Quería disfrutar de está atención. Nunca alguien se había preocupado por mí al punto de querer ducharse conmigo, si no era tener sexo. Y era una sensación agradable. Extraña por no estar acostumbrada a ello, pero agradable de cierta forma.¿El problema? El único problema era que no debía acostumbrarme a ello y mucho menos, permitir que sea Alessandro quien haga esto para mí, por primera vez.No debía permitirlo, porque era como dejar que alguien pasajero, marcara en lo más profundo de mí y ello, ahora puede ser cómodo, pero cuando todo esto se acabe, será doloroso. Por lo que, debo cortar todo de raíz y poner los límites que son necesarios para este tipo de relación.Por ello, no solo me alejo, sino que, me levanto de la tina para no estar en su rango de vulnerabilidad. Porque si algo he entendido es que sentirlo tan cerca, nubla mi juicio.— ¿Sucede algo? — pregunta Alessandro confundido y yo salgo de la tina, rumbo a la ducha— No quiero esto. Agradezco que quieras que nos relacionam
Como ninguno se marcha y el consultorio es bastante grande para todos, los dos se quedan allí, mientras yo me coloco en la camilla donde me harán la ecografía. Mientras Alessandro y Lu discuten sobre sus responsabilidades con el bebé, yo intento recordar cada momento de esta cita médica. Lo que creí que experimentaría solo con Lu, terminé experimentándolo con mi jefe o más bien, mi exjefe. Algo que no espere vivir, pero, ahora que lo vivo, solo puedo sonreír. Después de todo, no es tan malo como creí.— Bueno, ¿estamos listos? — pregunta la ginecóloga y yo asiento.La disputa entre Lu y Alessandro cesan por ahora cuando, la doctora coloca el gel frío sobre mí vientre. Pero, cuando está por colocar el ecógrafo en mi vientre, tocan a la puerta. — Lamentamos llegar tarde. Pero, ¿podemos pasar? — escuchamos decir después de los toques.— Es mi madre — murmura Alessandro — Abre la puerta. Si vino, es porque quieres estar aquí. — murmuro y él asiente caminado hacia la puerta donde entra s
Cuando ya no tuve que más que vomitar, lavo mi boca y salgo del baño camino a la mesa donde los Delacroix y Lu comen pollo mientras conversan. Cuando llegó al lugar, el olor me produce desagrado y por ello, cubro mi boca y nariz con mis manos, para no volver a vomitar.— Tendremos que irnos, el malestar no va a desaparecer si no se aleja del olor. — dice Gabriela. — Sí, aún recuerdo cuando el pescado te colocaba así mientras tenías a Alessandro en tu vientre — dice el señor Bill sonriendo a su esposa.— Fue algo desagradable. Desde ese momento, no he podido comer ciertos pescados porque me hacen sentir mal. Espero que a ti no te pase igual— Y si le pasa, será muy agradable. — dice Alessandro rodeándome con una mano que coloca sobre mi cintura — No quiero que mi mujer ni mi hijo, coman porquerías. Sus palabras me toman por sorpresa. Pero, estoy segura de que no soy la única que se siente así. Porque cuando miro a los presentes, todos están muy sorprendidos, ¿y como no estarlo si acab
Dos semanas después Respiro profundo mientras veo la mujer frente a mí. Era tan extraño y conocido, lo que veía en el espejo, que me sentía en una mezcla de sentimientos, que me sorprendía. Nunca en mi vida, me había imagino estar así, con un vestido tan elegante y costoso, acompañado de un maquillaje fino y mi cabello, ni hablar. Si antes sentía que era una locura que alguien supiera de nuestro vínculo, ahora lo confirmo más al ver en lo que me han convertido, solo para mostrarme ante el mundo como la nueva conquista de Alessandro Delacroix.— ¿Qué tal te parece? — pregunta el estilista.— Me veo extraña — murmuro — Porque no estás acostumbrada a verte así de hermosa. Pero sin duda, te ves radiante. Pareces un hada. — dice sonriente mi estilista y yo muevo levemente mi cuerpo para ver la parte trasera del vestido. Realmente, parezco un hada. Mi vestido no es ostentoso, la tela se ve delicada y tan transparente que podría decir que no es muy costosa. Pero, es justamente esa delicad
Todos me miraban entre sorprendidos y molestos. Algo que me hizo tomar rápidamente la mano de Alessandro y marcharme de una jaula donde los presentes a excepción del señor Bill, me odiaban. Cosa que no entendía, porque anteriormente me habían tratado bien hasta que apareció ese collar.‘Y eso que aún no me ven las conquistas de Alessandro. Esas que son muchas’ digo frustrada por todo lo que me toca experimentar desde hoy.Cuando salimos de mi habitación, usada para prepararme. Me encuentro con la señora Gabriela y varios fotógrafos que solo escuchan sus indicaciones. — Ustedes han sido contratados para tomar fotos de Kim y Alessandro. Si alguien que no sea uno de ellos lo llama, díganle que son fotógrafos exclusivos de los señores Delacroix. En el lugar, van a estar más fotógrafos, envíelos a ellos. >> Les aclaro esto, porque no quiero verlos distraídos cuando está noche es extremadamente importante. No quiero perderme ningún momento importante de mis chicos y por ello, son tres fotó
Sonrió al ver al hombre a mi lado y como usa su táctica sexual para distraerme de lo que realmente me preocupa y lo logra, logra distraerme al punto que recuerdo el problema real, cuando abren la puerta para que ambos salgamos. — No temas, siempre estaré a tu lado — susurra Alessandro y yo asiento mientras lo veo salir. ‘Todo va a estar bien, Kim. No es algo de que preocuparse.’ me recuerdo mentalmente mientras suspiro profundo. Sabiendo que no puedo ocultarme por siempre, bajo mi pie para salir del auto, cuando me voy a impulsar para salir, una mano grande y fuerte, se extiende hacia mí y yo la tomo reconociendo su mano. Con esa me han dado nalgadas varias veces, ¿cómo no reconocerla?Sonriendo, tomo su mano y entrelazando mi brazo al suyo, caminamos a la entrada de la empresa donde muchas veces entre corriendo para no llegar tarde y hacer enojar al hombre a mi lado. Quien solo me muestra su sonrisa y algunas veces su seriedad, cargada de lujuria.— Te ves hermosa y sonríes como un
Este era el momento que bien quería experimentar. Este donde las mujeres afectadas por su buena posición y belleza, se sienten amenazadas por mí al igual que sus conquistas.Por eso, no quería divulgar nuestro vínculo. Pero ya no podía retroceder en esto. Ya hoy se ha confirmado mi unión a él y la exclusiva protección de los Delacroix, me hacen ser doblemente el centro de atención. Ello, aunque resulta agradable por estar acompañados, hace que el odio hacia mí aumente. Más cuando Bill Delacroix, dueño de todo el edificio, me cede su asiento. Sorprendiendo nuevamente a los presentes. Ahora, estaba en un punto donde todo lo que hiciera, iba a ser mal visto por los presentes y era por ello, que debía actuar sin tomar importancia si era aprobado o no mí actitud. Después de todo, ya me veían como una usurpadora y nada iba a cambiar ello. — No necesita cederme su asiento. — digo interviniendo — si alguien llamó haciéndose pasar por mí, la secretaria de Alessandro, quiere decir que trabaja
Narrador OmnipresenteMientras Kim se marchaba al baño, varias mujeres se levantaban detrás de ella para ponerla en su sitio, como ellas lo creían. Por ello, entraron al baño y comenzaron a golpear cada cubículo, como lo hacían en las películas, mientras se burlaban por ‘cazar a la trepadora’.Mientras Kim se concentraba en que la vejiga se descargara, después de poco tiempo de haber ido al baño, por culpa de su embarazo y como el peso oprimía con fuerza la vejiga que a cada rato exige ser descargada.Ellas se burlaban creyendo que el ruido de los cubículos siendo abiertos con brusquedad, la asustaba. Querían causar ese impacto en ella.Finalmente, Kim deja de orinar cuando golpean el cubículo donde se encuentra como si fueran unas matonas o pertenecieran a una banda inmadura o delictiva. Incluso, se carcajeaban por sus acciones delictivas.— Sal ahora, Morgan. Necesitamos hablar — dice una de las mujeres. — Espera un momento. Hay personas que usamos el baño para lo que fue creado — d