Capítulo 343
Mariana se sintió un poco triste al escuchar las palabras de Catalina.

Por miedo a preocupar a su familia y ser reprendida por ser imprudente, no les había contado que había arriesgado su vida para salvar a Walter durante el secuestro.

Mariana bajó la cabeza, sumida en un profundo silencio.

El médico la examinó y dijo que no tenía nada grave. Solo debía observarse durante dos días y luego podría ser dada de alta.

Catalina despidió al médico, y Mariana dijo: —Mamá, quiero comer empanadillas.

—Aún piensas en comer —dijo Tobías, dándole un golpecito en la cabeza.

Mariana se rio: —Papá, acompáñame a casa con mamá para que me hagan empanadillas. Quiero que lleven más carne.

Tobías acarició la cabeza de Mariana con el corazón encogido y dijo: —Vaya, ya son las ocho de la noche y aún quieres que te hagamos empanadillas.

—No piensas en lo que nos haces pasar —resopló.

Mariana hizo una mueca: —Entonces, ¿me las harán o no?

—¡Claro que sí! ¿Cómo no? —Tobías pensó que poder hacer empanadillas par
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