—¡Quiero la maldita propiedad! No me interesa quién quiera interferir con mis planes, enviaré a la mierda todo —gritó Lorena hablando por el teléfono. Max, que apenas llegaba del trabajo se ubicó en el sofá y apretó los párpados al escuchar otra vez a la mujer discutiendo con quién sabe qué o el motivo. Pero de todos modos odiaba esa gritería histérica. Cada vez estaba peor. —¿Qué maldad estás llevando a cabo ahora? —¿Qué? A veces me confundes demasiado Max, pienso que no estás de mi lado, deberías apoyarme en lugar de escupir estupideces o sin sentidos —se atrevió a decirle, a lo que ella expiró. —No apoyo lo que haces sin razón. Se quedó con las manos en su cintura, mirándolo con una ceja elevada. —Se trata de la propiedad de la madre de Fimberg, no tienen ni dónde caerse muerta, la casa fue hipotecada por el banco, pude apropiarme del lugar y ahora será demolida. —¿Vas a ganar algo haciendo todo eso? —No puedo creer que no veas el resultado tan satisfactorio. Esa gente se
El CEO se llevó una mano a la cabeza. Como si no era suficiente para ese día, se enteraba que Lorena estuvo detrás de la compra de la propiedad y fue quien hizo la solicitud para la demolición, con la razón absurda de construir un negocio en la zona. No daba crédito. Pensar demasiado hizo que le doliera la cabeza por más que buscara un motivo detrás de toda esa coincidencia que no podía llamarse así cuando en un monstruo su exesposa se había convertido. Era en lo único que podía pensar cada vez que se le venía a la cabeza, todas las atrocidades que últimamente estaba llevando a cabo la chica. ¿Acaso Lorena lo estaba vigilando al punto de saber de su nueva relación? ¿Era todo eso de la demolición parte de un objetivo? Sea lo que fuera, se sentía satisfecho por haber podido detenerla. Aunque tuvo que pagar casi un millón de dólares para evitarlo. Pero más importante era saber que la madre de Rachel se quedaría tranquila. No importa el tiempo que tuviera esa propiedad o lo mal que s
La muchacha perdió la cuenta, no sabía desde cuándo no había salido sola, quizás estaba exagerando pero un par de semanas sin haberlo hecho ya era suficiente para considerarse una eternidad por ella quién antes lo hacía a menudo. Estaba siendo un día verdaderamente increíble. De pronto tropezó con alguien, ella no pudo evitar verle a los ojos, era ese chico otra vez. —¿Limpiadora? Disculpa, Rachel...—No pasa nada. La joven deslizó una sonrisa tímida ante ese rubio de ojos azules y grandes músculos. —¿Ya no irás a trabajar a la compañía? Sinceramente no te he visto más por allá. —L-lo que sucede es que ya no trabajo ahí, aunque sigo agradecida por la oportunidad que tuve de laborar alguna vez en la compañía...—¿No lo has soportado? Es comprensible. ¡Pero solo has durado como dos semanas! —Digamos que sí.—Vale... —el tipo bajo la mirada a su abdomen y abrió los ojos con sorpresa —. ¿Es la razón por la que te has ido de la compañía? Vaya, estás embarazada. Felicidades. Rachel q
Agus quedó petrificado. ¡¿La limpiadora era la esposa de Silvain?! —Debes estar bromeando para decirme algo así, espera que todavía no me lo puedo creer. Silvain bufó. —Agus, no esperes el chiste. De verdad nos hemos casado y la próxima semana nos iremos a vivir juntos a una casa que recién he comprado. —¿Estás diciendo que no era una desconocida de verdad y ya habías estado con ella? Es que no me lo creo. El modo serio el CEO, hizo que el aludido borrara la sonrisa del rostro. —¿Hay algo más que quieras decirme? Tú mismo eres consciente de todo el trabajo que debo hacer, sin contar, que también debo dar una rueda de prensa en media hora. ¿Quieres que te envíe en mi lugar? —¿Qué? Sabes que no soy bueno ante las cámaras, me quedaré tartamudeando y haré el ridículo frente a millones de televidentes, lo siento mucho pero con eso no te podría ayudar. —Incluso cuando sé que puedo confiar en ti, te pediré que no vayas a dispersar la noticia, es algo que todavía no voy a revelar ofic
No había comparación alguna con lo que una vez había vivido a la par de Lorena, porque ella prefería irse de compras en lugar de quedarse y mirar una película, su tiempo estaba destinado a visitar boutiques y pasarla bien con sus amigas, aunque no tenía ningún inconveniente con eso, en el fondo hubiera sido agradable estar así. Ya no importaba, ella no interesaba, cuando la había superado, ni siquiera le hacía falta en su vida. —¡Esa es la mejor parte! —avisó expectante. —¿Entonces has visto esta película antes? —No te voy a negar, la miré un par de veces, ya hace varios años atrás que salió —admitió y se tapó la cara. Y es que la escena siguiente daba un poco de miedo. A él le resultó chistosa su acción, así que tomó sus manos. Ella lo vio. —No te cubras. ¿No sabes que todo eso es ficción nada más? Deberías estar acostumbrada ya que te la has visto muchas veces —expresó divertido y ella deslizó una sonrisa. —Aún así, la brutalidad con la que golpean a ese tipo me rompe el cor
Rachel no despertó con el alba, sino por la alarma que había colocado en su teléfono para no quedarse dormida y aún así se dio cuenta de que estuvo sonando sin parar y la ignoró por completo. Quería hacer algo diferente ese sábado por eso había planificado alzarse antes de que saliera el sol y aprovechar al máximo el día. Tenía pensado ocuparse del jardín, pero antes avisarle a su esposo que compraría algunas plantitas para decorar el mismo. —¿Plantas? Rachel es algo de lo que yo me puedo encargar, significa quieras o no, levantarte peso y no puedes hacerlo, además será una tarea agotadora y no divertida estar demasiado tiempo en el exterior —declaró a la chica, bastante seria, a lo que ella sacó su labio inferior. —Bien, no tiene que ser exactamente ocuparme del jardín, podría comprar algunas plantas pequeñas para ponerlas en la sala. En serio quiero hacer algo —juntó sus palmas. —¿Se trata de eso? Aprovecha más bien todos estos meses, podrías pensar en lo que quieres hacer en el
Lorena seguía encerrada en su habitación sin querer ver a nadie, ni siquiera Max había sido capaz de que saliera. No quería absolutamente nada. Estaba cansada de lo mismo, de que empezara a molestarla. —¿En serio no vas a comer lo que preparé para el almuerzo? Me esmeré bastante para hacer algo delicioso y tú lo vas a despreciar. ¿No es eso un gesto desagradecido de tu parte? Deberías pensar más en...—¡Vete a la mierda, Max! El hombre se dio por vencido y terminó retirándose de allí no queriendo lidiar con su ira, suficiente había sido por ese día, ella cada vez se ponía peor. De verdad que haberse obsesionado literalmente con su exmarido, le estaba quitando la poca cordura que le quedaba, estaba peor, ella se avecinaba al constante desatino todos los días. Estaba mal de la cabeza, se encontraba perdida. Más allá de lo que Max pensaba Lorena seguía atrapada en ese despecho, nunca había querido firmar los papeles del divorcio pero conociendo a su ex esposo era consciente de que
Lorena se reunió con el tipo que contrató. —¿Tienes otra cosa que contarme que sea interesante sobre esos dos? —Sí, de hecho le puedo confirmar que ya se ha mudado a la zona que le comenté, el otro día se han establecido allí. —¿Así que es cierto que se ha mudado a una casa alejada de la ciudad? —se llevó un dedo a la barbilla. No sabía que su exesposo tenía intenciones de vivir en el nuevo lugar apartado de la urbe. Por eso se sorprendía. —Sí, estuve viendo la zona y es bastante tranquila, quizás quiso alejarse de lo abrumador que resulta vivir en la ciudad. —¿En serio? Más bien creo que esa ha sido una petición de esa chica, no creo que se halla mudado allí porque quiso —resopló. El hombre que solo hacía lo que le pedía se movió lleno de incomodidad en su asiento, no queriendo que ella se molestara. Aunque eso es lo que pasaría. —Es lo que conjeturo. —No me mires así, sabes perfectamente qué no me enfada tu investigación. Haces un buen trabajo, es solo que... —resopló —. A