Narrador Omnipresente El tiempo corría en contra de todos, Lucía, había corrido a colocarse el chaleco antibalas y un overol que le hiciera creer que era de mantenimiento.Ese era el plan inicial, uno que no podía hacer Kim porque podría ser fácilmente descubierta por su estatura o rasgos característicos que al parecer a Augustus y Alessandro, le era fácil diferenciar. — El siguiente grupo puede irse. Recuerde que deben buscar la manera de no llamar la atención — dice Alessandro y Lucía junto con varios de supuesto mantenimiento, salen de la habitación, cuando el caos está por explotar en la habitación que está a su lado.Augustus, quién había entrado a la habitación y había encontrado a su hombre limpiando los juguetes de Asher, causo que el hombre se levantara rápidamente al ver a su jefe.— ¿Dónde está Kim y Asher? — pregunta Augustus.— En el baño. Le estaba dando el pecho al joven señor y tuvo que entrar al baño porque estaba sucio.Augustus lo observa confundido y de inmediato,
Por más que se encontrarán listos para el enfrentamiento, Alessandro y su gente, intentaban salir de allí lo más pronto posible y sin llamar demasiado la atención.Pero, ya no era posible. Todos los hombres de Augustus, se movieron para buscar a la mujer que había desaparecido con alguien importante y eso, ya estaba alertando al resto del personal.Lucía alcanza a llegar al camión, cuando todo se vuelve un caos. Por mucho que los vigilantes teman ser asesinados por tener tanta desventaja, todo comienza a cambiar, cuando, los cocineros que subían sus instrumentos, comienzan a disparar.— Reporta James, en el parqueadero, el grupo sospechoso intentan escapar — dice un hombre cuando toma uno de los autos, mientras dispara.Los vigilantes, corren a ocultarse mientras desenfundan sus armas y todo comienza a verse más difícil cuando las llantas de uno de los autos, recibe el impacto de bala. Kim, estando aún en la maleta, coloca los dos dedos índices en la pequeña abertura de la corredera, y
Los vigilantes que habían cerrado la puerta principal por orden de sus compañeros, debido al ataque, vieron como un camión pasaba a toda velocidad por la entrada. Mientras ellos huían del lugar, Augustus gritaba molesto, al ver que nadie sabía que habitación habían usado para esconderse.— ¡Llamen a la habitación de vigilancia. Allí, están las grabaciones del lugar! — ordena Augustus y uno de ellos, empieza a llamar, pero, nadie puede responder al llamado, porque están todos muertos.La toma de la parte indispensable del edificio, había ocurrido horas atrás, mientras Augustus, ajeno a lo que sucedía, hacía justamente lo que Alessandro había anticipado de él. Por eso, las cosas no le resultaban y ello, lo llevaba a vivir frustración tras frustración. — No nos contestan — susurra el hombre con temor.— ¡Busquen en todas partes! ¡No toquen a la puerta, rompan la misma y entren! — grita Augustus mientras su mano y costado de su abdomen, sangra.Como lo ordena, todos sus hombres se dividen
Los conductores, al ver que se acercaban a ellos con tanta rapidez, aceleraron para alejarlos lo más que pudieran. Augustus Delacroix, al ver el intento de huida, ordenaba a sus contactos que custodiaran las rutas de escape que podría tomar, para tener todo controlado.Mientras él estaba en la persecución, Augustus, su nieto, iba camino a la sala de vigilancia de París, para ver con sus propios ojos, la persecución que debía terminar pronto y a su favor o estaría en graves problemas.— M*****a mujer, se atrevió a burlarse de mí — dice Augustus golpeando la puerta del auto con el puño que puede mover sin sentir dolor.A su lado, estaban sus hombres que revisaban su herida para enviar una enfermera a su destino con la intención de que fuera revisado. A Augustus, poco le importaba sus heridas y que su sangre saliera de su cuerpo, con más rapidez ante cada movimiento que hiciera. Ahora su prioridad, era arreglar el problema que había causado la mujer que creyó podría manejar sin ninguna d
La bomba de humo, le había ayudado a ganar tiempo, pero, eso no iba a ayudarlos a escapar. No, cuando ya la policía estaba esperándolos del otro lado. Estaban entre la policía y el auto de Augustus Delacroix con el helicóptero recuperándose del ataque. Así que, se encontraban sin salida. El doctor frena al encontrarse sin salida y mira a la mujer a su lado, quien observa la situación con preocupación. Se habían quedado sin opciones. Por lo que, sólo podían arriesgarse e intentar que ello fuera suficiente para salir con vida de allí. — ¿Qué vamos a hacer, señor?— Pisa el acelerador a todo lo que da. Si logramos destruir el obstáculo que formaron con sus autos, podremos huir al punto donde podríamos cambiar de vehículos. — dice el hombre y todos asienten angustiados.— ¿Esa es nuestra única salida? — pregunta la mujer — Sí, es la única salida. Resistan, podemos hacerlo — dice el hombre y de inmediato, todos avanzan mientras el helicóptero comienza a tener visibilidad. El camión y lo
Dos horas antesKim lloraba abrazando a su hijo, mientras conducían a gran velocidad. Lo único que a ella le aliviaba, era que no había más detonaciones de disparos que pudieran alterar a ella y su pequeño bebé que se quejaba en sus brazos.Los autos, se movían rápidamente, camino a una parte específica de París, donde no hay cámaras de seguridad, allí, se detuvieron, haciendo que Kim temiera por su vida al pensar que los habían descubierto y encontrado. De inmediato, abren las puertas del camión y es Alessandro quien agitado, mira a la mujer que abraza a su hijo intentando protegerlo del caos que había causado con su huida.Alessandro, la llamó, pero ella ni siquiera se atrevía a abrir los ojos. Por lo que, él fue quien se subió al camión y la tomó en sus brazos mientras ella lloraba.— No me hagas daño, por favor. Prometo portarme bien — suplica Kim una y otra vez. — Kim, soy yo. Alessandro. Abre los ojos e intenta caminar, no tenemos mucho tiempo — dice Alessandro mientras camina
Narra KimEl tiempo pasa y por increíble que parezca, me quedo dormida. Toda la tensión que había experimentado durante el rescate, desapareció por completo después de haberme aseado y alimentado a mi pequeño que, ajeno a todo lo que sucedía, se quedó profundamente dormido.— Me alegra que hayas podido descansar — dice Alessandro cargando al pequeño que se entretiene con su perfectamente cuidada barba.— ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me dormí? — pregunto desorientada y más, porque el avión no se mueve.— Dieciséis horas, Kim — dice Alessandro y de inmediato, me levanto. — ¡¿Cómo?! ¡Mi hijo, ¿Asher lleva todo ese tiempo sin comer?! — pregunto horrorizada.— No, Lucía le dio alimento. — responde Alessandro — ¿Le dieron leche procesada? — pregunto molesta y es allí cuando Lu, entra a la habitación.— ¿Vamos a quedarnos más tiempo aquí? Ya no quedan biberones y extraer leche de mi mejor amiga casi muerta, no es algo divertido. — dice Lu frustrado.— Luz Emilia Parker — le digo sabie
Todos nos miramos entre sí, porque sabemos que es lo que queremos decir. Yo sé lo que significan sus palabras y de algún modo, me causa tristeza ver que él está dispuesto a matar a su familia. Aunque sea por la seguridad de nosotros, sigue siendo triste que la familia se mate entre sí.‘Déjate de tonterías, Kim. Ellos lo merecen, tú deseaste poder matarlos muchas veces.’ dice mi mente Pero, desearlo a hacerlo, no es lo mismo. No es igual…— Alessandro…— No, no digas algo al respeto. Es momento de irnos, no podemos quedarnos todo el tiempo aquí, además, hay personas que quieren verte. — dice Alessandro y mi pequeño se queja — Bueno, quiere verlos.— Está bien. — murmuro levantándome de la cama para dejar el avión.Apenas aparezco cerca de mi pequeño, él me extiende los brazos y yo lo tomo para abrazarlo. Casi de inmediato, se duerme.Por lo que, el trayecto que desconozco, ocurre tranquilo. Nadie se muestra armado, aunque puedo estar segura de que nos custodian. Además, Alessandro es