Capítulo 161
Mariana no había terminado de hablar cuando Alfredo levantó la copa y se la bebió de un trago, como si fuera agua.

Después de eso, dejó la copa y sonrió tanto que sus ojos parecían dos rayitas. —¿Qué tal? ¿Te parece que fui lo suficientemente sincero?

Mariana levantó una ceja y, esbozando una sonrisa encantadora, respondió: —Claro que sí. Gracias por el gesto, ahora me toca a mí.— Dicho eso, levantó su copa con elegancia y también se la bebió de un trago, con movimientos fluidos y naturales.

Ella conocía bien la cultura de las cenas, y además, esa era una reunión organizada por su tío, así que no podía dejarlo en vergüenza.

No era una persona reservada y beber una copa no le parecía gran cosa. No iba a actuar de manera rígida o fingir, haciendo que todos se sintieran incómodos.

—Señor Bustos, acuérdate que tenemos cosas importantes que discutir. No tomes demasiado —le recordó Brayan con una sonrisa.

Alfredo hizo un gesto con la mano, seguro de sí mismo. —No te preocupes, sé lo que hago
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