El CEO salió disparado de casa, al enterarse de que Rachel estaba en labor de parto. Aunque de camino a la clínica, otra vez su progenitora lo llamó. Se le iba a practicar una cesárea, aunque inducir el parto vía vaginal, era más fiable en su caso. En la sala de espera se topó a Patricia junto a su madre, ellas, pese a todo, nunca dejaron de tener una buena relación, al menos las circunstancias desfavorables no terminó con la buena relación que tenían ambas. Paty dejó de lado el enojo que sentía por todo lo que hizo Silvain, debido al momento, aunque en el fondo ni siquiera le dedicaba odio. —Cariño estás aquí. Ya ha sido ingresada al quirófano. Esperemos, la cirugía tardará un poco. Silvain saludó a Paty y se mantuvo en silencio después. Rogaba porque todo saliera bien. Sabía que una cesárea en alguien con diabetes significaba más riesgo. Su corazón iba a toda marcha, sentía que el tiempo se volvió pesado y lento, odiaba tanto esperar. Paty suspiró. Silvain a leguas estaba ne
Dos semanas después del nacimiento de los gemelos, Peter y Sofía, Rachel firmó los papeles del divorcio. Quería pasar la página, no anclarse a una hoja que la ataba irremediablemente a sentir que nada fue real, solo un montaje. Paty la convenció de irse con ella a Los Ángeles, después de que se pusiera bien, al menos por un tiempo podrían quedarse en esa otra ciudad. No quiso.—Silvain vendrá hoy, mamá. —Lo sé, por lo visto estás ansiosa de verle. —No es cierto —bufó —. Ya sabes que no lo puedo privar de ver a sus hijos. —Siendo sincera, ¿nunca lo vas a perdonar? —cuestionó curiosa y ella solo suspiró. —Iré a ver a los gemelos. —Vale, yo debo hacer las compras. Pero no vendré hasta la noche —agregó —. Quedé en verme con Marie. —De acuerdo, no te preocupes. Estaré bien. —Llámame cualquier cosa y recuerda, que a veces es bueno dar segundas oportunidades, Rachel... Te amo y quiero verte estable. ¿Comprendes? Solo movió la cabeza a modo de asentimiento.Su madre besó su mejilla
6 años después...Suspiró maravillada por las fotografías. Eran recuerdos extraordinarios que atesoraría para siempre; Rachel se dio cuenta de que el tiempo pasó en un chasquido. Ya en un abrir y cerrar de ojos se encontraba viviendo una vida que era completamente diferente. En el transcurso de aquellos años, consiguió un título universitario, casarse con Silvain por amor, seguir creciendo junto a sus hijos y esposo...Lo tenía absolutamente todo, no le podía pedir más a la vida. —¡Se te hará tarde, cariño! —exclamó al darse cuenta de la hora. Silvain apareció haciéndose un nudo en la corbata, apresurado porque no tenía tiempo qué perder. Ese día era sumamente importante, debía presentar un proyecto. El CEO ya no trabajaba más en la compañía de su padre, decidiendo hacerlo por su cuenta. Después de su renuncia aquella vez debido al lío de "Interaction" no se detuvo y trabajó duro hasta conseguirlo. Respecto a la app, se tomó una decisión cuando todo estuvo más calmado. Rachel so
Loren Jones proviene de una prominente familia de la alta sociedad, al igual que Matthew Kingman. Sin embargo, debido a eventos del pasado, se odian profundamente. Cuando la familia Jones se encuentra sumida en una crisis financiera y al borde de la bancarrota debido a desfalcos, toman una decisión drástica: casar a Loren con el hombre que más odia. A pesar de su resentimiento, Loren accede a casarse con el fin de evitar que su familia quede en la calle. Lo que desconoce es que su propio padre es responsable de un terrible suceso del pasado que ha dejado huellas imborrables en la familia Kingman, alimentando así el odio entre ambas familias. Ahora, con los Jones al borde del precipicio, Matthew ve la oportunidad perfecta para llevar a cabo su venganza. Dispuesto a cualquier cosa, Matthew no sabe que los encantadores ojos almendrados y los hoyuelos en las mejillas de Loren serán su perdición. A medida que ambos se ven envueltos en una tormenta de emociones, también esperan encontrar l
AXEL. Me desperté de muy buen humor, hoy hacía un magnifico día. Bajé a desayunar, encontrando a Aria dibujando en la alfombra del salón. Ella era una niña con demasiada imaginación a pesar de sus 4 años de vida. Nunca había visto niña tan entusiasmada con el arte y la naturalez.—¿Qué dibujas, Ari?— me agaché a su lado y observé curioso. Ella levantó la cabeza sonriéndome achicando sus ojos azules iguales a los de mamá. —Mami —apuntó a un muñeco con el pelo pintado de rosa sobre un fondo con muchas estrellas diminutas y esperó mi reacción. Yo sonreí encantado y la senté sobre mí regazo. Aria había traído mucha alegría a nuestras vidas. Después de que mis padres de divorciaran, la depresión hizo que mamá cambiara completamente. Todo cambió cuando llegó Dominic, su nuevo marido. Volvió a ser la mujer alegre que fue siempre y aún mas con la llegada de la pequeña Aria. —A mami le gustará mucho tu dibujo—pellizque su moflete derecho —. ¿Cuándo harás uno para mi? Ignorando totalm
EMMA. No podía creer lo que había hecho. Yo, Emma Clayton, había dejado plantado a mi esposo en altar y deshonrado a mi madre. Ni mucho menos puedo creer que ahora mismo estoy en el coche de un chico al que acabo de conocer y del que no puedo apartar la mirada. Enserio, este hombre es de revista. Al salir corriendo de la iglesia acabé en un parque a unas manzanas. Allí encontré a una pequeña niña –bastante curiosa a mi parecer–, hablando sola. Resultó que se llamaba Aria y tenia una rara obsesión con las ardillas y las princesas. Incluso me hizo hacerme una foto para su madre pensando que yo era una. La mejor parte fue cuando su hermano llegó a donde estabamos nosotras, era el mismo chico que vi en Avalon. El mismo que deseé que fuera mi marido en vez del vejestorio con complejo de veinteañero. Mi sorpresa fue tanta que por poco mi mandíbula cae al suelo, no esperaba encontrarlo de nuevo, y mucho menos usarlo de salvavidas. Suspiré y posé mi cabeza sobre la ventanilla. ¿Que se
Entré al baño y me miré al espejo, aun llevaba el cabello recogido por lo que decidí deshacer la trenza y dejarlo libre, coloqué los diminutos pantalones que Axel me dió por debajo del vestido pensando en si realmente su madre era tan diminuta, lo cual me hizo gracia. Quité mi vestido y lo tiré a un lado. Este se lo regalaría a Aria. Metí mis brazos en la camisa de diminutos cuadros y la abroché tomándome mi tiempo, me quedaba cuatro dedos por encima de la rodilla haciéndome sentir un poco cohibida ya que los pantaloncitos tapaban bien poco. Salí del baño encontrando a un Axel tirado en el sofá con los brazos detrás de la cabeza, sus músculos se veían marcados en esa posición. Controla tus estupidas hormonas Emma. —¿Porqué ya no vistes de princesa?—Ari me miró triste haciendo que Axel se percatara de mi presencia, sus ojos pasaron de mis pies descalzos subiendo lentamente por mis piernas, pasó ligeramente por mi escote y acabó en mis ojos, relamió sus labios. Si seguía mirándome
Suspiré antes de entrar al avión y di mi billete a la azafata la cual me respondió con un me senté en mi lugar pegado a la ventana junto a una estupida y estirada mujer que no dejó de hablarme sobre su maravillosa vida de lujo. Como si me importara lo que comía su perro. Sentí ganas de ir al aseo por lo que me levanté disculpándome con la mujer y me dirigí hacia el fondo del pasillo donde se encontraban, iba distraída cuando sentí un gran cuerpo chocar contra el mío. Cerré los ojos esperando la caída, la cual nunca llegó pues fui sujetada fuertemente de la cintura. Abrí mis ojos lentamente encontrándome con un chico mirándome atentamente con sus ojos color miel. —Mira por donde vas, casi me matas —me solté de su agarre y lo mire enfadada sacudiendo la falda roja que se había subido levemente. —Deberías agradecer que té cogí.— miró desafiante, quien se creía este idiota. Ibs a contestar cuando fuí interrumpida por su voz. —Soy Eric, por si te interesa — lo miré y sonreí vi