Capitulo 02

— De quiĂ©n es ese bebĂ© Margarita?!— Un muy exaltado y furioso Maximiliano grito mientras se levantaba mirando fijamente a su novio al parecer futura ex novia 

— Lo siento sĂ© que querĂ­as un bebĂ© y yo querĂ­a dártelo querĂ­a cumplir de ese sueño asĂ­ que me vine a examinar— dijo envuelta en llanto. 

Y luego estaba yo quiĂ©n no podĂ­a creer todo lo que estaba sucediendo. 

HabĂ­a venido por un maldito chequeo rutinario solamente para saber si todo estaba bien no para tener un bebĂ© mucho menos de mi ex jefes estĂşpido. 

— Estás segura que estoy embarazada?— preguntĂ© con una calma extraña 

— no estoy segura pero hay un 90% de posibilidad de que lo estĂ©, solo se confirmarĂ­a haciĂ©ndole un eco o una prueba de sangre. 

No puedo estar embarazada 

Jamás pensĂ© en mĂ­ como madre nomás PensĂ© en mĂ­ cuidando de un niño no sĂ© cĂłmo hacerlo no sĂ© siquiera que necesito un bebĂ©. 

Ay Dios mĂ­o!

no es posible que esto me esté sucediendo a mí!!

— No crees que si me protegĂ­a no querĂ­a un bebĂ© todavĂ­a Margarita 

— Se que si, veo como cargas a mi sobrino y sería un hermoso papá, piensa que aún podemos tener esa familia, nuestro bebé está ahí — Señaló mi vientre.

— quiero que me haga el eco!— le exigĂ­a la doctora— Quiero saber si estoy embarazada y de estarlo quiero que me dĂ© opciones para poder abortar!— las palabras salieron tan rápido de mi boca que ni siquiera tuve tiempo de procesarlo el miedo me estaba inundando por completo pensar en que tenĂ­a que hacerme cargo de un niño habĂ­a tenido que hacerme cargo de mĂ­ desde muy pequeña y tenĂ­a miedo de hacerlo mal con otro ser humano. 

No sabĂ­a cĂłmo hacer una mamá 

No sabĂ­a ni siquiera que tenĂ­a que hacer una mamá nunca la tuve. 

— Acaso estás loca!— Grito la rubia descabellada — No puedes deshacerte de mi bebĂ© 

Maximiliano me miraba sorprendido aĂşn asĂ­ no decĂ­a absolutamente nada. 

— Lamento decirlo señorita Margarita que este bebé biológicamente solamente es hijo del señor Maximiliano que fue el que usted nos indicó que era el dueño del semen que nos trajo y de la señorita aquí presente no tiene nada biológico que ver con usted— Le explicó la doctora.

— por si no entendiste no tienes ni derecho ni voto sobre las malditas decisiones que yo tomĂ© — pude ver cĂłmo se guisaba lanzar pero Maximiliano la tomĂł 

— qué diablos te pasa Margarita!! — Exclamó

— doctora Quiero saber si estoy embarazada ¡Hágame la prueba ahora! 

La doctora asintiĂł con la cabeza mientras se levantaba de su silla.

— por favor tome asiento donde siempre y colĂłquese la bata— hizo lo que ella me pidiĂł colocándome la bata lejos de todo en el baño de siempre y luego fui a sentarme mi corazĂłn latĂ­a fuertemente deseaba que la doctora no hubiese nada en mi vientre pero comencĂ© a recordar los vĂłmitos los mareos las náuseas y todos aquellos sĂ­ntomas que antes no tenĂ­a y que sabĂ­a perfectamente solĂ­an asociarse con las embarazadas. 

No puedo estar embarazada.

Dios mĂ­o no puedo estar embarazada 

Voy a ver cĂłmo la doctora arrimaba un poco la bata y ponĂ­a un lĂ­quido espeso en mi vientre colocaba el aparato y sentĂ­ como mi mundo se caĂ­a a pedazos cuando vĂ­ un manchĂłn en la pantalla 

— Ese es el bebĂ©?— preguntĂ© con miedo de escuchar la respuesta aunque algo definitivamente me decĂ­a que era asĂ­ 

Puedes sentir como Alexander se sentaba junto a mĂ­ lo mirĂ© por un segundo vi como miraba con los ojos brillosos aquella pantalla frente a ambos. 

— Está embarazada doctora?!— Preguntó maximiliano está vez.

— Si, está embarazada 

Mis ojos se cristalizaron apenas aquellas palabras salieron de su boca tenĂ­a una mezcla de emociones y por allá escondida estaba una pequeña felicidad de ilusiĂłn pero el miedo la tristeza pánico casi estaban a punto de tragarse la ilusiĂłn y a la felicidad. 

— Cuánto tiempo tengo?

— Aproximadamente 4 semanas, aún puedes finalizar tu embarazo Alexandra si eso es lo que quieres, yo misma me encargaré de hacerlo o en su defecto de mandarte con las personas correctas.

Llevé mis manos a mi vientre aún lleno de aquel líquido.

— necesito pensarlo 

— Alexandra tenemos que hablas — Dijo maximiliano— también es mi hijo

— un hijo que no querĂ­as y que te iban a meter tampoco lo querĂ­a, apenas estoy empezando mi carrera de derecho y no sĂ© quĂ© tan beneficioso sea estar embarazada en este momento Maximilian y compartir un bebĂ© con usted! 

vi cĂłmo abriĂł la boca para hablar Pero sinceramente no querĂ­a escuchar absolutamente nada asĂ­ que solo me levantĂ© me dirigĂ­ nuevamente al baño cuando estaba a punto de quitarme la bata no pudo evitar mirarme al espejo enorme que habĂ­a en ese cuarto de baño me imaginĂ© con un enorme panza y feliz a punto de tener a mi bebĂ©. 

Mi mente me estaba jugando en contra. 

No sé qué haré no sé qué hacer contigo pequeño bebé jamás pensé que iba a poder tenerte y mucho menos con Maximiliano.

En todo el tiempo que había trabajado para él, el hombre era déspota e insoportable.

No sabrĂ­a cĂłmo Ă©l podrĂ­a educar a mi hijo si decidĂ­a tenerlo. 

Y si este es mi único oportunidad para tener un bebé?

Y ahí sentado en el suelo comencé a llorar pensando en las opciones aquella chica loca quería tener al bebé junto Maximiliano y estaba claro que Maximiliano quería también tener a este bebé La pregunta era yo quería tenerlo podría darlo en adopción pero me rehúso a hacer lo mismo que hicieron mis padres conmigo quiero tener a mi hijo mis brazos si decido tenerlo y traerlo a este mundo no dárselo a dos personas que ni conozco.

Respire profundo tratando de calmar mi llanto limpiĂ© mis lágrimas me quitĂ© la bata y me coloquĂ© Mi pequeño vestido una vez estuve lista salĂ­ del cuarto de baño y ahĂ­ solamente estaba Maximiliano sentado mirando sus manos jugueteando con ella y frente a Ă©l estaba la doctora ambos en silencio. 

Me preguntó dónde estará la rubia loca.

— Alexandra...— susurro Maximiliano al verme 

— le avisĂł quĂ© decisiĂłn tomarĂ© doctora— te dije a la doctora ignorando por completo maximiliano 

No es que lo quisiera ignorar eso es lo que no sabĂ­a que decirlo esto era una situaciĂłn rara y muy incĂłmoda. 

TendrĂ­amos un hijo sin siquiera tener sexo. 

SalĂ­ lo más rápido que pude de aquel consultorio comencĂ© a caminar hacia el elevador 

— Alexandra por favor tenemos que hablar detente— escuché la voz de Maximiliano rápidamente me subí el ascensor apenas abrió sus puertas y comencé a tocar el botón para que este cerrara y antes de que pudiera decir algo más las puertas se habían cerrado

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