Todo era muy confuso, Mia no tenía idea de que había sucedido y todo en ella se sentía diferente, algo había cambiado dentro de sí pero no sabía ni cómo ni por qué.Había pasado un día desde que despertó y su padre, no la dejaba a solas ni un momento, algo le preocupaba y ella quería saber el qué, Neahm también estaba rara, no hablaba y apenas se alejaba de los libros que traía de la biblioteca. Todo era tan confuso, pero lo que más le preocupaba era aquello que no había contado a nadie. Durante su trance la chica llevó su mente a un mundo desconocido para ella, escuchó y vio cosas que eran un sin sentido, quería saber quién era aquel joven de cabellos negros que encadenó, torturó y asesinó a una mujer de cabello blanco, su curiosidad aumentó cuando se dio cuenta de que era la misma que el espectro de la muerte había puesto en imágenes en su cabeza. No podía parar de preguntarse quién era ella, pero jamás le vio el rostro o supo cómo se llamaba. Le dolió tanto ver esas imágenes y no
La mente de Mia era un caos, le parecía tan descabellado todo lo que su padre le contaba que por un momento se preguntó si los ángeles se podían volver locos.Según su padre, ella no solo era un ángel también tenía una mitad regium, solo el nombre lo creía absurdo, que rayos significaba aquello pero lo más desconcertante de todo es que ella era una princesa. No, ella no entendía nada, porque había esperado tanto para contarle aquello. Su cabeza dolía por recibir tanta información que no era capaz de procesar o tan siquiera entender.¿Qué diferencia hacía que ella fuera regium, ángel o lo que sea? Ella solo se sentía como Mia, la chica que había huido de lo desconocido durante toda su vida. Enfrentar toda esta situación era demasiado complejo para ella.Su padre permanecía en silencio mientras ella unía poco a poco las piezas de su vida y de la persona que realmente era. Quería gritarle mil obscenidades, pero él la había cuidado y amado durante toda su vida, incluso renunció a los suyo
abían pasado dos semanas desde el día en que el portador de la muerte se apareció frente a Mia y en tan solo ese tiempo su vida había cambiado tanto, todas aquellas preguntas de las que nunca había obtenido respuesta por parte de su padre ahora eran información valiosa de su pasado y su herencia.Aún había mucho que le ocultaban, ella lo sabía pero a pesar de eso, se sentía conforme con las respuestas que le habían dado. Ya llegaría el momento de descubrir mucho más.La que no salía de su mente era su madre, a la que nunca conocería porque si Raziel estaba en lo cierto ella ahora estaba muerta. Siempre quiso saber de ella, pero su padre le daba vagas respuestas y ahora que conocía la historia completa se había dado cuenta que él le había proporcionado durante toda su vida verdades a medias del paradero y origen de ella.Quería saber aunque sea como era su rostro, que le gustaba o si alguna vez fue feliz lejos de ella y de su padre. Tantas preguntas que siempre anhelo hacerle y ahora e
A medida que el tiempo pasaba las clases con Aiden se volvían más complicadas, luego de la prueba de vuelo, Mia tuvo que enfrentarse a su otro miedo para activar el poder de sanación celestial, a diferencia de la primera, esa prueba fue más difícil y tardó una semana en reunir el valor para enfrentarse a una habitación llena de insectos, lo peor fue que estuvo ahí casi un día pero al final notó que no era tan malo como imaginaba y de manera mágica todas las picadas que obtuvo en aquel sitio se curaron por sí solas.Luego de dominar por completo volar y poder curarse no solo a ella sino a los demás, llegó la tercera prueba y para su suerte no había que enfrentar ningún miedo, conseguir que las personas le dijeran la verdad se aprendía con práctica y solo se consigue si tus intenciones en conocerla son sinceras, en el pasado ella ya había usado sus poderes para obtener algunas confesiones de compañeros de clases que a menudo la molestaban por querer mantenerse aislada, por ello al menos
Mia y Aiden entraron al gran salón, fueron recibidos por la risa de los presentes y la bella melodía de la música, todos se encontraban felices por aquel día. La decoración era hermosa, como siempre todo era blanco y dorado, las velas, las sillas las mesas hasta las cortinas encajaban a la perfección como si estuvieran de alguna manera sincronizados.Al momento vio a Neahm sentada sola pero a pesar de ello, se veía feliz ella era una banshee que tenía la oportunidad de estar rodeada de ángeles y en una celebración que ninguna otra especie a visto antes, además estar rodeada de tantos seres celestiales provocaba esa sensación de felicidad permanente.—Veo que tu amiga ya está empezando sufrir los efectos angelicales —Ambos sonrieron —. Si quieres acompáñala yo iré por algo de tomar —Ella asintió y fue hasta la mesa donde se encontraba su amiga.—Estas preciosa —le dijo antes de sentarse.—Tu igual, tu vestido es extremadamente hermoso.—Me lo hizo una maravillosa diseñadora, pero no te
Meses Antes...Todo a su alrededor era oscuro, no sabía dónde estaba o como había terminado en aquel lugar, lo último que recordaba era haber estado en su habitación cenando con el príncipe.La cabeza le dolía, llevó una de sus manos a esta y sintió algo húmedo al ver sus dedos se dio cuenta que tenía una herida por la sangre que manchaba su mano, al parecer había recibido algún golpe. Puso los pies desnudos sobre el frío suelo, dio pequeños pasos mientras sus ojos se adaptaban a la oscuridad.Estiró ambas manos adelante hasta encontrar una pared hecha con rocas, continuó su camino guiándose por esta hasta tocar una reja. Estaba encerrada, miro a su alrededor tratando de reconocer aquel lugar, buscando un modo de huir, pero se sentía tan débil que apenas podía mantenerse en pie.Se apoyó de la reja y con un poco de paciencia una bola de fuego salió de su mano, la usaría para iluminarse. Necesitaba escapar, alguien la había traicionado y su reino estaba en grave peligro.Con la luz pr
Al cabo de las horas, Marissa se fue recuperando, ya no se sentía tan débil, la droga que habían usado para ocultar su magia había desaparecido, tenía que escapar antes de que fuera demasiado tarde.Tomó la cadena que tenía en un pie y tiro de ella tan fuerte que está se partió en dos liberándola. Lentamente camino hasta estar frente a la reja, analizó sus opciones tenía que ser cuidadosa para salir de allí, necesitaba ganar tiempo no podía lanzarse a la batalla sin antes ver sus opciones o analizar a sus adversarios.Miró alrededor y pensó que convocando al viento la reja saldría volando, tocó el hierro de esta para comprobar su grosor, demasiado fuerte para romperlo, pero quizás podría fundirlo hasta convertir la reja en nada.Retrocedió, no quería quemarse una vez que este se derritiera, sus grandes y potentes alas negras se hicieron visibles, separó sus pies de la tierra, levantó ambas manos hacia adelante, cerró los ojos y se concentró en sacar el fuego que existía en el mismísim
La garganta la sentía reseca y un fuerte dolor azotaba su cabeza, lentamente abrió los ojos. Divisó un techo hecho de ramas y hojas, no sabía dónde se encontraba. Lo último que recordaba era haber perdido el conocimiento luego de enfrentarse a los Tengus. Con mucho esfuerzo trató de levantarse pero le fue imposible, cada centímetro de su cuerpo dolía por haber utilizado toda su magia.—Debería descansar su majestad —miró a un lado y vio a una seele, dejó escapar un suspiro de alivio al saber que no estaba cautiva nuevamente. Las seeles eran criaturas del bosque,hadas con tamaño humano.Su piel era sumamente blanca, provocándole un aspecto pálido parecido al de un vampiro, ese rasgo combinaba a la perfección con sus cabellos color rosa. Mayormente las mujeres tenían el pelo hasta la cintura, los hombres lo dejaban crecer justo hasta poder trenzarlo y mantenerlo así. Sus orejas poseían una forma puntiaguda, sus alas que rara vez mostraban ante desconocidos, en las noches, brillaban por