Con mi pequeño en brazos, camino hacia la casa de los Delacroix, mostrándome ruborizada, por lo que puede pasar con Alessandro. Suspirando profundo me acerco a sus padres, quienes ven una película de su época, en la televisión.— Disculpen, ¿puedo pedirles un favor? — digo con el pequeño profundamente dormido.— Claro que cuidaremos a Asher. Ve tranquila — dice Gabriela tomando a mi hijo.— ¿Cómo…?— Es evidente lo que quieres, me aseguraré de no bajar a menos que sea estrictamente necesario. — dice ella en tono burlón y yo me marcho tan avergonzada como vine o quizás, más.La vergüenza me invade y yo pienso en marcharme a mi habitación y fingir que nada sucedió. Pero, cuando quiero reaccionar, tengo mi mano encima del pomo de una puerta que no es la de mi habitación. — ¿Qué haces aquí, Kim? — me pregunto entrando al lugar y de inmediato, la puerta de cierra detrás de mí, haciendo que yo gire el rostro para ver porque se cerró.— Quieres lo mismo que yo. — susurra Alessandro.— ¿Qué
No sé cuánto tiempo duré en su pecho llorando. Pero, cuando terminé de llorar, me sentí mucho más libre y vacía. Llorando, había liberado muchas cosas que me limitaban y pesaban mucho en mi pecho. Lentamente, me levanto de la cama y avergonzado lo observo.— Lamento arruinar esto. — No lo has hecho, ¿no lo notaste? — pregunta Alessandro y yo niego — Te has abierto a mí. Me viste como alguien de confianza con el que puedes llorar. Eso quiero para nosotros, antes que lo sexual. — Pero…— Sé que somos buenos en el sexo. Así que, no necesitamos comprobar eso. Ahora, lo que es importante, es que me veas como alguien con el que podrías confiar, Kim. Eso nos hará una pareja más única que daría un buen ejemplo a nuestro hijo — murmura Alessandro y mi corazón de conmueve.— Me alegra que pienses en Asher — Soy su padre, debo buscar lo mejor para él y que eso, me haga sentir más cómodo. Algo que he vivido contigo, es que puedo confesarme sin importar que quede en vergüenza.>> Quiero eso cont
¿Qué animal marca su territorio con sus fluidos?Los perros.Entonces, Alessandro y yo, ¿somos descendientes de los perros o porque hemos dejado marcas de nuestros fluidos en la habitación, baño, sala y cocina de la casa? Eso me lleva a otra pregunta, ¿Cuántas veces puede uno tener un orgasmo para decir que ya fue suficiente? No sé la respuesta exacta, pero, mientras mi mente se nubla y los espasmos invaden mi cuerpo, noto algo importante, algo que estoy por decir hasta que un casto beso en mi vientre, me despierta, levantándome de la isla de la cocina que debía usarse solo para comer. — ¿Qué sucede? — pregunta Alessandro tomando toallas desechables de la cocina para limpiar el exceso de nuestros fluidos. — Se suponía que solo nos liberaríamos en esa habitación.— ¿Quién fue la que quiso ir a bañarse?— Necesitaba bañarme. — respondo de inmediato.— Pero, ¿era necesario invitarme a duchar?— Lo hice con la intención de ahorrar agua.— Aja. — dice Alessandro sonriendo y yo busco la m
Narrador Omnipresente Alessandro termina su reunión virtual con Dulce y se marcha a su casa, mientras lo hace, envía a alguien a una joyería y por medio de una video llamada donde él no se muestra, escoge un collar bastante sencillo, pero costoso.Además, el toque especial, lo tiene el chip de rastreo que coloca en esa parte escondida de la pequeña estrella que está bajo el eclipse solar. Su hombre, regresa con el collar y suben al auto con la compra que había mandado a hacer para la cena. Ya estaba ansioso por el encuentro íntimo, pero no sexual de él y ella. Por lo que, sintió la video llamada demasiado extensa cuando no había algún problema importante.Los autos, llegan a la finca y se adentran mientras Alessandro se queda en la casa sobre la superficie, para hacer la cena que había prometido, Mientras él lavaba los ingredientes, Lu le hacía un cambio extremo a su amiga. Ninguno notaba el peligro que aquella video llamada, había causado y fue por ello, que todos Se encontraban fe
Todos sabían que para esto habían sido contratados. Pero aun así se encontraban ansiosos por lo que pudiera pasar. Los hombres del mayor de los Delacroix, se acercaban rápidamente hacia la finca. Cuando sus hombres tocaron el suelo y tocaron la puerta de la casa, Kim corría hacia el abuelo de sus hijos con lágrimas cayendo sobre sus mejillas. — Señores Delacroix, es momento — dice Kim y ellos de inmediato, se levantan. Ambos corren hacia los lugares opuestos, mientras Kim guarda su arma y se quita los altos zapatos. Gabriela, llega con Asher y ella lo toma cubriendo su cuerpo con una toalla mientras los dos adultos regresan con dos maletas. — Es momento, vamos. — dice Gabriela y ella asiente siguiéndolos. Mientras ellos caminan hacia la ruta de escape, los ancianos encargados de cuidar la casa en la superficie, son ocultados mientras sobre su cama, colocan dos muñecos que sin revisar, son disparados cuando la gente entra al lugar.— No vinieron a bromear. — murmura Lu.— Ellos nunc
Alessandro llegó rápidamente a los autos que huían y sin complicar más su vida, disparaba a las llantas de los autos que al ser impactadas, hacían perder el control del conductor que escasamente alargaba el volcamiento del auto, pero no lo evitaba. Iban muy rápido para evitar un accidente automovilístico. Por eso, los hombres armados, comenzaron a dispararte para protegerse y por ello, Alessandro dejó que el auto manejara en automático, mientras aprovechaba el momento perfecto para disparar. Una sola camioneta quedaba de las que habían intentado huir y por eso, estaba seguro de que su abuelo, se encontraba allí. Su teléfono sonó y él coloco el altavoz donde escucho la voz de Kim. Los disparos, se escuchaban demasiado cerca, al punto de acelerar su corazón.— Aless — susurro Kim haciendo que él sintiera un alivio por escucharla con vida.— Sí, querida — dijo él mientras avanzaba en la carretera.— Lo he matado. He matado a Augustus Javier. Yo… pude disparar, supe como disparar. — dice
El accidente había dejado varios muertos. En el auto, escasamente se podía ver a alguien con vida, Mientras Alessandro avanzaba a gran velocidad, acortando la distancia a diez minutos del accidente, los hombres que lo habían causado, celebraban el duro golpe que iban a informar a su jefe. Ellos, llamaron al teléfono personal de su jefe que había quedado en el auto volcado. El ruido, era insistente mientras los hombres movían los últimos cuerpos del accidente. — ¿Alguien tiene un teléfono? — pregunta uno de los hombres.— Creo que es uno de los muertos.— ¿Contesto?— Busca el teléfono si puedes y tienes tiempo. — Lo hay, no tenemos más que hacer y la policía ni se escucha.— Bien.El chico curioso entra al auto y toma el teléfono que contesta después de una tercera llamada. — Jefe, hemos acabado con la mujer.— ¿En serio? — pregunta el chico.— ¿Quién habla?— Quien levantó el cuerpo de Augustus Delacroix, ¿sabes que significa eso?— No es posible.— El hombre que lo mató, irá por
Dos días despuésLas cosas se complicaban con Gabriela al haber pasado dos días desde que todo había pasado y su esposo no se comunicaba. Estaba preocupada y con insistencia, preguntaba a Alessandro por su esposo.Pero, él no cedía. Siempre sacaba una excusa y eso fue lo que hizo que Gabriela Delacroix, llegará a Argentina sin avisar a nadie al respecto.Mientras en Argentina, muchos salían del trabajo o sus estudios, Gabriela Delacroix entraba al hospital donde se encontraba Kim. Ella, quien desde la operación estaba en cuidados intensivos, había sido recién enviada a su habitación VIP, al haber mostrado mejoría. Fue por ello, que Alessandro ignoro la llamada de su personal y corrió al ver llegar a Kim a la habitación. Había pasado días desesperantes, donde no había tenido interés en siquiera comer.Había perdido a su padre y su mujer, estaba luchando por su vida, ¿cómo iba a estar tranquilo si su vida se había desmoronado de un momento a otro?Cuando Gabriela Delacroix llegó a la ha