Walter se cubrió el brazo y se levantó lentamente.Se acercó a Mariana, intentando levantarla, cuando vio a un hombre detrás con un cuchillo que se dirigía hacia ella.Frunció el ceño y, usando todas sus fuerzas, rodeó a Mariana y cambió de posición con ella.El cuchillo rasgó el hombro de Walter, perforando su ropa.Mariana vio cómo la sangre caía por su hombro.Lo miró con una sonrisa suave y serena, radiante en su belleza.Lo sujetó firmemente, sin mostrar dolor en su mirada.Su risa era tan bella que parecía a punto de romperse, incomprensible para quienes la veían.La multitud se alborotó, todos se agolpaban.—Me debes una vida —dijo Mariana en voz baja, casi como un susurro que se lleva el viento—. Ahora estamos completamente a mano.Después de decir esto, Mariana se desmayó.Walter solo escuchó la última parte.¿Qué quería decir con eso?—¡Llegó la ambulancia, rápido, rápido!...En el hospital.Mariana despertó ya entrada la noche, alrededor de las ocho.Unos sollozos cerca de
Mariana se sintió un poco triste al escuchar las palabras de Catalina.Por miedo a preocupar a su familia y ser reprendida por ser imprudente, no les había contado que había arriesgado su vida para salvar a Walter durante el secuestro.Mariana bajó la cabeza, sumida en un profundo silencio.El médico la examinó y dijo que no tenía nada grave. Solo debía observarse durante dos días y luego podría ser dada de alta.Catalina despidió al médico, y Mariana dijo: —Mamá, quiero comer empanadillas.—Aún piensas en comer —dijo Tobías, dándole un golpecito en la cabeza.Mariana se rio: —Papá, acompáñame a casa con mamá para que me hagan empanadillas. Quiero que lleven más carne.Tobías acarició la cabeza de Mariana con el corazón encogido y dijo: —Vaya, ya son las ocho de la noche y aún quieres que te hagamos empanadillas.—No piensas en lo que nos haces pasar —resopló.Mariana hizo una mueca: —Entonces, ¿me las harán o no?—¡Claro que sí! ¿Cómo no? —Tobías pensó que poder hacer empanadillas par
Usuario A: [¡Eso no es ir a salvar a la señorita Chávez, claramente es ir a salvar a su esposa!]Usuario B: [No, es salvar a la exesposa. ¡Al menos el señor Guzmán tiene un poco de conciencia, se atrevió a intervenir!]Usuario C: [¿Soy el único que piensa que él tiene sentimientos por la señorita Chávez?]Usuario A responde al Usuario C: [Eso es imposible. Si tuviera sentimientos, no habría abandonado a la señorita Chávez para estar con esa Jimena.]Usuario C responde al Usuario A: [¿Quién puede decir cómo son los sentimientos? Tal vez al principio no le gustaba, pero tras separarse se dio cuenta de que sí. Es típico de la gente: uno se acostumbra cuando alguien está cerca y no lo valora. Pero cuando esa persona se va, entonces se hace evidente el amor o su ausencia.]Mariana miró un par de veces su celular y luego lo guardó.Se puso una chaqueta y se dirigió al pasillo frente a la estación de enfermeras.Al acercarse, una enfermera le dijo: —¡Doctora Chávez, ya despertó!Mariana asint
Mariana sintió de nuevo la autoridad implacable de Abril.Cuando se trata de personas que no le agradan, Abril siempre actúa con decisión, sin mostrar ni un atisbo de consideración.Esto dejó claro a Mariana que Jimena tendría cada vez más difícil casarse con Walter.A lo largo de los años, Jimena no solo no logró ganarse el afecto de la familia Guzmán, sino que provocó un rechazo creciente.Jimena bajó la cabeza y, con voz baja, preguntó: —Señora, ¿qué es lo que no le gusta de mí? ¿Por qué siempre me ataca?Abril no respondió de inmediato, pero Jimena continuó con tono lastimero: —Solo me gusta Walter. ¿Cuál es el problema? Ahora que él está soltero y yo también, ¿no tengo derecho a intentar estar con él?—Y además, señora... —Jimena levantó la vista, como si quisiera decir algo más.Pero al notar la presencia de Mariana, decidió quedarse en silencio.—¿Y además qué? —Abril, paciente, esperaba la respuesta.Pero Jimena se quedó en silencio.—Mamá, no pongas en apuros a Jimena. Déjala
Mariana esperó un momento, sin escuchar a Walter continuar hablando.Ella también sonrió y preguntó: —Walter, ¿te preocupas por mí?Walter vaciló un instante.Quizás ni siquiera se había dado cuenta de cuán ansioso había sonado su tono anteriormente.Tanto su expresión como su tono confirmaban que estaba preocupado por Mariana.—No evites el tema —Su tono era brusco, sin responder directamente a la pregunta.Mariana sonrió irónicamente: —Eres tú quien está evadiendo el tema.—Mariana, no juegues con tu vida —Su mirada era seria, como una advertencia.La sonrisa de Mariana se desvaneció gradualmente, hasta recuperar la calma.—Si sobrevivo o no, no es asunto tuyo. Y si alguna vez me encuentro en peligro en el futuro, no me salves —respondió Mariana con frialdad.Walter frunció el ceño levemente. ¿Qué quería decir con eso? ¿Que él había hecho un esfuerzo innecesario por salvarla?Mariana lo miró una vez más, sin decir nada, y se fue.Al salir, vio a Abril regresar.—Mari… —llamó Abril.—
Walter estaba a punto de hablar cuando de repente se vio interrumpido.La puerta de la habitación se abrió de golpe y Nerea entró apresuradamente, preguntando: —¿Qué está pasando aquí?—No me avisaron de nada, tuve que enterarme por las noticias. ¿Te has lastimado?Nerea estaba algo agitada, con gotas de sudor en la frente.Abril miró a Walter, frunciendo el ceño. ¿Qué iba a decir él antes?—Abril, ¡tú también! ¡Walter se ha lastimado y ni siquiera me lo dijiste! —Nerea le dio un pequeño empujón a Abril en el brazo.Esto hizo que Abril, que estaba distraída, volviera a enfocar su mirada. ¿Qué?Ella se disculpó: —Mamá, era para que no te preocuparas.—¿Está bien? —Nerea señaló a Walter, con un tono aún más preocupado, como si tuviera algo más que hacer.Abril asintió: —Está bien, no es nada grave.—¡Entonces voy a ver a Mari! —dijo eso, girando para irse.Walter frunció el ceño y preguntó: —Abuela, ¿de quién eres la abuela?La anciana lo miró con desdén: —¡Soy la abuela de Mari! ¡Soy tu
—¡Jimena, ni se te ocurra intentar ser parte de la familia Guzmán en esta vida! — dijo Abril con firme determinación....Después de comer las empanadas ya eran las once de la noche.Mariana recibió un mensaje de Yahir.Yahir: [He descubierto que la persona que te secuestró no es Jimena. Jefa, ¿adivina quién es?]Mariana: [Deja de hacerme perder el tiempo.]¿A estas alturas todavía jugó al misterio?Yahir: [La mamá de Jimena, Hadya.]Al leer este mensaje, Mariana apretó el celular con fuerza de manera instintiva.¿Hadya?Aunque Hadya solía ser un poco arrogante y despectiva, su naturaleza no era mala. No parecía el tipo de persona que se atrevería a hacer algo tan extremo como un secuestro.Yahir: [Jefa, Hadya tiene una cena en el Restaurante Galaxia esta noche. La reunión está por terminar. Tú…]Mariana comprendió inmediatamente el mensaje de Yahir.Mariana: [Espérame.]Tan despreciable que la colgaron al borde de un rascacielos.Ella quería que Hadya experimentara ese sufrimiento.En
—¡Tú, tú estabas en el coche antes! ¡Ah! —Hadya estaba aterrorizada, ni siquiera se atrevía a abrir los ojos para mirar abajo.Al asomarse y ver, rápidamente cerró los ojos y murmuró: —¿No dijiste que no forzarías a nadie? ¿Cómo es que no cumples lo que dices...? ¡Ay!—¡Ay, Mariana! ¡Tengo problemas de corazón, por favor, no me hagas esto!Hadya mostraba una actitud más dócil, claramente suplicando clemencia.Mariana la observaba en silencio, atenta a cada uno de sus movimientos, como si estuviera viendo su propio reflejo despierto.¿Sabía ella cómo se sentía ser atada y colgada en el aire cuando despertó?¿La vida de ella era valiosa, pero la de los demás no?Cuando ella tenía miedo, ¿no consideró que Mariana también había sentido miedo alguna vez?Mariana no sentía ninguna compasión por Hadya ni pensaba que lo que estaba haciendo estaba mal.Ella quería ser la villana, ser como Hadya.Prefiere enloquecer a los demás en lugar de desgastarse a sí misma.—¡Mariana, tengo miedo, realment