Subí en el carro y manejé directamente hacia mi casa no pude evitar llorar en todo el camino mi mente no paraba de jugarme en contra y pensar en si era un niño o una niña a quién podría parecerse a Maximiliano o a mí qué tal si podría pasarle alguna enfermedad que no supiera porque no sabía quiénes eran mis padres.
Al llegar a casa me estacioné en la parte de afuera y entré casi corriendo.
No sabía hasta cuánto tiempo tenía la posibilidad de dar por finalizado mi embarazo.
Sabía que tenía que tomar una decisión pronto.
Pero cómo acelerarme para una decisión tan importante como esta.
Era traer una vida a este mundo, Si de algo estaba segura es que no lo iba a dar en adopción. Me senté en el sofá y coloqué ambas manos en mi vientre queriendo sentirlo Por un segundo necesitaba una señal necesitaba que Dios satán o cualquier entidad me dijese si debía traerlo no.
Cómo sería mi vida con este bebé y cómo se supone que tendría que lidiar con Maximiliano.
No puedo evitar llorar nuevamente de la impotencia que sentía me había cuidado durante tanto tiempo para evitar este tipo de situaciones y ahora por el descuido de una persona estaba envuelta en esto.
La puerta de mi casa sonó que me hizo bufar.
Limpié las lágrimas que habían corrido por mis mejillas tratando de que no hubiese rastro de ellas, suspiré profundamente antes de levantarme y caminar directamente hacia la puerta para ver quién podría ser a esta hora de la mañana.
Antes de abrir sentí como mi estómago rugido dándome a entender que era hora de comer.
Abrir la puerta y me encontré con Maximiliano ahí en la puerta con un peluche en su mano mirándome de una forma extraña como jamás me había mirado en mi vida.
—Qué haces aquí?—pregunté al verlo
—estaba tan dispuesto a irme a mi oficina y solo olvidar esta situación porque algo me dice que vas a terminar finalizando este embarazo pero mientras iba a mi oficina estacioné frente a una tienda de bebés no puedo evitar sentir la emoción pensar que estaba a punto de tener un hijo— extendió hacia mí el pequeño peluche en sus manos.
Se supone que tenía que hacerlo?
Tomarlo?
— no creo que sea un momento indicado para hablar Maximiliano— fui honesta con él.— no sé qué hacer, me cuidé tanto tiempo para no tener un bebé porque no sabría cómo lidiar con un niño y estar en esta situación me está volviendo loca.
Sin decirle que entrar a casa él simplemente entró y caminó directamente hacia el sofá para luego tomar asiento no tuve otra que cerrar la puerta y caminar hacia él para sentarme justo al frente sé que estaba forzando una conversación que yo no quería tener en este momento Pero supongo que no había de otra.
— Yo tampoco había pensado en tener un hijo estaba cuidándome sabes? Estoy en el mejor momento de mi carrera en donde levantó una empresa solo y aún te voy a seguir trabajando para que la empresa llegue a cierta posición es difícil poder hacerlo sin el apoyo de mi familia y quería concentrarme completamente en la empresa, un hijo definitivamente no estaba en mis planes
Entonces los dos estábamos en la misma sintonía eso quiere decir que podía dar por término este embarazo?
Sin ninguno tenía planes de tener este bebé Entonces por qué seguir hablándolo.
—no sé si quiero tenerlo—susurré miedo de decirlo en voz alta él solo me miraba fijamente mientras sus manos jugueteaban con el peluche aún en sus manos que yo no había querido tomar—creo que quiero tenerlo... Creo que quiero tener este bebé
Quiero decir que se levantó y dijo que él no quería traer ese bebé y que a lo mejor era que abortara pero no sus ojos brillaron de la emoción y una pequeña sonrisa se formó en su rostro una vez más volvió a extenderme el pequeño peluche marrón que tenía en sus manos esta vez decidí tomarlo mientras respiraba profundamente tratando de calmar esta pequeña emoción que había dentro de mi pecho.
Aún estaba muerta de miedo pero la alegría y la ilusión cada vez se hacía mucho más grande.
Dios mío no puedo creer que esté diciendo eso
— quiero estar en la vida de ese bebé también— Dijo.— quiero que él sepa que soy su papá Quiero poder convivir con él conmigo jamás le va a faltar absolutamente nada Y si a mitad del embarazo te arrepientes quieres dármelo yo puedo criarlo con margarita — comenzó a hablar de forma rápida evidentemente emocionado pero mientras más hablaba yo más me molestaba.
Le acabo de decir que quiero al bebé qué le hace pensar que se lo voy a dar a él para que lo críe con la rubia loca
Ni muerta le daría yo a mi hijo a esa mujer descabellada!!
—no! Es mi bebé y su madre voy a ser yo!!—me levanté molesta del sofá—pero si no te has dado cuenta tu noviecita está loca de remate intentó embarazarse de ti embarazándome a mi en el proceso solamente para quedarse contigo ¡¿o acaso no te das cuenta que quería amarrarte de esa manera?! Es más ni siquiera quiero que estés cerca de mí hijo!
—también es mi hijo!—dijo levantándose molesto de la misma forma que Yo supongo que le había molestado que le dijera que su novia era una loca pero no estaba mintiendo
—y que?! Soy yo quien lo va a tener en mi vientre y soy yo quien va a decidir sobre él
— esto podemos arreglarlo de buena manera siendo dos adultos y tratando de llevarnos bien por nuestro hijo o llevar esto a la corte, sé que tengo mejor posibilidad de quedarme con el niño
— lárgate de mi m*****a casa!!! ¿A esto se supone que vienes amenazarme con quitarme a mi hijo?!
Algo pareció hacer clic en su mente
— No fue mi intención decirte eso
— que te largues!— grité caminé directamente hacia la puerta y la abrí dándole a entender que se tenía que ir ahora.
Lo vi caminar una vez llegó a la puerta me miró abría la boca como para querer decirme algo pero solamente se fue.
Yo no sabía qué decir en este momento pensé que esto podría resolverse de la mejor manera pero con esto Maximiliano solamente me había dado a entender que tener un hijo con él iba a ser una guerra campal.
No iba a dejar que mi hijo lo criara una loca como esa, así Me tocará desaparecer para que jamás vieran a mi hijo pero este bebé que estaba en mi vientre era mío.
Cerré la puerta fuertemente furiosa con todo lo que estaba sucediendo.
Que se vayan todos al diablo.
Habían pasado dos días luego de enterarme que estaba embarazada de mi ex jefe quería meter un reposo y quedarme en casa todo este tiempo pero no podía hacerlo ahora sabiendo la responsabilidad que venía encima tenía que hacer dinero suficiente para poder comprar las cosas de mi hijo. Si había algo de lo que estaba clara es que él no iba a pasar la misma necesidades que pasé yo que me faltaron tantas cosas él jamás iba a sentir que era eso porque yo me encargaría de que así fuese.— Buenos días Mili— salúdame secretaria al pasarle por un lado. Ella me miró Y me dedicó a una sonrisa yo no solía ser de esas personas que saludaba y sonreía todo el tiempo de hecho suelo ser bastante seria pero estos días me he sentido muy animada muy feliz quizás son las hormonas.Me adentré a mi oficina y pude escuchar los pasos a Mili detrás de mí, me senté en mi silla de siempre y me sorprendí verla con un enorme arreglo floral justo en el medio había un peluche esta vez color blanco no hacía falta tr
No pude evitar soltar una carcajada esta mujer definitivamente estaba loca.Por qué las personas con dinero solían creer que todo se podía solucionar con ella ni en cinco vidas totalmente diferentes ni aunque me esté muriendo de hambre sería capaz de abandonar a mi hijo o después es todo lo que yo había pasado y todo lo que yo había sufrido yo más que nadie sabía en carne propia lo horrible que se sentía eso no dejaría que mi hijo pasara por eso nunca.— no sé si sabes o tal vez no te quisieron decir pero yo voy a tener a mi hijo— una sonrisa se formó en su rostro—No me digas que Maximiliano te ofreció el mismo trato que yo sabía que quería que fuésemos padres aunque no lo dijese era muy evidente que anhelaba ser padre — quizás ella lo había visto antes que Maximiliano, quizás una pequeña parte de ella tenga razón y Maximiliano sí quería tener un hijo en su momento pero ella lo había obligado a que fuese antes de tiempo y eso en mi opinión era lo peor que podías hacerle una persona y
Suspiré No podía creer mi mala suerte.¿Cómo era posible que esto estuviera pasando?Me agarre del inodoro para luego volver a vomitar ¿Que se supone me estaba pasando?! Quizás era un virus.Me levanté cepillé mis dientes y volví a la cama, quería pasar todo el día ahí acostada.Odiaba faltar a mi trabajo pero ¿Que más podía hacer? Maldito virus Mi teléfono sonó, lo tomé pensando que podía ser mi secretaria, había olvidado avisarle que no iría hoy a la empresa.Tenía un pequeño puesto en una pequeña empresa de abogados, llevaba casos pequeños pero que solía ganar, ama mi trabajo.— Alexandra Martinez — contente esperando escuchar la voz de Mili preguntando por mi — Buenos días Srita Martinez la llamamos del Hospital San Antonio — Me acomode en la cama para prestar más atención — ¿Por que me llamarían a mi de un hospital? Pensé rápidamente en alguien que pudiera colocarme como llamada de emergencia pero no había nadie— Si? Que necesita— Usted vino hace unas semanas a Hospital?— P
— De quién es ese bebé Margarita?!— Un muy exaltado y furioso Maximiliano grito mientras se levantaba mirando fijamente a su novio al parecer futura ex novia — Lo siento sé que querías un bebé y yo quería dártelo quería cumplir de ese sueño así que me vine a examinar— dijo envuelta en llanto. Y luego estaba yo quién no podía creer todo lo que estaba sucediendo. Había venido por un maldito chequeo rutinario solamente para saber si todo estaba bien no para tener un bebé mucho menos de mi ex jefes estúpido. — Estás segura que estoy embarazada?— pregunté con una calma extraña — no estoy segura pero hay un 90% de posibilidad de que lo esté, solo se confirmaría haciéndole un eco o una prueba de sangre. No puedo estar embarazada Jamás pensé en mí como madre nomás Pensé en mí cuidando de un niño no sé cómo hacerlo no sé siquiera que necesito un bebé. Ay Dios mío!no es posible que esto me esté sucediendo a mí!!— No crees que si me protegía no quería un bebé todavía Margarita — Se qu