EMMA. —¡Admitir que ha sido gracioso! ¡Ese aprovechado no volverá a molestar a bellas damas inocentes! —Noah habló de forma melodramática y reímos dándole la razón. —Se lo merecía—reí sonoramente —Dijo que me esperaba en el baño para ya sabéis... —¿¡Dijo que te iba a follar en el baño!? —Alexa se levantó de su silla crujiendo sus nudillos—¡Se va a enterar de que nadie se mete con mis conejitas!—Ryder la sujetó de la cintura sentándola sobre su regazo cosa que ella acepto encantada besando su mejilla. —Suerte que Nina puso en práctica la fase tres —Oliver y ella chocaron los cinco haciéndonos reír a todos. Estos dos siempre habían sido muy buenos amigos.—Aunque tu pitbull estaba a punto de atacar—señaló a Axel el cual lucía ligeramente molesto mirando a mi hermano con reproche. —Ya es tarde chicos, aquí una necesita dormir para mantener su belleza —un gran comentario de mi parte para romper el incomodo silencio que se había formado. Hicimos planes para salir mañana, nos
No entiendo como tres chicos tan diferentes podían ser amigos, Ryder de lejos se veía que era un picaflor, el cual picó sobre mi pelirroja amiga dejándola totalmente enganchada y como no, con esos ojos miel y su pelo casi rubio combinado con ese cuerpo de modelo engancharía a cualquiera, Emmet sin embargo las pocas veces que había coincidido con el siempre parecía muy formal y educado, claramente no tenia nada que envidiar a sus amigos, el poseía unos bonitos ojos verde pálido y tenia el pelo un poco rizado haciéndolo lucir bastante masculino. De Axel creo que no hace falta hablar, ese hombre era ma perfección en persona y su personalidad era la de un personaje de libro erótico el cual siempre sabía que frase usar para calentarme y si a eso le sumabas los tatuajes de sus brazos... —Tu hermano insistió en hacer una fiesta en tu casa para inaugurarla, nos llamó para pedirnos ayuda y de paso para que le patearamos el trasero en su nueva video consola—contestó Ryder desafiando a Oliv
EMMA. Me encontraba en mi habitación vistiéndome junto Alexa para la estúpida fiesta de mi estúpido hermano. No entendía la ridícula obsesión que tenia esta hombre por celebrar todo. Recuerdo el día en que celebró que me vino la regla haciendo una gran fiesta donde invitó a todo el vecindario masculino advirtiendo que su hermanita ya era mujer y no quería ver a ninguno rondando a mi alrededor, lo sé, adorable. Conseguir mi perdón le costó bastante caro pues tras ese día ningún chico de la secundaría se atrevió a acercarse mi. A esto le debo que mi lista de amoríos no sea muy extensa. Gracias Oliver. —¿Rojo perra o rosa muñequita?—Alexa sujetaba dos vestidos frente a mi haciéndome reír ante a gran diferencia que había entre ambos. Mi amiga si que podía llegar a ser extrema. El rojo era de raso, de tirantes y excesivamente provocativo, demasiado para mi gusto, en cambio el rosa era totalmente de encaje de mangas largas y cuello palabra de honor, enseñaba, pero no abusaba. —Usa el r
AXEL. Venir a esta fiesta y encontrarme con Hilary fue lo peor que pudiese haber pasado. Esta tía tenia una rara obsesión conmigo la cual no dudaba en mostrar abiertamente. Desde que me senté no había podido quitármela de encima, era peor que un chicle en el zapato. Cuando Emma llegó a nuestro lado luciendo extremadamente ardiente con su pelo recogido, su cuello quedaba totalmente expuesto y mi mente divagó con morder en la curvatura de este hasta dejar marca. Por la mirada que me dió pude notar lo cabreada que estaba y lo entendía pero aprovecharía esta situación para probar su punto. —¡Oye Elsa!—Hilary llamo a Emma mal a propósito, pues sabía perfectamente quien era tanto ella como su hermano. —¿Tan difícil te es memorizar cuatro letras guapa?—Emma la miró desafiante. —Como sea—agitó su mano con desinterés—¿Que cirujano te operó las tetas? Salta a la vista que esas cosas no son naturales. Emma la miró sin ninguna expresión en el rostro y Hilary sonrió burlona ante aquel
22 de Julio de 2016. EMMA. ¿Quien tiene un humor de perros de buena mañana? Exacto, yo. En que maldita hora mi madre propuso hacer una comida familiar para formalizar su compromiso. Tendría que verle la cara al viejo acosador de Petter, el cual llevaría a sus hijos, así conocería al novio de Deborah, moría de ganas por saber como "enamoró" a mi hermana. Aparté las cortinas de mi gran ventanal y salí a la terraza a estirar los brazos mientras regaba un poco las flores de los maceteros, se veían muy bonitas y coloridas. Esta parte de la casa siempre fué mi favorita, consistía en una espaciosa estancia mitad cubierta mitad al aire libre. En la parte cubierta había un gran sofá con cojines, una mesa y algunas luces adornando. Me entretuve toda la mañana dibujando cualquier cosa que se me ocurría. Inconscientemente la imagen de Axel vino a mi mente haciendo que empezara a trazar un pequeño boceto de su rostro, su mandíbula marcada, sus pómulos altos... Sonreí y cerré mi cuaderno, otro
AXEL. Cuando ví a Emma correr escaleras abajo no pude evitar admirar su cuerpo, siempre la había visto luciendo vestidos de arreglados, verla con ropa de calle era nuevo para mis pobres ojos que eran incapaces de mantenerse lejos de ella cada vez que estaba a mi alrededor. Examinándola bien ella no debía haber usado ese apretado top blanco, contrastaba con su piel bronceada y me dejaba ver a la perfección la forma de sus firmes pechos y que decir de esos jeans... Ella ni siquiera se había percatado de mi presencia y yo ya estaba divagando por sus largas y esbeltas piernas. Ví sus pies pisar en falso y corrí a sujetarla agarrando su pequeña cintura. Su aroma me invadió de inmediato y cerré los ojos aspirando lento, miré sus ojos cerrados y sus largas pestañas tocar sus pómulos mientras su expresión se relajaba totalmente. —Estuvo cerca princesa—susurré y ella abrió lentamente sus ojos verdes confusa y aliviada al mismo tiempo. Había recogido su pelo en una coleta dejando alguno
EMMA. —¡Bienvenidos a THE MOVEMENT LIFESTYLE! Mire a mi alrededor anonadada, examinando cada cosa que ahí se encontraba. Una gran sala con una pared llena de espejos nos rodeaba, todo estaba lleno de luz y el parqué del suelo era de un marrón claro desgastado. Miré a Axel asombraba. ¿Me había traído a bailar?¿Acaso Axel bailaba? Miré a la mujer que se encontraba frente a nosotros, debía rondar los cincuenta años y lucia un vestido amarillo y unos zapatos negros de baile. —¿Que tal estas Diana?—la mujer sonrío con ternura mientras Axel la abrazaba. —Llevaba tiempo sin verte diabillo ¿Que tal se encuentra tu madre y la pequeña Aria? Seguí examinando mi alrededor cuando esa pequeña loca vino a mi mente, moría de ganas por ver si seguía siendo tan ocurrente y hermosa como recordaba. Le diría a Axel que me llevara a verla, es niña debía ver que había vuelto de mi cuento. —¡Emma!—volví mi atención hacia ellos—Esta es Diana, una gran amiga de mi madre y nuestra instructora de b
AXEL. Definitivamente traer a Emma a bailar había resultado una de las experiencias mas calientes que he tenido en mucho tiempo. Tener su cuerpo pegado al mío en ese pequeño vestido me estaba enloqueciendo mientras bailábamos, necesité de todo mi autocontrol para no tocar mas allá de lo permitido. La miré intentando regular mi respiración acelerada no por el baile, si no por su cercanía. Sonreí y cogi la rosa roja de su pelo colocándola en mi oreja lo que provocó un lindo puchero de su boca que me hizo perder lo poco que me quedaba de cordura. Puta madre, respira Axel, no actúes como desesperado. —¡Habéis estado fantásticos!—Diana nos abrazó a la vez apretándonos emocionada. No recordaba lo efusiva que era esta mujer cuando le gustaba algo. Y mas si se trataba de baile en pareja. Mi madre y ella siempre fueron unas amantes de los bailes de salón, es por ello que Aria y yo asistíamos a sus clases antes de que mamá abriera las clínicas veterinarias. —¡Desde lejos se nota la tens