—No nadie a llegado al departamento de Bianca— Santino no podía creer esto, su hija estaba dios sabe dónde con el hombre que el le había dado a su cuidado, ya eran casi las doce de la noche y no sabía dónde estaba, había intentado llamarle pero su teléfono estaba apagado. Antes de que se fuera Pía le había preguntado por su hija si no le había dicho dónde pensaba irse o donde podría estar, pero ella tampoco lo sabía o si lo sabía no diría nada, era muy fiel a Bianca y si ella le había pedido no decir nada no lo haría. Los hombres de Bruno esperaban en el parque, no podían moverse del lugar, de hecho ya iban a tener turnos, hasta que apareciera el Mercedes dejarían de hacer esas guardias, de hecho Santino había hecho que todos los policías que vieran un Mercedes gris con placas “8975EU” lo detuvieran por qué
¿Te gusta?— Bianca mira la fachada de la pequeña casa, después de descansar la noche que se fueron de la casa de su padre no se habían detenido hasta llegar a su destino, hubo momentos en que ella manejaba para que él pudiera dormir un poco. Las ciudades y pueblo que iban dejando atrás le provocan nostalgia, si hubiera podido ser otra persona tal vez los recorrería tomada de la mano de Dante, pero eso en ese momento era imposible, siendo ella una figura pública sería fácil de reconocer, empezarían con las fotos, algún paparazzi teniendo la nota de la semana, “Bianca Palmieri vista en Florencia en compañía de un nuevo galán” si esos serían los titulares, los programas de chismes buscando una primicia, y así Bruno y Santino darían con ellos, no era mejor así, tal vez en el futuro tendría la oportunidad de hacerlo. &
Dante no podía evitar ir detrás de ella, era como una sirena que lo estaba llamando, se fue quitando su camisa lentamente hasta dejarla caer al suelo, siguió con su cinturón y pantalones que también hicieron una bolita en el suelo, los zapatos habían desaparecido cuando hablo con Santino; abrió la puerta siguiendo el canto que lo llamaba, vio su silueta a través de la cortina que lo separa, de solo pensar que está ahí desnuda sin él su miembro protestó con anheló de reclamarla, estar dentro de ella, dónde es su nuevo hogar. Sin pensar más hace un lado la cortina entrando viendo por completo el cuerpo de su Bianca, esta tan hermosa que quisiera detener el tiempo ahí para que nunca se separarán, ella le sonríe al verlo, ahí tan imponente que puede intimidar a cualquier menos a ella. Él se acerca sin ninguna prisa, sin quitar los ojos de ella, le d
Al fin te reportas amiga— Bianca escucho molesta a su amiga y con justa razón, después de salir de la fiesta no se había comunicado con ella porque había apagado el teléfono porque Dante le había dicho que era mejor para evitar que los hallarán, pero ver lo del carnaval le había dado ganas de estar con ella disfrutando la fiesta con unas máscaras y unos trajes del lugar.—Lo siento pero hasta hoy pude comunicarme— realmente se sentía apenada por su falta de consideración con ella— ¿Qué ha pasado?—Primero tu papá está como loco buscándote al igual que Bruno— se muerde el labio era mejor no decir dónde estaba a nadie solo decir que estaba bien— tu hermano también está muy preocupado sin saber nada de ti, me ha preguntado varias veces si sé a dónde te fuiste con Dante— se toca la
Para Bianca paso todo muy rápido, Dante buscando su arma, después poniéndose delante de ella protegiéndola de la vista del sujeto moreno que estaba delante de ellos, ¿Quién era?, ¿Cómo fue que había entrado?, Lo miro, no se parecía a ninguno de los hombres de su padre, y si era de los hombres de Bruno y habían dado con ellos, su corazón comenzó a latir con fuerza por el miedo de que todo fuera a terminar tan rápido, escucho como quitaba el seguro cuando el hombre que estaba al frente levantó las manos con un sobre amarillo en sus manos;Hombre soy yo— al escuchar la voz de su jefe y amigo soltó una maldición junto a un suspiro, había estado a nada de dispararle, como era que se atrevía a entrar hasta la habitación, ¿Por qué Ágata no lo había detenido? Jalo más la sábanas cubriend
—Es un maldito infeliz— se fue contra Dante, por primera vez veía a su padre enojado, había dejado de ser el hombre elegante y educado que había conocido— como se atrevió a ponerle las manos encima a mi hija—Dante esquivo su agarré, dio unos pasos hacia atrás huyendo de el, no por miedo sino porque era el padre de su mujer y no quería hacerle daño entendía que ella no se lo perdonaría, fuera lo que fuera era su papá y Bianca lo quería, lo amaba.—Soy una mujer si no lo recuerdas papá— Bianca se interpuso entre su padre y Dante— y sé atrevió porque yo lo permiti— Santino cambio su actitud, no podía dejar de ver sus ojos desafiantes, si no era la niña con la que había jugado, era una mujer que ahora le hablaba con fuerza, con determinación sin miedo a nada, era toda un Palmieri,&m
Dante escucha los gritos de Bianca, le duele estar escuchando como grita y como golpea la puerta, pero al dejarla decidió por su bien dejarla encerrada mientras hablaba con su padre, ya cuando el se fuera abriría esa puerta y la llenaría de besos, e irían en busca de un juez para casarse—¡Dante!, ¡Dante!, ¡Abre está maldita puerta! ¡Dante!!, ¡Dante abre!— Santino sonríe, ha dejado a su hija encerrada, así puede hablar libremente sin que ella escuché como De Luca acepta su dinero, y la deja.—Ella no merece un tipo como tu— dice Santino con despreció, todo esto había sido culpa de Capello, si no hubiera comenzado con las amenazas, no hubiera tenido que contratar a De Luca, no había conocido a su hija y esto no estaría pasando, tal vez hubiera sido más sencillo que Bianca aceptará a Bruno, lo conocía sabía
Anabella veía arriba de las casas para saber quién había disparado contra Dante, apunta a todos lados pero no hay nadie,— Maldita sea— todo había sido tan rápido, ella corriendo detrás de Dante tratando de evitar que fuera detrás de Palmieri, tenía solamente una orden dispararle de nuevo, y ahora sí matarlo, era lo que Santino y Bruno habían planeado su Dante no aceptaba el dinero, matarlo era la única forma de separarlo de Bianca, que ella no tuviera esperanza de volverlo a ver. Su cabeza es un remolino de recuerdos, si había dudado como ahora, hace años Rafaello su padre le había pedido que lo matará, y por no quedar mal con su papá le había disparado, le había dado en el hombro, sabía que dando en ese lugar el no correría peligro, después lo había dejado cubierto con los cuerpos de sus amigos pará que nadie de
Amellie venía triste, su hija no era la misma, tenía una tristeza en sus ojos, la misma cuando había sido ingresada en la clínica, pero está vez parecía que se estaba hundiendo en un pozo, cuando había hablado de su guardaespaldas sus ojos por un momento se llenaron de vida, no algo había extraño en la historia de Santino, su hija no sería tan débil para enamorarse de su agresor. Miro a Bruno que desde que había llegado no había dejado la casa de Santino, y cada vez que la veía preguntaba por ella, si era un buen muchacho, un buen amigo que tal vez necesitaba. Bruno no le quita la mirada, viendo que viene con charola de comida como había subido eso quería decir que seguía sin despertar, el maldito de Santino se había pasado con el sedante y al golpearla, desde que se había vuelto su prometida nadie podía ponerle una mano encima, ni su padre.