Narrador Omnipresente Alessandro, observa a su mujer, molesto, mientras ella se mueve en la cama intentando prolongar más los espasmos que el orgasmo le había dejado, mientras ella gemía levemente ante dichas sensaciones.‘No lo puedo correr ¡No sintió ningún dolor, ni siquiera un poco!” dice la mente de Alessandro sorprendido. ‘Esto es demasiado.’— Kimberly Delacroix — dice Alessandro molesto.— No me culpes por esto. Fue tu culpa. — En ningún momento dije que podías sentir placer.— No necesito su permiso para eso, señor mío — murmura Kim y ello, hace que la mandíbula de Alessandro se tensione.Verla moviéndose en la cama mientras gime y ella hable con voz ronca, era demasiado excitante. Era la vista perfecta de la mismísima tentación. Una a la que no podía interrumpir o siquiera alejarse. — ¿Qué voy a hacer contigo, Kim? No me haces caso y te expones a un peligro innecesario cuando prometiste que ibas a hacer lo que yo te dijera.— Lo siento, cariño. Yo… quería enfrentarlo. — m
La angustia lo invadió por completo y usando solo una toalla, abrió la puesta asustando, buscando alguna ayuda al no poder despertar a Kim. Varios estaban dormidos, los únicos que se encontraban despiertos, eran las personas que vigilaban a Dante y fue a ellos donde se dirigió.— ¿Hay médicos aquí? — pregunta Alessandro angustiado.— Bueno…— Cualquier persona que tenga conocimientos de primeros auxilios, necesito que me ayuden.— Iré a buscar a alguien.— Rápido, que vaya a la habitación y que los demás, no quiten su mirada del maldito. No quiero que esto sirva para que pueda escaparse.— Ojalá sea Kim quien esté muriendo.— Sueña, Dante. Sueña todo lo que quieras, pero, nunca creas que vas a poder ponerle una mano encima a mi esposa. — responde Alessandro para después dirigirse hacia sus hombres — muévase rápido. Alessandro se marcha y rápidamente, coloca la cabeza de Kim sobre una almohada, mientras se asegura de estar cubierta y no parezca que durante el sexo, perdió el conocimie
Narra KimLa angustia invade a Alessandro quien aunque me dice que descanse, no me deja hacerlo, al sentir como mueve sus pies, mostrando su angustia. Por lo que, me giro y ello, sobresalta a mi esposo y prometido a la vez. — ¿Estas bien, cariño? ¿Te duele algo? ¿Sientes nauseas? — pregunta Alessandro angustiado.‘No debiste mencionar la posibilidad de un embarazo. Eso lo puso más angustiado de lo que ya estaba’ me regañó mentalmente.— Cariño, por favor, necesito que te calmes un poco. Estoy bien. No es el fin del mundo y yo no estoy muriendo. — digo seria. — Lo sé. Pero…— Déjalo ir. Deja ir tus preocupaciones. Todo está bien, incluso si no es lo que creemos, todo estará bien. — murmuro y él asiente.— De acuerdo.El piloto anuncia el aterrizaje y Alessandro suspira aliviado, para después, levantarse de la cama y extender su mano hacia mí.— Vamos a tomar nuestros asientos. Es mejor aterrizar sentados. — dice Alessandro y yo asiento, sabiendo que ahora está bastante angustiado.Si
De inmediato, todos se mueven y en menos de diez minutos, la jefa del piso de obstetricia, está colocado el gel para poder realizarme la ecografía. La angustia me invade y sé que por como Alessandro toma mi mano, él está igual de ansioso. — Bien, señores Delacroix, vamos a ver cómo está todo dentro. ¿Están listos? — pregunta la doctora y ambos asentimiento sin poder decir una palabra.La mujer, comienza a mover el aparato mientras mira la pantalla atentamente. Su silencio, me da malas noticias y angustiada, miro a Alessandro quien observa a la doctora, con mucha esperanza en su mirada. — ¿Qué sucede?— Lo siento, pero no hay señales de un embarazo. — informa la doctora — No es posible.— Bueno…— ¿Puede hacerle una ecografía más profunda? En el anterior embarazo, le hicieron una por su vagina porque era muy pronto para verlo por el abdomen. — murmura Alessandro y yo aprieto su mano, para que se enfoque en mí.— No hay bebé, cariño. No aún. Pero, eso no quiere decir que nunca lo hab
Con tantas cosas, el tema de la boda real había sido lo último en lo que había pensado. Sin embargo, para Alessandro no fue igual. Sin duda, él piensa en todo y en todos. Feliz por ver como se toma en serio nuestro futuro, le doy un beso.— Ay, por favor, no empiecen. Hay niños en el lugar.— ¿Niños? — pregunta Gabriela confundida.— Claro, Asher y yo. — dice Lu y todos nos reímos, incluido Asher quien saca la decoración de la casa, con mucha emoción.— Calla, Lucía. Hace siglos dejaste de ser una niña. — digo levantándome y de inmediato, tres personas impiden que pueda dar un paso.— Vas a descansar, Kim. Es en serio. — dice Gabriela y yo suspiro profundo.— No es para tanto. Además, Asher me estaba esperando para decorar.— Puedes desenredar las luces estando sentada. Toda activi
Dos días despuésCuando creo que por fin voy a tener unas vacaciones reales donde solo se descansa, Gabriela toca la puerta una y otra vez, impidiendo que podamos dormir. Alessandro gruñe, demostrando que no soy la única que desea descansar un poco más. Pero, es evidente que eso no detiene a Gabriela.— ¡Despierten, muchachos!— ¿Qué sucede, mamá? — pregunta Alessandro mientras Asher se levanta de su cama-cuna, evidentemente molesto por ser despertado.— Es tarde. Necesitamos salir. — dice Gabriela y yo miro hacia el reloj en la pared.— Son las siete de la mañana — me quejo.— Sí, del dos de enero, cuando la boda de ustedes, es en menos de una semana — nos recuerda y ambos nos quejamos ante la primicia.‘¿Ya pasó una semana?’ me pregunto mentalmente confundida.— ¿Podemo
Casarse es tan o más agotador que estudiar y más, cuando tu suegra tiene una lista de todo lo que tienes que hacer en un día, donde duras todo un día con el diseñador, cuando solo debías gastar dos horas con ellos. Porque Gabriela Delacroix tiene todo programado y se desespera cuando las cosas cambian.En la azotea del lugar que cobra billones por un vestido, me siento a tomar un poco de aire. Al poco tiempo, escucho pasos detrás de mí, haciendo que gire hacia el hombre que me sonríe.— ¿Abrumada? — pregunta Alessandro sonriendo.— Bastante. ¿En tu anterior boda viviste todo esto? — pregunto preocupada.— No, no gastamos billones en Yocelyn. Con ella hubo una boda civil donde de mi parte solo fueron mis padres y todos los que ella considero amigos y familia. Aunque, realmente lo hizo para alardear.— Bueno, no sé si sentirme feliz o t
Un día antes de la bodaLos días, realmente fueron agotadores y eso que no trabajamos en los negocios de la familia o los trabajos como abogada que tuve. Sin duda, casarse, es tan agotador que quizás por eso, no todo el mundo tiene una ceremonia de boda en una iglesia.Pero, evidentemente, Alessandro y yo, sabemos cómo escaparnos antes que los preparativos de Gabriela, nos asfixie.Por ello, todos estos días, nos hemos escapados con Asher, para ir al cine, al acuario o cualquier lugar que nos haga disminuir la presión que Gabriela Delacroix nos hace sentir para que la boda sea más grande que la de la princesa Diana y mucho más inolvidable.— Creo que estás flores están bien — murmuro mientras me levanto, al ver la señal de Alessandro a lo lejos.— ¿Vas a algún lado? — pregunta Gabriela curiosa.— Al baño.