Hali Frey.En un momento me encontraba terminando una pintura y de pronto estaba en la cama siendo limpiada por Hades, ya que mis manos y rostro se habían machado de pintura que yo no me daba cuenta que tenía hasta que me veía en el espejo y me miraba las manos, siempre me suele suceder.— Señor… — me mira fijamente y carraspeo olvidando que me había pedido llamarlo por su nombre y no formalmente — Puedo… limpiarme yo — sigo diciendo tomando su mano en donde tiene el paño sobre mi rostro.— No es ninguna molestia, déjame terminar — trago saliva al escuchar su voz tan cerca de mí, estábamos a solas, había pasado un tiempo en el que no nos veíamos seguidos por sus viajes de negocios y no era porque comenzara a sentir cosas por mi propio jefe, tal vez, es por el embarazo que me tiene sensible.Cierro los ojos por un momento sintiéndome avergonzada por como me mira tan concentrado, Hades es un hombre realmente perfecto, aunque todo en él da vibras de gato negro, porque prácticamente todo
Hali Frey.Salgo de mi habitación lista para irme a trabajar cuando me encuentro a Julián en la isla de la cocina desayunando, no veo rastro de Ana o de Eli, supongo que salieron primero a sus trabajos.— Buenos días — dice al mirarme, saludo entrando a la cocina por algo de tomar — No sabía que estas embarazada… ¿Por eso renunciaste? — lo miro bebiendo de jugo de naranja.— Si, encontré otro trabajo — dejo el vaso en el lavaplatos — Bueno, me retiro — salgo de ahí sin esperar que diga algo más, no sé cuánto tiempo durará en quedarse en el apartamento, pero si es mucho tiempo, no creo soportarlo, menos ahora que conozco su verdadero rostro.En algún momento, hubiera estado emocionada por tenerlo ahí viviendo con nosotros, pero ahora me parece lo más incómodo que he encontrado jamás en una persona.Al llegar a la salida del edificio veo un carro diferente, frunzo el ceño al ver a Hades bajar del carro, me abre la puerta y aunque todo me esta pareciendo extraño, me subo sin decir nada a
Hades Kana.Escucho un chillido haciendo que mire por donde había entrado Hali, era la primera vez que visitaba su apartamento, posiblemente la última porque me la llevaba a mi mansión, al parecer no me bastaba con verla 12 horas, sino que la quiero ver 24 horas y estar más al tanto ahora de mi hijo, sabiendo que será un niño con el nombre de “Darien”, ya me tenía a la idea ese nombre y con ese se va a quedar.Mi pequeño heredero Darien Kana.El solo juntarlo con mi apellido, queda perfecto. Al menos no tendría nombre de algún Dios griego como mis hermanos.— ¡Es un niño, es un niño, Eli, ahora págame la apuesta! — escucho que grita la castaña que sale del cuarto, el chico la mira y niega sacando su billetera para pagarle por ganar la apuesta, algo que me parece gracioso.Me acerco a la habitación y veo que es como entrar a un bosque de hadas, tiene muchas cosas, todo tienen alguna figura extraña y colorida, un cuadro grande con fotos de Darien que me gustaría llevar.— Mañana llamare
Hali Frey.Lo veo salir de la biblioteca, aunque solo lleve menos de 24 horas viviendo bajo su techo, nunca me había sentido tan tranquila, incluso, me siento más en compañía a cuando vivía en el apartamento con mis amigos, a los cuales debo mantener informados y esperar las cajas que traen el resto de mis cosas. Aunque fui algo impulsiva el decidir de manera rápida, pero también él no me dejó pensarlo mucho y se decidió de esa forma.Me levanto luego de comer y me regreso al estudio que para mi suerte no tengo que pasa por el comedor, una vez que me pongo a continuar con mi trabajo, no me doy cuenta de las horas hasta que llegó el mayordomo con una bandeja, al parecer ya era la hora de comer.Ya sola, me siento cerca de la ventana y comienzo a comer el espagueti mientras miraba el jardín que durando 4 meses en el que he estado aquí, no he salido a verlo por mi cuenta, pero eso ya seria hablarlo con Hades sobre el nuevo trato de vivir bajo su techo.— ¿Has terminado de comer, señorita
Hades Kana.Me siento de golpe mirando en donde me encuentro, miro mi ropa desarreglada y los vagos recuerdos vienen a mi cabeza, puedo jurar que Zeus me hizo tomar de más y me quedé dormido en el sofá, pero no sé cómo he llegado a mi cama y por qué las sábanas tienen un dulce olor como si Hali hubiera estado anoche aquí. Aun así, me levanto y llego al baño en donde me observo en el espejo, notando unos pequeños chupones en el cuello y parte de la clavícula.— ¿Qué sucedió anoche? — susurro preguntándome para luego tomar una siesta.(…)La observo comer de manera tranquila, su rostro parece brillar, como si de verdad hubiera tenido un sueño reparador, como si de verdad durmió bien, pero lo que me llama la atención son los chupones en su cuello, me mira a los ojos y se sonroja continuando con su desayuno, miro a Guillermo que no me mira para nada, como si supieran algo que yo no sé.— Guillermo… — lo llamo sin dejar de mirar a la morena que se encuentra tranquila, me levanto terminando
Hali Frey.Viernes, 17, marzo, 2028.Lo veo pasar tras de mí a través del espejo que hay en el rincón del pequeño estudio, sonrío y sigo arreglando hasta que siento su mirada otra vez, miro un momento el reflejo y me río volteándome a mirarlo, habíamos comenzado a tener pequeños encuentros, no hacía unos días habíamos ido a consulta, podía acostumbrarme a ir acompañado con él, aunque me pareciera algo incomodo al no ser él el padre. Aun así, pude hacerle cierta pregunta que me tenía inquieta desde esa noche en el que no hice nada con Hades, pero que comenzó todo.— ¿Se le perdió algo, señor? — pregunto y cierra la puerta tras de él para acercarse y besarme los labios, tuvo que agacharse un poco más porque me encuentro sentada en una silla.— Solo eso… y… tengo una cena-reunión con unos socios y pues necesito que seas de nuevo mi prometida falsa — trago saliva y asiento — Guillermo te dejara el vestido en tu habitación — carraspea y se retira sin decir más nada, dejándome con muchas du
Hali Frey.Muevo con una cuchara el chocolate caliente de mi taza mientras miro el clima, ha comenzado a llover desde hace 30 minutos y no he salido de mi habitación ya que esta no entra el ruido de afuera y me mantiene en paz, pero eso no quita el aburrimiento que cargo desde hace 3 días desde que salí a esa cena.Hades parecía extraño y eso me confundía a cada momento, a veces, era pegajoso y otras veces, muy evitativo, hasta puedo decir que tiene algún problema de bipolaridad si no fuera poco. — El señor volverá a salir de viaje — habla Guillermo sacándome de mis pensamientos, no era de mi incumbencia lo que hiciera o no mi jefe, aun así, Guillermo me notificaba aquello como si fuera necesario y no preguntará por el jefe cuando no lo viera algunos días merodear por la mansión.— Vale… — es lo único que digo, Guillermo me mira y se acerca, lo miro confundida.— ¿Le provoca alguna otra cosa? — niego a su pregunta y asiente recogiendo todo para luego irse, me acomodo en la cama y ci
Hades Kana.Había pasado nada más una semana en el me fui y ahora me la encuentro en el centro comercial con un hombre que no conozco para nada que al parecer que le tiene mucha confianza por cómo le toca el vientre en el que está mi hijo. Si que habían sucedido muchas cosas, a veces los viajes de negocios se ponían largos, pero intentaba acortarlo de todas maneras para no perderme ningún detalle sobre el embarazo de Hali, con quien comencé a tener relaciones íntimas que no pensé que volvería a tener en un largo tiempo, pero ella estaba ahí, viviendo bajo mi techo y vistiendo esos vestidos de tirante que la hacer ver hermosa.Nunca me había parecido tan hermosa una mujer embarazada hasta que vi como cada semana crecía mi hijo en su vientre.— Oh, pero si es el señor Kornellio — dice la chica cuyo nombre no recuerdo ahora, no me había imaginado tener que fingir que me llamo de otra manera hasta que lo hizo Hali, por razones que puede ser que conozca.— ¿Kornellio? — pregunta el hombre,