Cuando Elowen despertó, Joseph y Galilea ya estaban abajo, desayunando. Al verla bajar, Joseph rápidamente le acercó la silla y le ofreció el arroz con leche, el cual ya estaba tibio y no caliente. Viendo cómo comía, tranquila, una pizca de culpa apareció en su cara.—Elo, la empresa tiene un asunto urgente que me obliga a viajar. Estos días puedes coordinar con el planificador de la boda. Pero no te apures que regresaré lo más rápido posible, y después de la boda te prometo que pasaré una semana entera contigo. Iré donde quieras a nuestra luna de miel.Elowen ya sabía la verdad, él no tenía nada que hacer en la empresa, solo quería calmar a Galilea. Pero ella ya no se preocupaba por él, solo asintió suavemente.Antes de irse, Joseph le habló una vez más.—Joseph.Él se detuvo y, con ternura, le acarició la cabeza.—Elo, ¿no me vas a extrañar? Solo estaré unos días fuera y pronto nos casaremos. A partir de ahora, siempre podrás verme todos los días.Desde fuera, se oyó la voz de Galil
En la casa de Galilea, la mujer seguía rogando hasta que Joseph la dejó ir.Él la agarró por la muñeca, con voz grave.—¿Estás embarazada y aún no te comportas? —preguntó, reprochándole.Galilea se apoyó en su pecho, su voz era suave y un poco coqueta.—Es que no quería que te sintieras mal.Joseph se rio un poco y le pellizcó la mejilla.—Creo que lo que pasa es que estás celosa.Galilea suspiró y apartó la mirada, con tono amargo.—¿Vas a dejarme a mí y a tu hijo para casarte con otra mujer? ¿No se supone que debería estar celosa?El semblante de Joseph cambió por un momento. Soltó su muñeca y, desde lo alto, miró a la mujer en la cama seriamente.—Galilea, mientras no hagas un escándalo frente a Elo, puedo consentirte todo lo que te de la gana. Pero si haces en cambio que todo esto llegue a sus oídos...La cara de Galilea cambió un poco. No esperaba que Joseph fuera tan firme, incluso con ella estando embarazada.Pero ella llevaba un año a su lado, y su principal virtud era saber ad
Se veía a dos personas desnudas, dándose amor en un sofá, y de vez en cuando se oían sus jadeos. En ese momento, las caras de los dos no eran visibles, por lo que los invitados no sabían quiénes eran y comenzaron a susurrar entre ellos.—¿Y quiénes son estos dos? ¿Se atreven a arruinar la boda del señor Viveiros? Van a tener problemas entonces.—Sí, todos sabemos que el señor Viveiros ama con locura a su novia, y con todo lo que ha hecho para preparar esta boda, seguro que se va a enojar mucho.Pero Joseph los reconoció al instante. Las personas en el sofá eran él y Galilea. Lleno de furia, Joseph gritó al maestro de ceremonias.—¡Apágalo! ¡Apágalo ya!El maestro de ceremonias, que había sido instruido previamente por Elowen para reproducir el video, no sabía qué era el contenido. Al ver la primera escena del video, se dio cuenta de su error. Corrió hacia la parte de atrás para apagarlo, pero cuanto más rápido intentaba hacerlo, más fallaba. La computadora colapsó y ya no podía hacer n
Joseph se levantó temblando y se acercó al ataúd, buscando alguna diferencia entre la muerta que yacía allí acostada y su amada Elowen.Sus ojos recorrían lentamente cada parte del cuerpo, más tristemente se dio cuenta de que la persona en el ataúd era, sin duda, Elowen.¿Cómo podía aquello ser posible?Hace solamente un día que habían charlado por videollamada, y en ese momento Elowen no mostró señales de querer suicidarse ni cosa semejante.¡No!¡No puede ser!Su amada Elowen solo debía estar molesta por no haber estado con ella esos días, enojada por no prestarle atención. ¡Seguro que solo era eso!Joseph extendió la mano y tocó la cara de la mujer sin vida, tratando de engañarse a sí mismo, pensando que Elowen solo estaba dormida y que, si la despertaba, todo volvería a la normalidad.Cuando sus dedos temblorosos tocaron la fría mejilla de Elowen, Joseph forzó una sonrisa, pero seguía engañándose a sí mismo.—Elo, ¿por qué tu cuerpo está tan frío? ¿Puedo quizás dar el calor que nec
Los invitados en la sala quedaron en shock al ver el ataúd entrar. Al principio pensaron que era una broma de una empresa rival, pero al ver la reacción de Joseph, se dieron cuenta de que la persona en el ataúd era, en realidad, Elowen, la novia. Recordaron entonces que la novia no había entrado durante la ceremonia y el video impactante que se había demostrado, y todo fue claro. Elowen ya sabía que Joseph la había engañado, y fue ella quien planeó el video. Después de suicidarse, envió el ataúd al lugar de la boda como parte de su venganza. Los murmullos comenzaron a expandirse por todo el salón. Nadie esperaba que Joseph, que siempre había mostrado ser tan fiel, hubiera sido infiel. Al enterarse de la noticia, todos se sintieron como si los hubieran golpeado con un martillo. Ni hablar de Elowen, que había vivido engañada. Pues que ella no pudiera soportar el dolor de saber la verdad y se suicidara parecía lógico, pero lamentablemente si lo hizo se había desperdiciado un
Joseph los echó a todos y se quedó solo, abrazando el vestido de novia roto que estaba tirado en el suelo. El anillo de compromiso de Elowen, el cual había convertido en un collar, colgaba de su cuello, atado con una cuerda. Era el único objeto que aún le recordaba a Elowen, y al tenerlo cerca a él, sentía que ella seguía a su lado.En ese momento, el celular de Elowen vibró en el bolsillo de Joseph. Lo sacó y al ver el mensaje, se quedó paralizado. ¡Era de Galilea!—Elowen, ¿y qué si hoy es tu boda? ¿Crees que yo solita no puedo hacer que Joseph se vaya en un segundo?—No andes pensando que por ser su esposa ahora puedes hacer lo que se te venga en gana. Yo estoy embarazada de Joseph, ¿en serio crees que el día de tu boda es más importante que el de su hijo?—Hasta el día de ayer él me decía con su oído pegado a mi pancita que esperaba que el bebé naciera pronto, que contaba las horas para ser papá. ¿En serio crees que tu lugar como esposa durará mucho más?Luego, Galilea le envió una
Por otro lado, cuando Galilea escuchó la respuesta rápida de Joseph, se sorprendió al principio, pero luego estalló de la felicidad. Ella pensaba que hoy era la boda de Joseph y Elowen, y que, aunque usara el bebé como excusa para que él dejara a Elowen y la buscara a ella, tendría que esforzarse mucho para convencerlo. Pero no esperaba que él aceptara tan rápido, dejando las palabras que había ensayado sin usar. Galilea sintió su corazón latir más rápido. ¿Significaba esto que su lugar en el corazón de Joseph ya había superado al de Elowen? Si era así, ¿no estaba entonces ya cerquita de ser su esposa? Y además, ahora llevaba el único hijo de Joseph en su vientre. Galilea brillaba, con esa mirada decidida a conseguir lo que quería. Aunque ahora Elowen fuera su esposa, ¿qué importaba? Aún no estaba claro si ella podría mantener ese lugar. Antes de que llegara Joseph, Galilea se cambió rápidamente a un vestido insinuante y pegadito de seda, se roció su perfume favorito, e
Galilea estaba pálida. No pensó que Joseph descubriría todo esto, pero aún así, por instinto, lo negó todo.—Joseph, ¿qué estás diciendo? Yo no le he dicho nada a Elowen.Joseph se rio, apretando su menton con una mano.—¿Y sigues pues negándolo? Si no hubiera visto esos mensajes, ni siquiera habría imaginado que eres una doble cara. Te haces pasar por una mosquita muerta conmigo, pero con Elo eres una hiena carnicera.—Te he advertido mil veces que Elo es la única mujer que he amado en esta vida, ¡tú solo eres un juguete en mi vida carajos!—La muerte de Elo también es tu culpa, ¡te la voy a cobrar!Con esas palabras, su mano fue directo a su cuello, apretando cada vez más fuerte. Las venas de su brazo se marcaron. Parecía una escena de una película de terror.La desesperación de casi morir hizo que Galilea golpeara con ambas manos la mano de Joseph, pero él no mostró ninguna intención de soltarla.Galilea miraba esa cara que alguna vez había amado tanto, pero ahora no sentía más que