Bianca al entrar a su camerino, cierra los ojos, algo le decía que no debió aceptar la invitación de Bruno, pero recordar lo que había pasado en la mañana se sentía que le debía esa cena lo había avergonzado. Al salir de su camerino ya De Luca la espera, tenía que mantenerse firme y no cruzar ninguna palabra con él, tal vez su padre arreglaba todo rápido y no lo tendría muchos días además estaba molesta con su actitud como se había atrevido a decir quién si y quién no podía entrar a su camerino a verla. Camina sin ni siquiera verlo, como no estaba su madre en la ciudad y no ir al restaurante, tenía planeado tener una tarde noche tranquila, tal vez si no hubiera aceptado la invitación de Bruno le hubiera llamado a Pía para hacer noche de chicas. Sube al Mercedes y espera hasta que De Luca lo encienda, se pone el cinturón de segurida
Dante sin perder tiempo se acercó al hombre y rodeando su cuello con su brazo y sujetando el arma en la otra mano lo separó de Bianca lentamente, Bianca se limpio el rostro de las lágrimas y mirando a De Luca apuntando con el arma a la cabeza de su hermano se alarmo, no podía creer que estuviera haciendo eso—Por Dios suelte a mi hermano— lo tomo del brazo— De Luca— dijo con reproché, al soltarlo lo voltio mirando el rostro de Valente Palmieri, ya lo había visto en fotos pero en persona no podía negar de quién era hijo, guardo su arma en la espalda, por compromiso le ofreció una disculpa—Una disculpa señor Valente— pero esperaba que el entendiera que estaba haciendo su trabajo, lo que no sabía muy bien como era la relación entre padre e hijo— estaba haciendo mi trabajo, acabamos de sufrir un ataque señor y al verlo junto a la seño
Dante se metió a bañar, su deseo había despertado, si no fuera el sujeto de cuidado estaba seguro que ahí mismo la hubiera besado y no solo los labios sino todo su delicado cuerpo, para hacerla olvidar ese día, mientras caí el agua por su cuerpo se recriminaba que su masculinidad estuviera necesitado de ella, ¿que estaba pasando con él?, Bianca Palmieri tenía que estar fuera de sus pensamientos, fuera de— no puedes Dante, no puedes volver a amar— golpeó con su puño la pared, ya había reconocido esos mismos malestares del amor; los que sintió hace años, cuando fue traicionado, cuando rompieron y mataron su corazón.En la sala Bianca trataba de distraer a su amiga, lo que había sucedido lo estaban malinterpretando, era el vino que la hizo ver algo que no era así, si no pudo ver una mirada de deseó,— creo que por hoy fue suficiente&mdash
Dante miraba el lugar, estaban las mismas personas que había visto en el set, y ninguna le parecía sospechosa, Bianca había aceptado que entrará al camper con ella pero el no podía hacer eso, para que los reporteros que estaban a unos metros tomarán fotos diciendo que el era su novio, que había destruido un feliz noviazgo de Bruno y ella no, nunca le había gustado salir en esos programas de chismes. Su celular comienza a sonar, al sacarlo ve que es Alfonzo tal vez tenía algo nuevo,—¿Que hay?— pregunta sin saludar,—El maldito archivo encriptado destruyó ya seis computadoras— Dante abre los ojos al escuchar a su jefe— computadora que quiere des encriptarlo le entra un virus que destruye el sistema—¿Qué esconde Santino?— comienza andar de un lado a otro sin perder de vista a todos, lo día anterior había
Bianca al escuchar se tensa, Dante se da cuenta que la mujer valiente de la mañana se ha ido, puede notar como comienza a temblar, a perdido el color en su rostro es ahora ella la que está sufriendo un ataque de pánico. Se hace a una orilla y toma el teléfono, quita el altavoz para hablar con su jefe—Dime ¿A dónde llegó esa amenaza?—Ha Santino, de nuevo un mensajero le entró una foto con letras rojas— Dante golpea el volante, mira a Bianca y respira no debe ser tan impulsivo, debe de hacerle saber que va estar segura—¿Ya viste la amenaza?— extiende su mano queriendo tomara la mano de ella,—No, me habló Santino, ahora mismo mandaré alguien para buscar huellas en el— comienza a sonar su teléfono y mira que es el padre de Bianca, de seguro era para informarle—Te voy a colgar, me llama Palmieri— cuelga tom
Bianca al escuchar esa palabra no puede evitar soltar una carcajada, venía a recuperar su amor, ese amor que el mismo había hecho añicos, que el había echado a la basura. Gracias a la terapias había logrado sanar sus heridas, de valorarse como mujer, y dentro de todo sus vida estaba mejor sin él— podemos hablar tu y yo a solas— Sandro da un paso atrás al ver que Dante se aproxime a él, está temblando y con justa razón, la mirada De Luca es de Miles de cuchillos que quieren clavarse el ese pequeño cuerpo, Dante está listo en sacar el arma pero Bianca sigue deteniendo su brazo y como puede se pone en medio de los dos—No Sandro, dime qué tienes que decir— se cruza de brazos con total indiferencia, Sandro aún nervioso suelta un suspiro—Vengo a pedirte perdón,— mira como Bianca niega con la cabeza, estaba claro que no le creía
—No vemos amiga, y no olvides lo que te dije— mira a Dante, su manera protectora era diferente y eso su amiga se había dado cuenta, camina a un lado de Dante— usted me agrada siga así—Gracias señorita, solo hago mi trabajo— Pía sonríe sin creer mucho en sus palabras,Dante mira a Bianca que tiene los brazos cruzados, está molesta realmente molesta,—¿Por qué esta molesta?— ella camina al Mercedes sin decirle una palabra, no quería oírlo, no podía creer que se le fuera a las personas así, si era su guardaespaldas pero no podía ser un poco más amable y quitar esa mirada asesina cada vez que sentía que había una amenaza— ¿me puede decir que le molestó?— pregunta con total calma está a nada de explotar, si solo estaba haciendo su trabajo—Ir amenazar a todo
Bianca lo mira, está molesto, todo su cuerpo lo delata, camina hasta donde está ella, mira detrás de ella dándose cuenta que era lo que estaba viendo, era la foto de Juliette y él— vine a decirle que ya está la pasta—agacha la cabeza sabe que a invadido un poco su privacidad, él toma la foto no sabía cómo era que había llegado entre sus cosas, la quiere mantener lejos de los ojos de Bianca, se suponía que la había quemado como las otras pero está al sacar lo último de su bolsa se dio cuenta que quedaba esa, por dios se veía como un idiota sonriendo a una mujer que lo había dejado, que lo había ilusionado…—¿Quién ese?—regunta con voz temblorosa, Dante camina con ella en sus manos, el guarda silencio, no quiere ni tiene pensando darle una explicación—Nadie que le interese— cierra su
—¡Usted no sale de este departamento sin mí!— le gritó, estaba harto de seguir con una discusión sin sentido, aunque le pidiera mil veces ese favor no la dejaría. Dante mira como azota la puerta, y soltando un suspiro da gracia que esa puerta este ahí, para mantenerla lejos de él, lejos de su deseo, después del beso que fue el mejor de su vida su miembro latía, deseaba entrar en ella, hacerle olvidar cualquier otro, pero no podía, tenía que apagar su calor de alguna manera así que fue a tomar un baño de agua fría, pero no sirvió de mucho porque cerraba sus ojos y la veía, sentía su cuerpo y sus labios, lo estaba volviendo loco. Entendía perfectamente que debía mantener su distancia con ella, pero los últimos días habían compartido comidas, hasta momentos de confort cuando el tomo su mano al escuchar lo de l