Rachel le abrió la puerta principal a Silvain, tras haber estado pendiente de su llegada en cualquier momento. —¡Tarán! —exclamó dejando boquiabierto al sujeto, sabía que el equipo que contrató haría su trabajo, pero no esperó encontrar a la chica más perfecta de lo que pensó que quedaría —. ¿Qué? No me digas que no es suficiente...Silvain sacudió la cabeza y carraspeó la garganta, no queriendo dar a entender que de verdad lo había impactado, o que ella lo malinterpretara de otra forma. —Te ves bien. ¿No te dije que debías confiar en el equipo? ellos son todos unos profesionales y saben lo que hacen.Se adentró al piso sin dirigirle siquiera otra mirada a la chica, ella caminó detrás de él, creyendo que no le había gustado el cambio del todo. Había sido demasiado seco al darle su opinión y por eso llegó a esa conclusión. —Ya lo sé, pero no te ves convencido. Él bufó sin verle. En realidad no quería admitir lo mucho que le estaba afectando mirarla así, tan cambiada, siempre había
El señor Jerome vio la hora en su reloj, ya casi marcaban las seis de la tarde. Intentó comunicarse con su hijo, pero no le tomó la llamada, ya se preguntaba qué era eso que lo ocupaba tanto, al punto de que no le tomaba la llamada. —Amor, ya te dije que puede estar ocupado, ¿por qué no lo entiendes? —inquirió, y su esposo bufó.Dejó de ver por la ventana y lo vio a él. —¿Cómo puedes estar tan segura y tranquila sabiendo que nuestro hijo ya tiene una relación? —¿Y cómo es que le has creído eso? Claramente nos está mintiendo a los dos para que lo dejemos en paz. Quizás estamos siendo demasiado invasivos en su vida, no ha pasado mucho tiempo desde que terminó con Lorena. ¿Por qué esa mirada? —La compañía tiene que ser el primer lugar en su vida y por lo tanto elegir bien. ¿Has logrado contactar a Liliam? —¿Qué? Cariño, no me digas que...—Sí, estuve conversando con sus padres. Están completamente de acuerdo con la idea de que su hija contraiga matrimonio con Silvain. —¡Ni siquiera
—Rachel tienes que usar los anillos, uno es por el compromiso y el otro de casados, úsalos. La joven tomó la cajita y la abrió, topándose con una preciosa sortija, en la otra permanecía una más sencilla. Fue raro tener que usarlas. Aún no se sentía como una mujer casada. Silvain también llevaba un anillo, no era la única.Era para dar más credibilidad a todo eso de su unión. Tenía sentido. No pasaba por alto ningún detalle. ...La joven entrelazó las manos sobre su regazoz, ya estaba subida en el puesto de copiloto.No sabía cómo podrían ellos tomarse la noticia de su casamiento y más sobre ese embarazo. —¿Podrías mantener la calma y confiar en mí? Siempre estaré a tu lado no tienes de qué preocuparte. —Tengo un mal presentimiento. —Entonces deja de decirme los malos pensamientos de lado, supongo que no confías en mí, aunque te lo pedí. —Los conoces como la palma de tu mano. ¿Crees que seré aprobada? Silvain, me siento horrorizada de solo pensar que puedo ser evaluada por ell
Rachel no decía ni una sola palabra, seguía sumergida en sus pensamientos, cada cierto tiempo regresaba a su mente lo que sucedió, y como los padres de su esposo habían tomado la noticia, claramente sorprendidos, no quería que estuviera él en problemas por esa relación que tenían para nada verdadera. De cierta manera se ponía en el lugar de los progenitores de Silvain y comprendía que se sintieran ofuscados por una noticia así. —Ha sido una noche terrible... Lo siento mucho, tus padres...—Ni siquiera lo digas, Rachel —advirtió tomando una profunda bocanada de aire. La chica supo que no era buena idea seguir dándole más giros a ese asunto que no los llevaría a ningún lado. Eso no quería decir que dejaba de sentirse pésima y también poca cosa, en su vida siempre había sido señalada por los demás, y esa noche frente a sus padres también se encontró siendo apuntada y eso dolía. Se recargó del cómodo asiento con la intención de quedarse pronto dormida, no quería saber más nada de la
—¿No es mucho? Ya te comenté que mi madre no es una mujer que va a estar pendiente de las cosas materiales o de las que se fijan en todo lo que le vas a dar. Habría sido suficiente con un detalle pequeño y sencillo, ella es así.—¿No me dijiste que debía sorprenderla? —No, no lo hice. —En todo caso son regalos, sé que a todas las mujeres les gustan los cosméticos y cremas para el cuidado de la piel. —¿Y qué me dices del perfume y todos esos accesorios? Pareces que has comprado toda una joyería. —¿En serio te molesta tanto que haya adquirido muchas cosas para darle a mi suegra? —No podría llamarlo enfado pero sí me siento bastante incómoda y más cuando nosotros lo que no tenemos no es real. —Aquí no es importante si nos hemos casado por amor o no. Vamos a dejar que el tiempo haga su trabajo. ¿Estás segura de que vive por aquí? —le cuestionó observando la zona. —Sí, lamento mucho decirte que no es una residencia o una zona exclusiva. —No tengo problema en conducir por aquí —reso
—¡Quiero la maldita propiedad! No me interesa quién quiera interferir con mis planes, enviaré a la mierda todo —gritó Lorena hablando por el teléfono. Max, que apenas llegaba del trabajo se ubicó en el sofá y apretó los párpados al escuchar otra vez a la mujer discutiendo con quién sabe qué o el motivo. Pero de todos modos odiaba esa gritería histérica. Cada vez estaba peor. —¿Qué maldad estás llevando a cabo ahora? —¿Qué? A veces me confundes demasiado Max, pienso que no estás de mi lado, deberías apoyarme en lugar de escupir estupideces o sin sentidos —se atrevió a decirle, a lo que ella expiró. —No apoyo lo que haces sin razón. Se quedó con las manos en su cintura, mirándolo con una ceja elevada. —Se trata de la propiedad de la madre de Fimberg, no tienen ni dónde caerse muerta, la casa fue hipotecada por el banco, pude apropiarme del lugar y ahora será demolida. —¿Vas a ganar algo haciendo todo eso? —No puedo creer que no veas el resultado tan satisfactorio. Esa gente se
El CEO se llevó una mano a la cabeza. Como si no era suficiente para ese día, se enteraba que Lorena estuvo detrás de la compra de la propiedad y fue quien hizo la solicitud para la demolición, con la razón absurda de construir un negocio en la zona. No daba crédito. Pensar demasiado hizo que le doliera la cabeza por más que buscara un motivo detrás de toda esa coincidencia que no podía llamarse así cuando en un monstruo su exesposa se había convertido. Era en lo único que podía pensar cada vez que se le venía a la cabeza, todas las atrocidades que últimamente estaba llevando a cabo la chica. ¿Acaso Lorena lo estaba vigilando al punto de saber de su nueva relación? ¿Era todo eso de la demolición parte de un objetivo? Sea lo que fuera, se sentía satisfecho por haber podido detenerla. Aunque tuvo que pagar casi un millón de dólares para evitarlo. Pero más importante era saber que la madre de Rachel se quedaría tranquila. No importa el tiempo que tuviera esa propiedad o lo mal que s
La muchacha perdió la cuenta, no sabía desde cuándo no había salido sola, quizás estaba exagerando pero un par de semanas sin haberlo hecho ya era suficiente para considerarse una eternidad por ella quién antes lo hacía a menudo. Estaba siendo un día verdaderamente increíble. De pronto tropezó con alguien, ella no pudo evitar verle a los ojos, era ese chico otra vez. —¿Limpiadora? Disculpa, Rachel...—No pasa nada. La joven deslizó una sonrisa tímida ante ese rubio de ojos azules y grandes músculos. —¿Ya no irás a trabajar a la compañía? Sinceramente no te he visto más por allá. —L-lo que sucede es que ya no trabajo ahí, aunque sigo agradecida por la oportunidad que tuve de laborar alguna vez en la compañía...—¿No lo has soportado? Es comprensible. ¡Pero solo has durado como dos semanas! —Digamos que sí.—Vale... —el tipo bajo la mirada a su abdomen y abrió los ojos con sorpresa —. ¿Es la razón por la que te has ido de la compañía? Vaya, estás embarazada. Felicidades. Rachel q