Capítulo 1124
Él era un verdadero hombre. Después de la muerte de su esposa, no hubo un solo día en que no pensara en vengarse.

A medida que Felipe fue creciendo, se dio cuenta de que debía calmarse y crear un buen entorno para que su hijo creciera sano. Por eso, decidió mudarse a Yacuanagua con él.

La última vez que Walter y Mariana vieron al señor Ponce, casi moribundo, fue porque los hombres de Leo lo habían apuñalado a traición. No podía creer que ahora lo encontrara aquí, secuestrado por Leo.

Ese Leo era realmente una plaga. Un tipo así merece lo peor.

—Vamos a rescatarlos a todos —dijo Yahir.

De repente, el teléfono de Walter sonó. Era un número desconocido, pero lo reconoció al instante: era el número de Leo.

Durante su camino, la policía había rastreado su dirección IP, y resultó que era la misma que la de él. La voz del hombre, distorsionada por un modulador, solo podía ser de Leo.

Walter se centró y, bajo la mirada de Yahir, contestó la llamada.

—Estás afuera —dijo el hombre, directo y cla
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