Josef estaba frente al padre de Keidys:
—Perdón, ese día estaba muy alterado, no sabía que Keidys estaba embarazada, nunca lo imaginé… Sé que lo que yo hice no tiene alguna explicación; aun así… Estoy muy, pero muy arrepentido de lo que hice, yo amo demasiado a su hija. Fui un idiota que no supo ver lo que estaba perdiendo, no supe apreciarlo, le prometo que algo así de ahora en adelante no se va a volver a repetir, si Keidys llega a perdonarme trataré de hacerla feliz, haré todo lo que esté en mis manos para cuidarla y también a mi hijo —los ojos de Josef se inundaron de lágrimas.
La señora Gonzales entró a la sala y se sentó al lado de su esposo en el mueble:
—Nunca en mi vida vi a mi hija tan triste como esa noche, no estoy de acuerdo con que Keidys esté a tu lado, es que has cambiado tanto Josef… &mdash
Keidys estaba terminando de empacar su ropa en la maleta, en esos días los síntomas del embarazo habían comenzado y todo le molestaba, hasta ese lugar empezaba a fastidiarle.Alejandra entró al cuarto y la quedó observando un momento, ella estaba al tanto de lo que sucedía en la ciudad, Josef estaba dispuesto a recuperarla:—Keidys… Si Josef te pide volver contigo ¿lo harías? —preguntó solo por curiosidad, vio que su amiga hizo un gesto de desagrado mientras doblaba la ropa.—Claro que no… Con él siempre es lo mismo, me voy a ir muy lejos de él para que así mi hijo no tenga que soportar a un hombre como ese estúpido de Josef —gruñó Keidys.—Pero el bebé… ¿No crees que tiene derecho a decidir si quiere estar con su padre o no?, me parece que le estás negando la oportunidad de elegir
Keidys miraba por la ventana el paisaje urbano, las pequeñas vacaciones se habían acabado y nuevamente enfrentaba su terrible realidad, su corazón estaba entristecido en gran manera, las lágrimas amenazaban con salir a flote.Por su mente paseaban los recuerdos vividos con Josef, fue en aquel momento que se dio cuenta que había estado toda su juventud al lado de él, no conocía lo que era amar a otro hombre, siempre fue Josef.Se acostumbró a la idea de que Josef sería el hombre que vería todas sus mañanas cuando abriera sus ojos, ya era el padre de su primer hijo, pero él no estaría en su futuro. Por la ventana del auto podía ver las pantallas gigantes donde se encontraba su rostro alegre posando con gran elegancia, de alguna manera le hacía recordar a los primeros días que pasó en esta misma ciudad cuando tenía diecisiete años, su
—Ah… Está muy hermoso… —decían las chicas mientras observaban el anillo de compromiso de Keidys.—A mí nunca me van a dar un detalle así, qué envidia Keidys… —soltó Alejandra mientras le daba un abrazo a la joven.—Oye, nosotras te tenemos que ayudar a escoger el vestido de bodas —dijo Claudia.—¡Keidys se va a casar! —gritó Gera y las demás la siguieron.—¡Amiga!, ¡qué emocionante…! —soltó Alejandra.—Oye, Claudia, pero tú también te vas a casar ¿no? —dijo Keidys.—Ah… Sí, pero solo es un plan, no tengo anillo aún, lo estamos planeando todavía —explicó.—¡Dios…! ¡Tengo una idea, AH…! —gritó Keidys e hizo que algunos de los invitados volte
Tomás llegó a la mesa donde estaban las mujeres planeando la boda, en ese momento empezó a sonar una música romántica:—Keidys, deberías bailar esa canción con tu futuro esposo —le dijo a la joven mientras se sentaba a su lado. En ese momento llegó Josef y la hizo levantar de la mesa.Después las parejas de cada mujer llegaron para sacarlas a bailar. Así que Gera quedó sola en la mesa con la incomodidad de saber que en una esquina estaba Tomás, no quería arruinarse la noche por él, así que empezó a tomarse varias copas de vino.—Podemos ser amigos, como antes, ¿no crees? —dijo Tomás de la nada impresionando a la muchacha, volteó a mirarlo.—Si quieres que seamos amigos sería bueno que no me dañes la noche con tus conversaciones absurdas, llevemos la fiesta en paz hasta que nuestros
—No debiste decirle eso, al pobre no le ha ido muy bien con las mujeres, siempre que conoce a alguna sucede algo y él queda ilusionado —explicó Keidys a Gabriel.—No lo sabía —dijo el joven un poco avergonzado.Estaban sentados alrededor de una mesa mientras veían a los invitados bailar y comer alegremente.—Tranquilo, Santiago ya se resignó a estar solo, lo más seguro es que se fue a dormir, no es de los que hace locuras, así que no te preocupes —dijo Keidys.—Ah… sí, se llevó una botella de vino.—Sí, él es de los que se encierra, se embriaga y se queda dormido, pobrecito. No vuelvas a mencionar el tema —pidió Keidys.—Pobre Santiago, debe estar pasándola muy mal ahora por mi culpa —Gabriel dejó salir un suspiro..Tomás entró a la casa para po
Tomás miró a todos sus amigos que estaban desayunado:—Aquí falta un par —dijo de repente.—¿Ah? —inquirió Mateo extrañado.—Nada. Es imposible que hubieran sido ellos los de anoche —soltó Tomás mientras volvía a ver la comida.—Ay, no… —Keidys se levantó de la mesa y al dar dos pasos hacia atrás se fue en vómito.—Uish… —Alejandra tapo su boca.—Ohs… Keidys —Claudia se levantó y se acercó a la joven—. Vamos al baño, tranquila, te entiendo amiga —las dos salieron del comedor.—Recuerdo esos días en los que estaba embarazada de Keidys —la señora se levantó de la mesa para limpiar el vómito de la joven.—Ya se me quitó el hambre —Gabriel apartó su mano del pl
“Y mientras corríamos por la arena blanca de la playa nuestras carcajadas se escapan de nuestras gargantas. Me rodeó con sus fuertes brazos haciendo que cayéramos al suelo, de esta manera me encarceló entre sus piernas y nuestras miradas se penetraron en gran manera, me di cuenta que mi corazón estaba palpitando muy fuerte — estoy locamente enamorado de ti, no sé qué es lo que me has hecho, pero no puedo dejar de pensar en ti. Deseo pasar el resto de mi vida a tu lado —me dijo y lo besé, fue la primera vez que un beso fue tan apasionado, tan locamente lleno de adrenalina”. Alejandra terminó de escribir en su computador y quedó observando por la ventana el hermoso atardecer, decidió salir al balcón para apreciar el pálido cielo.En aquellos momentos sentía su corazón lleno de aquellos sentimientos adolescentes que la envolvían en tard
Josef terminó de cambiarse y caminó hasta la cama donde estaba Keidys recostada:—¿Ya se te pasó el malestar? —le preguntó mientras la rodeaba con sus brazos y Keidys comenzaba a acurrucarse en su pecho.—Sí… Perdón, prepararon toda esa comida y yo no pude probar nada.—Tranquila, después de haberte visto vomitar me di cuenta que esos malestares son bien feos —Josef dejó salir una pequeña carcajada.—No hablemos de eso ahora, tengo mucho sueño —Keidys dejó salir un bostezo e hizo que Josef se acomodara en la cama para que así los dos pudieran dormir abrazados—. Teníamos tiempo que no dormíamos así, me encanta —la joven dejó salir una pequeña carcajada.—De ahora en adelante todas las noches serán así, te lo prometo —dijo Josef casi en un s