Es Cristóbal, y espero que él no haya notado que esperaba ver a otra persona…—Hola, ¿cómo estás?, no te he visto estos días en el instituto y quería saber si todo anda bien.Suspiro con tristeza.—No, Cristóbal, no todo anda bien, de hecho, creo que todo está mal.—¿Por qué?, si quieres puedes contarme, soy tu amigo.—Está bien, vamos adentro.Sirvo café mientras él se acomoda en el sofá de la sala y vuelvo, sentándome a su lado:—Tuve un problema con Alexander y ahora él no está conmigo.—Con razón, él tampoco ha asistido a las clases.—No sé por dónde empezar…—Entonces empieza por el principio.Hago una pequeña pausa tratando de encontrar el comienzo de todo, y luego le relato los hechos a detalle.—Y eso fue lo que pasó, ahora él se fue del país y no sé dónde está.—¡Carajo! Es una situación realmente horrorosa y difícil, ¿has vuelto a intentar llamarlo?—Sí, mil veces, pero parece que cambió su número, nadie lo ha podido contactar hasta el momento.—Tiene que haber alguna manera
Alexander Ya perdí la cuenta de los días y no sé cuanto tiempo ha pasado desde que me mudé a Corea del sur nuevamente; uno o dos, supongo. Hoy es un día más sin ella, pero todavía no consigo sacarla de mi mente. El tiempo parece no ayudar en absoluto, y en las noches me cuesta más trabajo ignorar su recuerdo, porque sueño con ella siempre, y en mis sueños sigue siendo la misma chica inocente y tierna que conocí. La única felicidad presente en mi vida llega mientras duermo, pero cuando despierto, es como si volviera a morir todos los días porque vuelvo a la realidad. No sé nada de ella y no hay un día, una noche, un minuto, un segundo que no piense qué estará haciendo, ¿seguirá estudiando?, ¿seguirá cantando?, ¿qué habrá sido del señor Clock?, de nuestro perrito… Tal vez ya me olvidó… Quizás esté sonriendo justo en este momento… Es probable que ahora esté con ese chico y espero que sea feliz; ojalá él sepa quererla al menos un poco de lo que yo la quiero, y mi recuerdo no inter
La vida es demasiado dura y difícil; a veces, cuando estamos viviendo una etapa hermosa, nunca pensamos que en cualquier momento esa felicidad se puede acabar, pero así es mejor, los momentos alegres tienen que vivirse sin preocupaciones y sin pensar en el futuro para que se puedan disfrutar realmente. Yo disfruté mucho cada instante que pasé junto a él y sé que nunca podría volver a ser tan feliz… Es hora de aterrizar en este planeta y vivir la realidad.Al final, después de tanto pensármelo, decidí seguir estudiando en el instituto, al menos hasta que termine el semestre, y aunque me ha costado tener que ir a clases estos dos meses, lo he hecho poniéndole todo el empeño al estudio. Rachel ha estado conmigo, tratando de animarme para que olvide que Alex no está, al menos durante las clases; ella es mi mejor amiga y no quiere que deje el instituto, pero ya casi acaba el semestre y estoy convencida de que no quiero seguir ahí.👋ᕙ(`▿´)ᕗMe despierto un lunes con el sonido del despertad
Al principio solo escucho silencio, hasta que segundos después una voz responde en inglés, pero esta voz no es la de Alex:—Diga.—¿Con quién hablo?—Señorita, soy el DJ del bar, la persona con la que supongo quiere hablar me dio este teléfono.—¡Devuélvaselo, por favor, necesito hablar urgentemente con él!—Me temo que ya se fue.—¡Búsquelo se lo suplico, corra tras él!La desesperación en mi voz hace que el hombre corra a hacer lo que le pido, porque escucho sus pasos rápidos y ruidos sordos, pero luego de unos minutos vuelve a la línea con malas noticias:—Lo siento, señorita, el joven se marchó, ya no lo veo por ninguna parte, en la calle tampoco.—Disculpe, ¿dónde se encuentra?—En un bar de Seúl, en Corea del sur.—¿Cómo se llama ese lugar?—“Boogie Woogie”Busco rápidamente donde anotar.—Disculpa, ¿puedo pedirte otro favor?—Sí, claro.—Guarda este número, me estaré comunicando contigo, por favor, necesito tu ayuda.—No se preocupe, puede llamar cuando quiera.—¿Tu nombre?—Ju
AlexanderEn cuanto salgo del bar, paro un taxi y le doy la dirección de mi apartamento, que por alguna razón aún no he olvidado. Me siento tan mareado que todavía no capto bien lo que hice…«¡Carajo, Alexander!, debo estar completamente loco para haber hecho algo así.»La verdad es que sí, estoy loco, completamente loco de amor por ella… y aunque me engañó, yo sigo viéndola como la mejor chica del mundo; una que merece que le dedique canciones aun después de haberme fallado. Qué afortunado es Sebastián, ese mesero rubio de ojos verdes. Es un chico apuesto y además simpático; tengo que admitir que hasta hacen bonita pareja… Solamente espero que ese hombre con suerte la haga feliz como yo un día lo hice.Sé que fue feliz conmigo, no me cabe la menor duda, porque una sonrisa tan hermosa como la suya, solo la puede reflejar una mujer que es feliz, y ella me regaló varias… Quizás la razón de su engaño, fue porque se sintió confundida por los coqueteos de ese chico y se dejó llevar. Yo n
Lo primero que se me ocurre es llamar a Christopher para que nos dé ideas de cómo podemos encontrarlo, porque me llena de coraje saber que aunque él estuvo aquí, ahora podría estar en cualquier parte.—Chris, necesitamos tu ayuda, estamos en el bar donde estuvo Alexander y tenemos su celular, pero no hay ninguna pista de dónde podría estar, no sabemos por dónde empezar a buscarlo.—Investigaré y en cuanto sepa algo les aviso.—Gracias Chris, te llamaré más tarde.El teléfono de Hannah empezó a sonar, y ella observa la pantalla asombrándose.—Es Martha, la persona que está cuidando nuestra casa aquí en Seúl —susurra.La emoción que siento es indescriptible. «¿Tendrá noticias nuevas?»Hannah contesta de inmediato poniendo el altavoz, y acercándose a mí para que ambas podamos escuchar:—Buenas noches, Martha, ¿tienes nuevas noticias?Del otro lado de la línea se escucha un quejido angustiante que me pone los pelos de punta.—Señorita Hannah, su hermano, lo sabe todo, pero se fue furioso.
Llegamos a mi casa completamente agotados; luego de dejar a Hannah en el complejo de apartamentos con Choi, nos bajamos del auto y Alex va directamente a saludar al señor Clock. Mi pobre gallito lo echó tanto de menos, que no para de frotar la cabeza en su palma y picotearle la mano levemente para mostrarle su alegría, mientras mi amor lo levanta con facilidad y lo aprieta a su pecho.—Tienes que enseñarme como le haces para cargar ese pollo tan gordo —comento, y él se ríe.Cruzamos la puerta y en cuanto enciendo la luz, veo venir una bola de pelos hermosa, batiendo la cola con alegría hacia nosotros. Chillo de emoción mientras me arrodillo y extiendo las manos para recibirlo; nuestro pequeño me lame los dedos y lo agarro para levantarlo entre mis brazos, mientras Alex observa desde el umbral con una sonrisa.—Mira mi amor, es nuestro bebé, ya está en casa.Alex se acerca y lo acaricia suavemente, dejándose lamer mientras esa colita se mueve de un lado al otro, alegre de vernos.—Es h
Y lo sube… sujetándolo fuerte del brazo lo ayuda a trepar en un instante.—No voy a ensuciarme las manos contigo, pero te juro que si vuelves a hacerle algo a Abril, yo mismo te mataré —asevera antes de darse la vuelta y caminar hacia mí.El director solamente se queda mirando su espalda y luego es el primero en salir sin decir nada.Corro hacia Alex y lo abrazo, mientras mis ojos se humedecen.—Tuve miedo de que… de que tú…—Tranquila, pequeña, no me parezco a él.La multitud de alumnos nos abre paso ante la mirada severa de Alex, y luego empiezan a dispersarse también.Preferimos no quedarnos en las clases por hoy, y salimos para mi casa. En la tarde Rachel y Christopher nos visitan y nos quedamos hablando por horas sobre los últimos acontecimientos.✍≧◠‿◠≦El primer semestre termina y tenemos una semana de descanso antes de empezar el nuevo semestre. Alexander se la ha pasado planeando los últimos días, de qué manera va a sacar a su padre de la dirección del instituto, y yo, por m