Pablo intervino, para salvar a Sebasthian, por alguna razón no le había contado a su padre nada respecto a Brenda, Pablo pensó “cómo es posible que mi tío tan astuto no se ha dado cuenta de Sebasthian y Brenda”.
— Bueno, lo importante, es que me llegó el gran día, me voy a Margarita a enfrentar el proyecto más ambicioso que he tenido, para darles a ustedes el hotel que quieren, y a usted señorita el restaurante de sus sueños.
— Eso es cierto —respondió Bernhard, es muy temprano para alcohol, pero brindemos con jugo y desayuno, porque pronto el Hotel Larsson Margarita será el mejor de la perla del caribe.
Conversaron mientras desayunaban, Pablo estaba muy contento y Elena en una nube de felicidad, pronto tuvieron que despedirse, los Larsson irían juntos hasta el aeropuerto, allí conseguirían a Dante, por su parte Bernhard iría a New York, los otros a Margarita.
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— Que, te volviste loca, ya no me digas te está chantajeando. — No nada de eso, Brenda nos enseñaron a ser caritativas, y me dio lastima el pobre diablo, no tiene ni para comer y aunque sea una exageración tiene problemas de apuesta, una amiga publicista me lo confirmó, y eso puede ser grave, así que le di dinero, pero no será una pensión ni mucho menos, será una única vez. — Deberías decírselo a Berni, ese idiota no se va a conformar y querrá seguir chupándote la sangre. — Si le digo a Berni, se complicarán las cosas, lo buscará y lo amenazará o algo peor, si me vuelve a molestar le digo a Berni, de lo contrario me lo quitó de encima ahora y olvido el asunto. — Creo que esta es una mala idea, ojalá te deje en paz. En Margarita ya era de noche, Pablo y Sebasthian estaban en un apartamento de lujo de los padres de Pablo, Dante ya se había ido a descan
— Ven aquí Dante por favor —gritó Sonia. — Que pasa ¿Dónde está el incendio? —dijo bromeando Dante. — Dinos ¿Pablo tiene novia? —Sonia lo hacía sonar como si preguntaba si tenía una enfermedad terminal. — Querida madre, es tarde, estoy cansado, no tengo tiempo para sus tonterías casamenteras voy a dormir. — Un momento Dante, me mantuve alejada como me recomendaste, pero siempre has sabido que la única salida adecuada para todos es que yo vuelva con Pablo, ¿porque no me lo dijiste? me traicionaste. — Por favor Donna, Pablo no tiene novia, mientras estuvo en Caracas estuvo saliendo con la socia de Bernhard, pero no es formal. No te entiendo Donna, eres hermosa, puedes tener a quien quieras, ya olvídate de Pablo. — Olvidarse de Pablo, te has vuelt
Brenda se ponía un jean y una franela ajustada, Elena le preguntó. — ¿Será por lo que pasó con Sergio, alguien lo grabaría? — No creo, Berni estaba contento, aunque deberías contarle. — Después de la beneficencia lo haré —declaró Elena. Brenda fue hasta la oficina de Bernhard, su asistente le permitió pasar, Bernhard la esperaba con Sebasthian. — Brenda, hermosa —Dijo Bernhard, Sebasthian sonrió al verla—, ¿dónde está el látigo? —En mi habitación, vamos. —Otro día cariño, te llamé porque Sebasthian quiere hacerte una propuesta y es muy buena para ti.— ¿Qué será?, los escucho.Sebasthian intervino.— Discovery, vendrán a Margarita, a filmar en la construcción del hotel, el productor y yo nos conocemos hace tiempo, me comentó de un programa dirigido a la mujer, salud, dietas ejercicios físicos, me tomé e
Las chicas estaban en el salón de belleza, estaban sentadas juntas mientras les hacían la pedicura. — Espero que no esté lloviendo en la noche —dijo Elena preocupada. — No te preocupes, con la publicidad que conseguiste la gente vendrá —respondió Brenda. — Ojalá tengas razón, el orfanato necesita mucho de la ayuda que se consiga esta noche —dijo Belinda— ¿Muchos han enviado confirmación de asistencia Elena? — Casi todos enviaron confirmación y creo que podemos empezar con buen pie y hacerlo anual. — Sebasthian te confirmó —preguntó Brenda. — Ya Sebasthian está en Caracas, y Dante confirmó asistencia Belinda. — Yo no pregunte nada. — Antes que pre
Elena acomodó sus lentes de contacto y retocó su maquillaje, entonces escuchó un ligero golpe en la puerta, abrió y allí estaba Pablo recostado en el umbral con un perfecto traje, con la mano derecha en la barbilla donde brillaba una sortija de titanio y el Rolex de su muñeca. — Pablo, si viniste —expresó Elena entusiasmada. — Te dije que vendría, pero después pensé que quizás era presuntuoso de mi parte ya que me dijiste que no viniera, sin embargo, es obvio que decidí venir igual. — Presuntuoso, justo lo que pensé que sería que te sintieras obligado a venir por una apuesta, cuando no recibí de ti sino dos mensajes, cero llamadas y que ignoraras mis mensajes. — Tus mensajes, solo fue un mensaje que decías buenos días y lo vi a las 3 de
Dante bailó y conversó con personas influyentes y posibles futuros clientes, pero sentía la necesidad de ir hacia Belinda, sabia era poco práctico que le gustara la inocente Belinda, quien toda sonrisa recibía las ofertas a las diferentes rifas, así que procuraba mantenerse alejado, en algunas ocasiones notaba la incomodidad de ella cuando debía hablar con caballeros solos y entonces halaba sus mangas largas o se sentaba como si así pudiera tapar su hermosa anatomía, finalmente no resistió la tentación de ir a pincharla un poco, después de todo, que era un pecado más. — Buenas noches señorita, ¿en cuál rifa cree usted tengo más posibilidades de ganar? — Buenas noches, Dante ¿cómo estás? —trató de sonar casual Belinda. — Bien, mucho tra
Sergio esperaba entre las sombras una oportunidad para entrar, había tratado de ser civilizado, había hablado con Elena, pero ella no colaboraba con él, en su mente ella y Bernhard eran los culpables de todas sus tragedias y al día eran muchas. — No se preocupe señorita no soy un violador. — ¿Qué hace ahí escondido en la oscuridad? — Tengo ciertos problemas con la organizadora del evento y no me dejan entrar, pero espero tener una oportunidad para colarme. — ¿Y que planea hacer cuando esté adentro? — Oh nada malo, solo quiero una oportunidad para hablar con ella, es todo, ella está molesta conmigo. Donna trató de sacarle información. — ¿Su novia? — Esposa, en realidad. — Usted se refiere a Elena Sandoval. — ¿Por qué tantas preguntas, preciosa?
Al otro día, Sebasthian y Brenda, en compañía de Pablo y Elena iban a Margarita, Pablo y Elena se sentaron juntos en el avión privado lo que dejó a Sebasthian al lado de Brenda. Al principio todos iban callados, Brenda con su habitual seriedad, después de un rato Sebasthian se estiró en su asiento tropezando a propósito a Brenda. — Arrímate, tú eres un mastodonte, pero estos asientos son bien grandes. — Me duele el hombro, y es por tu culpa. Brenda se echó a reír. — Quien te manda a descuidarte. — Aja, mi Valkiria. — Valkiria, hacía mucho no escuchaba eso —dijo Pablo. — Es un apodo de Brenda, no se lo puse yo, pero me gusta, el abuelo Derick le encan