, siempre estaré a tu lado — susurra Alessandro y yo asiento mientras lo veo salir. ‘Todo va a estar bien, Kim. No es algo de que preocuparse.’ me recuerdo mentalmente mientras suspiro profundo. Sabiendo que no puedo ocultarme por siempre, bajo mi pie para salir del auto, cuando me voy a impulsar para salir, una mano grande y fuerte, se extiende hacia mí y yo la tomo reconociendo su mano. Con esa me han dado nalgadas varias veces, ¿cómo no reconocerla?Sonriendo, tomo su mano y entrelazando mi brazo al suyo, caminamos a la entrada de la empresa donde muchas veces entre corriendo para no llegar tarde y hacer enojar al hombre a mi lado. Quien solo me muestra su sonrisa y algunas veces su seriedad, cargada de lujuria.— Te ves hermosa y sonríes como un
Este era el momento que bien quería experimentar. Este donde las mujeres afectadas por su buena posición y belleza, se sienten amenazadas por mí al igual que sus conquistas.Por eso, no quería divulgar nuestro vínculo. Pero ya no podía retroceder en esto. Ya hoy se ha confirmado mi unión a él y la exclusiva protección de los Delacroix, me hacen ser doblemente el centro de atención. Ello, aunque resulta agradable por estar acompañados, hace que el odio hacia mí aumente. Más cuando Bill Delacroix, dueño de todo el edificio, me cede su asiento. Sorprendiendo nuevamente a los presentes. Ahora, estaba en un punto donde todo lo que hiciera, iba a ser mal visto por los presentes y era por ello, que debía actuar sin tomar importancia si era aprobado o no mí actitud. Después de todo, ya me veían como una usurpadora y nada iba a cambiar ello. — No necesita cederme su asiento. — digo interviniendo — si alguien llamó haciéndose pasar por mí, la secretaria de Alessandro, quiere decir que trabaja
Narrador OmnipresenteMientras Kim se marchaba al baño, varias mujeres se levantaban detrás de ella para ponerla en su sitio, como ellas lo creían. Por ello, entraron al baño y comenzaron a golpear cada cubículo, como lo hacían en las películas, mientras se burlaban por ‘cazar a la trepadora’.Mientras Kim se concentraba en que la vejiga se descargara, después de poco tiempo de haber ido al baño, por culpa de su embarazo y como el peso oprimía con fuerza la vejiga que a cada rato exige ser descargada.Ellas se burlaban creyendo que el ruido de los cubículos siendo abiertos con brusquedad, la asustaba. Querían causar ese impacto en ella.Finalmente, Kim deja de orinar cuando golpean el cubículo donde se encuentra como si fueran unas matonas o pertenecieran a una banda inmadura o delictiva. Incluso, se carcajeaban por sus acciones delictivas.— Sal ahora, Morgan. Necesitamos hablar — dice una de las mujeres. — Espera un momento. Hay personas que usamos el baño para lo que fue creado — d
El ambiente se había tornado tenso. La hostilidad, de las presentes, comenzó a disiparse, por temor a ser despedidas. Ya que, si Alessandro Delacroix, había tratado con frialdad a Dulce, que proviene de una familia adinerada, con ellos, sería peor. Sin ver que todo se había calmado un poco, Kim se sentó al lado de Alessandro, mientras los padres de Alessandro miraban a la pareja con alegría. Ellos, quienes dudaban de esa relación que surgió de la nada, había generado sospechas en ambos. Creyendo que era una mentira para calmar a la prensa. Pero. viéndolos ahora, estaban felices. Se habían protegido entre sí. — ¿Estas bien? — pregunta Alessandro a Kim— Lo estoy, ¿y tú? ¿Cómo estás?— Increíblemente feliz. — responde Alessandro colocando su mano sobre el vientre de Kim.El gesto conmovió a sus padres y enojo a los demás presentes. Pero, no podían hacer algo, él era el jefe y estaba respaldado por sus padres quienes aprobaban su relación con su exsecretaria. La velada, terminó sin al
Tylor conocía a su jefe desde hace años. Su familia le había dado estudios y por ello, era un fiel seguidor de Alessandro y aunque no era parte de sus amigos, conocía sus secretos como su mano derecha. Por ello, podía conformar que, en esta ocasión, estaba desenfrenado. Estaba irreconocible y más, porque sólo vivía al pendiente y con una sola mujer. Cosa que no había pasado antes y ello, era un hecho sorprendente que le preocupaba. Porque, ambos actuaban como recién casados en su luna de miel y esta, no dura una eternidad. Mientras él hacía la fila para pedir todas las hamburguesas, Alessandro besaba con demanda a Kim en el asiento de atrás. Ambos estaban dando más de lo que habían pensado darse. Porque ya no era solo atracción sexual, sino, comodidad y confianza, algo que los había vuelto más íntimos. Sus manos tocaban sin temor, porque conocían de memoria el camino que debían recorrer de sus cuerpos. El vestido, comenzaba a estorbar y el espacio era tan estrecho que resultaba un p