27 de Agosto de 2016 AXEL. —¿Ustedes se dieron cuenta de lo que me están pidiendo? Despertar por una llamada, era algo que me molestó como la mierda, pero despertar y que la llamada fuese de mi padre fue algo por lo que querer tirar mi teléfono contra la pared. Si tan siquiera me hubiese llamado para algo importante, pero obviamente no, de este hombre y su futura esposa no se podía esperar más que propuestas descabelladas y fuera de lugar como la que acababa de recibir ¿En serio me hicieron venir para esto? —Es una propuesta bastante favorecedora para ambas partes, niñito.—contestó la bruja de Eleonora. Hasta su voz era de bruja, no entiendo como alguien ya en sus cincuenta años podía mantener una piel tan estirada, miento, si que lo entiendo, la cirugía puede hacer milagros en las personas y esta mujer era un claro ejemplo. Su pelo era corto y negro como el carbón y sus ojos azules, iguales a los de Deborah. Pero de poco le servía mantener su apariencia impecable si por dentr
AXEL. —¡Bella ven aquí!—gritó Aria corriendo detrás de su pequeña cachorrita de labrador—¡Princesa Emma, ve por la derecha! Al llegar a casa mamá quiso preparar una pequeña merienda, por más que Emma insistió en ayudarla mi madre se negó rotundamente por lo que Emma desistió y arrastrada por mi hermana comenzaron a jugar con el perro que Aria recibió por sus excelentes calificaciones a final de curso. —¡Ari, despacio!—la calmó Emma desde el otro lado de la piscina. Ambas se encontraban rodeando al pequeño cachorro, el cual, huía de ellas jugando. Aria lo acorraló por la izquierda, mientras Emma lo hacía desde la derecha de la piscina. El patio trasero de mamá era algo digno de revista, ella pasaba ña mayoría de sus horas libres arreglando, plantando y regando las flores y arboles que lo componían. Siempre amé este lado de la casa, de pequeño acampaba con Emmet en medio de este jardín y fingíamos estar en medio de el bosque, son grandes recuerdos. —¡Ya casi lo atrapamos!—gri
EMMA. Realmente estaba en ropa interior delante de Axel, mientras el buscaba algo que pudiera ponerme entre la poca ropa que tenia en su antigua habitación. Mi ropa se encontraba en una secadora junto a la de Ari, ya que Rebecca muy amablemente se ofreció a secarla. —Creo que esto servirá—murmuró Axel girándose con una camiseta básica negra y acercándose a mi. —¡No mires!—bromeé quitándosela de entre las manos y acercando mis dedos al broche de mi sujetador, el cual también estaba empapado. —Te he visto con menos ropa de la que tienes ahora, princesita—sonrió de lado atrapando mi mano y tirando de mi hacia el. —¡Animal!—chillé riendo—Yo soy una dama a medio vestir y tu un caballero que se dará la vuelta para dejarme hacerlo—susurré sobre su cuello acariciando sus brazos. —Si sigues provocándome, mi caballerosidad se irá junto a tu ropa, mujer descarada—contestó acariciando mi pelo con la punta de su nariz. Reí separándome de el y le hice una seña con la mano indicando q
EMMA. Tras mis mil insistencias en ayudar, Rebecca aceptó, permitiéndome así, recoger los platos vacíos de nuestra merienda y fregarlos mientras ella los secaba justo a mi lado. Mi mente no puedo evitar retroceder en el tiempo, justo al día en el que escapé de la iglesia y acabé montada en el coche de un apuesto chico. Justo al día en el que me besó por primera vez. Admito que nunca fui una chica que besara a cuanto hombre se le ponía delante nada más conocerlo, sin embargo con Axel fue tan distinto, desde la primer vez que tuve el placer de obsérvalo aquella noche en Avalon, me sentí jodidamente atraída por el, por sus ojos azul cielo. Y que decir de cuando vi que era el hermano de la pequeña niña que encontré en un parque, tuve que usar de todo mi autocontrol para no saltar como colegiala hormonada sobre el. —¿Que tanto piensas, chiquilla? Me dejaste hablando sola. La voz de Rebecca me hizo saltar sobre mi sitio, creo que nuevamente me había desenganchado del presente y ella
AXEL. Decir que no estaba ansioso por tener todo de Emma, supondría estar diciendo una gran mentira. Las horas, minutos y segundos se me hicieron eternos tras nuestro beso en mi habitación, mi mente no dejaba de imaginar una y mil formas de desnudarla y hacerla mía, desde la mas lenta y delicada hasta la mas dura y salvaje. Definitivamente no podía asegurar ser gentil con ella, la deseaba tanto que mis sentidos se nublaban con su sola presencia, tenerla delante era suficiente para encenderme. —¿No estamos yendo muy rápido? Su pregunta me hizo separarme de sus labios, esos labios que habían atormentado mis sueños durante tres largos años, tres años en los que una mujer vestida de novia no había salido de mi mente. —¿No quieres esto?—observé su pecho subir y bajar de forma rápida tomando todo el aire que le había robado. —Yo s-si cla-claro que quiero—aclaró su voz y suspiró—, es decir, ni siquiera sé si de verdad te intereso, o si después de esto volverás a buscarme... Ni siqui
Abrí lentamente mis ojos y me estiré sobre la cama mientras bostezaba sonoramente. Observé la habitación en la que me encontraba asegurándome de que lo que había ocurrido anoche no había sido solo un sueño, como tantas veces me había pasado. Si, he soñado con esto desde que volví de España. Giré la cabeza encontrándome con Axel dormido con un brazo flexionado sobre su cabeza, se veía malditamente sexy y era todo mío. Me encontraba observándolo cuando una macabra idea cruzó mi mente. Me levanté con cuidado y me vestí lo mas rápido que pude. Maldita mente perversa. Bajé las escaleras y cogí un papel junto a un boli que había al lado del frigorífico y comencé a escribir. Contuve la risa y cogí una de las flores que vi en la cocina, lentamente entré en su habitación y lo deposité donde anteriormente yo había estado dormida. Eché una última mirada hacía Axel y sonreí. Esto me saldría bastante caro. Con mucho cuidado salí de la habitación y pegué un gran portazo para después c
EMMA. Analizando la situación, que tu hermano sea un marica con miedo a los perros tiene sus ventajas, por ejemplo, si no hubiese salido corriendo como niña pija, Noah jamás hubiese salido de la habitación y hubiesen tratado de salir de casa sin ser descubiertos bajo todos los medios posibles. La desventaja llega cuando la chica que está vestida con la ropa de tu hermano es una de tus mejores amigas. Siempre temí que el Casanova de mi hermano enamorara a una de mis amigas. La situación cliché donde se enamoran, son felices y cuando discuten te ves envuelta en una espiral de depresión donde no sabes si ayudar a tu hermano a reconquistar a la chica tras cagarla o aconsejar a tu amiga diciéndole que lo olvide, que encontrará a chicos mejores. Pero esta claro que ningún chico es mejor que mi hermano y que seria incómodo ayudarlo a reconquistar a tu amiga. En fin, solo espero que estos dos actúen con cabeza y no me vea involucrada en su relación o la cosa que sea que estén comenzando
EMMA. 1 Septiembre 2016. Un día, un maldito día para que mamá se casara y desapareciera de mi vida, llevándose con ella a ese estúpido viejo acosador que había estado mandando flores a mi casa desde hacía una semana. Mañana todo acabaría, podría ser feliz con Axel y olvidarme de todos ellos. —Nuestra prima Nattalie llega en media hora, deberíamos salir ya hacia el aeropuerto, sabes que odiará encontrar a mamá y Deborah allí y querrá venir con nosotros. Oliver me informa, entrando en la sala donde estaba sentada junto a Bella. Eran alrededor de las once de la mañana. —Iré a cambiarme—suspiro resignada bajando a la pequeña perrita al suelo. Mi prima Nattalie, no es que tuviera algo en su contra, solo que era demasiado entusiasta y metomentodo, nunca podía dejar su culo quieto en ningún lado, ni mucho menos conocía la palabra, "privacidad". —Intenta ser amable con ella...—me avisa Oliver ya sentados en el coche. —Haré todo lo que pueda, sabes perfectamente que odio que se e