Miraron una película interesante esa noche y durmieron abrazados como un par de enamorados, dejando el papel y la interpretación de esposos a un lado, para vivirlo de verdad. Rachel sentía que flotaba sobre una nube, que la vida le sonreía y finalmente le entregaba un capítulo sin tachones. Era ella, alguien tan afortunada por tener a Silvain a su lado.En las peores de las tormentas apareció en su vida y ahora no hacía más que iluminar sus días. Silvain se despidió de ella con un beso en los labios y se marchó al trabajo, pero le prometió que volvería pronto. Pero Rachel, con el aviso de que su madre no podría ir a verle ese día, le escribió a su esposo diciéndole que saldría y cualquier cosa lo llamaría. Rachel no esperó encontrarse de imprevisto a Leandro. —¿Qué hace la esposa de Silvain andando sola a esta hora? —¿Que sea su esposa me impide salir sola o también debo andar con seguridad detrás mío? —No he querido decir eso. Estoy sorprendido de verte, pero no es desagradable
—Te eché de menos —fue lo único que se atrevió a decir tirándose a los brazos de esa persona a la que se aferraba con todas sus fuerzas.Rachel deseaba con todo su corazón que no tuviera nada que ver con ese robo, quizás todo era un malentendido, algo que desde el principio aseguró y llegó a conjeturar. Puede que el trabajo de su hermano no fue hurtado, tal vez las cosas habían sucedido de otra forma. Silvain se quedó un poco confundido, no porque le dijo que lo extrañó, sino que no parecía ser lo que inicialmente tenía pensado expresarle. En todo caso el sentimiento era mutuo y correspondió a su cariño, a ese abrazo efusivo, al separarse dejó un beso sobre su delicada frente y le regaló una sonrisa cariñosa. —Te prometo que estaré antes los próximos días, incluso si estás con la señora Cinthia y Carla, me inquieto al no saberte conmigo —dejó un beso casto en sus labios, mientras ella pensaba, ¿cómo podría ser él, una mala persona? —. Vayamos a comer. Se quedaba con esa versión que
Sus ojos se posaron en aquella tormenta opacada y rodeada de hinchazón. Seguramente había estado llorando durante un largo tiempo. Pero existía algo más que el CEO no pudo descifrar. A medida que se fue acercando a ella, notó enojo en sus orbes. —¡Exijo una explicación, Silvain! Todo este tiempo creí que no podía existir una mejor persona que tú, pero ahora que lo pienso, cada una de las cosas que hiciste por mamá y por mí fueron estudiadas con profundidad, todo para intentar tapar la realidad. ¿Una compra? ¿es en serio? ¡Mi hermano jamás vendería su trabajo, mucho menos algo que le costó tanto esfuerzo! En todo caso, ¿por qué nunca vimos un solo centavo de ello? Maldición —se tomó la cabeza, bamboleada por un repentino mareo. Silvain se preocupó mucho por ella y también estaba impactado al escucharla. La joven ante su amago de ser tocada, lo miró mal y retrocedió, no permitiendo que lo hiciera. Estaba sumamente molesta con ese hombre. —¿De qué hablas? Sabía de qué, pero aún est
Marie estaba conversando con Paty, ese día que el café estaba siendo muy concurrido. Cuando de pronto surgió el tema de Silvain y sus problemas durante su adolescencia, sobre todo después de lo ocurrido. Patricia hizo mención de lo que pasó su hija cuando joven también, su sobrepeso e inconvenientes con sus compañeros de clase. —Mi hijo también se la pasó mal. No durante su niñez, pero sí hace años atrás, aún más joven —expiró —. Me preocupé demasiado por él en ese momento, incluso tuve que pedirle a la servidumbre que se hiciera cargo y si veía cualquier movimiento extraño me avisara lo más rápido posible, resulta que había intentado quitarse la vida en varias ocasiones... es un tema que no suelo compartir con nadie, pero, supongo que me das la confianza de poder decirte. —Oh, lo siento mucho...En ese preciso momento la madre de Rachel sintió que su mente se iluminó, recordando repentinamente ese suceso de aquel día. ¿Por qué llegaba de repente a su cabeza? —Descuida —bebió de s
Paty se asomó y suspiró, llevaba la bandeja en la mano. No sabía si debía entrar o no. Pero verla así le inquietaba. Todavía seguía noqueada con todo eso del matrimonio arreglado, ni hablar del escándalo que armó el padre de Silvain al enterarse y aparecerse por el café causando un alboroto. Las cosas no estaban bien, en absoluto. Patricia todavía seguía preguntándose como era posible que su hija se casara sin amar a Silvain, pero que se vieran tan bien juntos... Eso ya era muy extraño. —¿Hay algo que aún no me dices, cariño? Ten, come, no debes ni puedes saltarte las comidas y lo sabes —recordó, como toda madre preocupada, a lo que ella asintió. Forzada se veía, no solo por su propio bien, sino por el bienestar de sus bebés, a comer. Aunque el almuerzo de su madre tenía un aspecto delicioso, la verdad es que le supo insípido, debido a la inapetencia y desgana que tenía. —¿Algo más? —Bueno... Esa tal Lorena ese día solo habló del matrimonio falso, no precisamente así, pero...—
Jerome le arrebató la copa de vino; en medio del enojo tiró la botella al suelo, se hizo trizas. —¿¡Te has vuelto loco!? Ya van dos semanas estando así. Deja de beber y ve a la compañía. ¿Acaso crees que te puedes olvidar de tus responsabilidades allá? Porque deberías saber que sigue siendo primordial, incluso si se trata de tu "esposa" —lo dijo de cierta forma indiferente. A él no le gustó el tono que usó, siendo muy despectivo. Lo detestaba con todo su corazón. No tenía idea de nada. De qué en verdad la amaba. —Basta, deberías irte. —No, me quedaré. No te gusta que te digan la verdad, odias que sea sincero contigo —declaró alzando la voz, dejando al hombre completamente iracundo, detestando que siguiera por el mismo rumbo —. Al final tuve razón, todo esto del matrimonio es una farsa y tú, te dejaste manipular por esa mujer. No me digas que de verdad te enamoraste.Casi burlón se lo decía.—Déjame en paz, solo quiero que me dejes tranquilo. No tienes idea de nada. —¿Qué te dej
Todo alrededor de company Boseman Technology se desplomó como un castillo de naipes. Fue un terrible desastre que empezó a sacudir desde los cimientos. El padre de Silvain se volvería loco, tirando de sus cabellos, frustrado. Viviendo uno de los momentos más asfixiantes, desde que su idiota hijo decidio dar esa rueda de prensa repentina y admitirlo todo. Los medios de comunicación, no tardaron mucho en hacer difusión, la noticia se dispersó con locura. «CEO de Boseman brinda fuertes declaraciones sobre la app que lo catapultó».«De Héroe a Villano, el engaño de Silvain Boseman». Eran algunas notas en primera plana.Las acciones bajaron. Todo era un verdadero golpe en muchos sentidos. Agus y Leandro, seguían impactados, todos en la compañía. Pero a diferencia de la mayoría, ellos se quedaron de su lado. —Mi padre no ha dejado de llamar —resopló —. ¿Hasta cuando seguirán hablando de lo mismo? —Solo han pasado dos días... —alegó Leandro, que siendo muy pronto, era obvio que segu
El CEO salió disparado de casa, al enterarse de que Rachel estaba en labor de parto. Aunque de camino a la clínica, otra vez su progenitora lo llamó. Se le iba a practicar una cesárea, aunque inducir el parto vía vaginal, era más fiable en su caso. En la sala de espera se topó a Patricia junto a su madre, ellas, pese a todo, nunca dejaron de tener una buena relación, al menos las circunstancias desfavorables no terminó con la buena relación que tenían ambas. Paty dejó de lado el enojo que sentía por todo lo que hizo Silvain, debido al momento, aunque en el fondo ni siquiera le dedicaba odio. —Cariño estás aquí. Ya ha sido ingresada al quirófano. Esperemos, la cirugía tardará un poco. Silvain saludó a Paty y se mantuvo en silencio después. Rogaba porque todo saliera bien. Sabía que una cesárea en alguien con diabetes significaba más riesgo. Su corazón iba a toda marcha, sentía que el tiempo se volvió pesado y lento, odiaba tanto esperar. Paty suspiró. Silvain a leguas estaba ne