No sabía que el camino sería un poco largo, llevaban aproximadamente quince minutos de recorrido y todavía no le decía que quedaba poco. Se distrajo observando por la ventanilla, mirando el paisaje precioso que se extendía, campos verdosos, una vista totalmente diferente a la urbe, puesto que estaba alejada de los suburbios y por lo tanto en una ubicación única y privilegiada. Se respiraba paz. —¿Falta mucho? —quiso saber. —No, solo media hora. —¿Así que viviremos en un lugar que está a unos cuarenta y cinco minutos de la ciudad? —Sí, yo te comenté que es un sitio exclusivo, si te gusta la casa entonces la compraré y si te parece demasiado distanciada, y no te atrapa, entonces seguiremos viendo más opciones, ¿de acuerdo? Rachel de forma interna pensaba que no debía ser para nada exigente, demasiado con que él le permitiera ser parte de la elección y no tomara por su cuenta la decisión de comprar una casa que le gustase y ya. No le respondió y siguió viendo el horizonte que se
De regreso a casa, comenzó a dudar sobre ese día que acordaría para que su ahora esposo pudiera conocer a su madre, no estaba nada segura, solo muy nerviosa, pero sabía que él tenía derecho de verle. —Mi madre se llama Patricia, pero le dicen Paty. Ella... Probablemente no se tome mal la noticia, pero se enfadará conmigo por no pensar en ella y no haberle invitado a la boda, lo que se supone que ha sido mi día especial. Me temo que me lo va a recriminar —declaró expirando. —Paty... Suena bien, le diré así —declaró centrado en la conducción y ella se giró a verle. —¿No estás escuchando? Se molestará conmigo, quizá te reclame a ti también. —Sé cómo manejar la situación, así que despreocupate. ...Lorena recibía la información de parte de la persona que envió a investigarlos. Odiaba lo que estaba pasando, pero se daba cuenta de que todo podría ser bueno en algún punto. —¡Agh! Escupió improperios al darse cuenta de tremenda barbaridad. —¿Estás seguro de eso? —Las fotografías son
Se adentró a la habitación, quedándose llena de perplejidad al darse cuenta de que era una habitación que había sido preparada para un bebé, entonces se preguntaba a quién exactamente le pertenecía. Todo era muy raro ahí. Rachel comenzó a rozar el borde de la cuna de madera blanca y clavó la mirada en todos esos peluches. Quedó impactada al ver los dibujos en las paredes, cada cosa que vio allí estimuló el instinto maternal que existía dentro de ella y solo entonces compendió que se quedó del lado correcto. Había un profundo revuelo causando estragos en su sistema y la intriga por saber a quién le pertenecía todo eso se incrementaba a un nivel colosal. ¿Es que Silvain estuvo a punto de convertirse en padre y de pronto lo perdió todo? Tal vez tenía que ver algo con su exesposa. Le habría gustado saber la razón de su separación, quizás estaba vinculado con la pérdida de algún bebé. Ese era un motivo habitual por el que una pareja podría separarse, aunque lamentable. Si ese era el c
Su madre estaba incrédula negada a creer cada palabra que su hija le estaba declarando,todo era irreal, en primer lugar no pensaba que fuera tan tonta para quedarse embarazada y ahora que le decía que no era de ese chico que estaba conociendo, todo se enredaba más. —¿Vas a tener gemelos y no son de James? Rachel suspiró. —Sé lo que estás pensando, de todos modos iré a visitarte junto a mi esposo. —¡¿Esposo?! No sé qué clase de hija eres para soltarle toda esta información a tu madre sin anestesia, primero me dices que estás embarazada que no es de James, que vas a tener gemelos y ahora que te has casado. Tampoco hemos estado alejadas durante muchísimo tiempo para que tantas cosas hayan pasado en tu vida y yo no me haya enterado. ¿Vivo debajo de una roca para no enterarme? No lo comprendo. —Créeme que te lo quería decir en persona, pero habría sido más loco al parecerme con mi ahora esposo y darte la noticia. Te prometo que iremos ir a verte durante esta semana y te explicaré las
Rachel le abrió la puerta principal a Silvain, tras haber estado pendiente de su llegada en cualquier momento. —¡Tarán! —exclamó dejando boquiabierto al sujeto, sabía que el equipo que contrató haría su trabajo, pero no esperó encontrar a la chica más perfecta de lo que pensó que quedaría —. ¿Qué? No me digas que no es suficiente...Silvain sacudió la cabeza y carraspeó la garganta, no queriendo dar a entender que de verdad lo había impactado, o que ella lo malinterpretara de otra forma. —Te ves bien. ¿No te dije que debías confiar en el equipo? ellos son todos unos profesionales y saben lo que hacen.Se adentró al piso sin dirigirle siquiera otra mirada a la chica, ella caminó detrás de él, creyendo que no le había gustado el cambio del todo. Había sido demasiado seco al darle su opinión y por eso llegó a esa conclusión. —Ya lo sé, pero no te ves convencido. Él bufó sin verle. En realidad no quería admitir lo mucho que le estaba afectando mirarla así, tan cambiada, siempre había
El señor Jerome vio la hora en su reloj, ya casi marcaban las seis de la tarde. Intentó comunicarse con su hijo, pero no le tomó la llamada, ya se preguntaba qué era eso que lo ocupaba tanto, al punto de que no le tomaba la llamada. —Amor, ya te dije que puede estar ocupado, ¿por qué no lo entiendes? —inquirió, y su esposo bufó.Dejó de ver por la ventana y lo vio a él. —¿Cómo puedes estar tan segura y tranquila sabiendo que nuestro hijo ya tiene una relación? —¿Y cómo es que le has creído eso? Claramente nos está mintiendo a los dos para que lo dejemos en paz. Quizás estamos siendo demasiado invasivos en su vida, no ha pasado mucho tiempo desde que terminó con Lorena. ¿Por qué esa mirada? —La compañía tiene que ser el primer lugar en su vida y por lo tanto elegir bien. ¿Has logrado contactar a Liliam? —¿Qué? Cariño, no me digas que...—Sí, estuve conversando con sus padres. Están completamente de acuerdo con la idea de que su hija contraiga matrimonio con Silvain. —¡Ni siquiera
—Rachel tienes que usar los anillos, uno es por el compromiso y el otro de casados, úsalos. La joven tomó la cajita y la abrió, topándose con una preciosa sortija, en la otra permanecía una más sencilla. Fue raro tener que usarlas. Aún no se sentía como una mujer casada. Silvain también llevaba un anillo, no era la única.Era para dar más credibilidad a todo eso de su unión. Tenía sentido. No pasaba por alto ningún detalle. ...La joven entrelazó las manos sobre su regazoz, ya estaba subida en el puesto de copiloto.No sabía cómo podrían ellos tomarse la noticia de su casamiento y más sobre ese embarazo. —¿Podrías mantener la calma y confiar en mí? Siempre estaré a tu lado no tienes de qué preocuparte. —Tengo un mal presentimiento. —Entonces deja de decirme los malos pensamientos de lado, supongo que no confías en mí, aunque te lo pedí. —Los conoces como la palma de tu mano. ¿Crees que seré aprobada? Silvain, me siento horrorizada de solo pensar que puedo ser evaluada por ell
Rachel no decía ni una sola palabra, seguía sumergida en sus pensamientos, cada cierto tiempo regresaba a su mente lo que sucedió, y como los padres de su esposo habían tomado la noticia, claramente sorprendidos, no quería que estuviera él en problemas por esa relación que tenían para nada verdadera. De cierta manera se ponía en el lugar de los progenitores de Silvain y comprendía que se sintieran ofuscados por una noticia así. —Ha sido una noche terrible... Lo siento mucho, tus padres...—Ni siquiera lo digas, Rachel —advirtió tomando una profunda bocanada de aire. La chica supo que no era buena idea seguir dándole más giros a ese asunto que no los llevaría a ningún lado. Eso no quería decir que dejaba de sentirse pésima y también poca cosa, en su vida siempre había sido señalada por los demás, y esa noche frente a sus padres también se encontró siendo apuntada y eso dolía. Se recargó del cómodo asiento con la intención de quedarse pronto dormida, no quería saber más nada de la