Al menos eran menos hostiles. Lograban hablar luego de clases. A la consulta de Lía, Liam insistió en que iría. Estuvo al lado de ella mientras la obstetra pasaba el ultrasonógrafo por el vientre de la chica. –Bueno, va creciendo muy bien. ¿Si lo ven?
- Son solo rayas para mí. –Contestó Liam haciendo que Lía volteara a verlo. La obstetra señaló en la pantalla un pequeño punto negro.
-Ahí está. –Liam lo comparó con una pequeña papa, aunque tenía una burbujita que se movía. –Es el corazón. –Sonrió Liam mirando. Lía solo se sentía algo tensa. Luego de que le imprimieran dos ecos nuevos y Liam tomara uno salieron juntos.
ADVERTENCIA: Este capítulo fue diseñado para confundir, romper corazones y hacer que me odies. Si quieres un final feliz, espera a que yo publique el capítulo final y salta directo del 18 al último... Pero si quieres llorar... ¡Es bajo tu propio riesgo!
Salió de la habitación topándose con William y su familia. Allen se acercó. –Despertó. –Les dijo. –William, quiero decirte que no estoy de acuerdo con mi papà.-Puedo entenderlo. Quiero verla.-Está dormida ahora. Yo me quedo esta noche, en la mañana, si me dan el permiso, te dejaré pasar.-Gracias. –Allen sonrió al ver a la rubia y Axel notó el gesto.-Buenas noches, les mantendré al tanto. –Antes de darse media vuelta, le dio su número a Liam. Volvió hasta el cuarto de Magnolia y los dejó a los cinco sentados en los muebles.-Le gustaste a ese
La paz se respiraba en el Royal.Y aunque la tendencia principal era hablar sobre Stacy, trataban casi todos en no hacerlo tan evidente.Trek visitó varias veces a la pelirroja, ella se sentía especialmente triste y arrepentida de sus actos. –Diles que lo siento. No fue mi intención.-Si lo haré. –Lloró un poco a través del cristal. –Stacy, eras una buena chica ¿Por qué te convertiste en esto?-No lo sé, solo me dejé envolver, supongo. –Se limpió una lágrima. Su cabello estaba enmarañado y también lucía ojeras. –Perdí el camino.-Siempre puedes
Pasó un semestre más. Magnolia pausó la carrera debido a su permiso prenatal.Noviembre.Magnolia y William decidieron no saber el género de su bebé hasta que hubiera nacido. Las apuestas en la familia de ambos, la banda e incluso los propios K-Vengers sobre que iba a ser el hijo del guitarrista principal y voz de King's Revenge salieron por todos lados.La mayoría votaba porque sería niña.Lía se sorprendía de cómo habían "hashtags". #LancasterGirl #LancasterBoy y de aquella forma inundaban el Twitter y el Instagram.La lista de nombres incluso salió por Facebook, los grupos de fans suger&iacu
Desde el nacimiento de su hijo, las cosas habían cambiado bastante, él y su novia apenas y tenían tiempo de salir como pareja, la casa era un desastre y siempre estaban agotados. No se quejaba, amaba al pequeño León, solo le faltaba como organizar mejor su vida. Aquella noche miraba el techo, Magnolia dormía, León, en su cuna, solo él no lograba conciliar el sueño ¿Qué podía hacer? No estaba cumpliendo con la promesa de cuidar a los dos amores de su vida. Se levantó de la cama tras darle un beso en la frente a Lía, miró el reloj, apenas eran las dos de la mañana. –Mamá, ¿Qué hago? –Se sentó en el sofá y pasó las manos por su cara, estaba frustrado. –Ayúdame, ¿Cómo puedo demostrarle a Lía que la amo y que me importa mi familia? –Sintió los pasos de su novia acercarse, lucía adorable con la camisa de su pijama puesta cubriéndole apenas los muslos. -William ¿Sucede algo? –Despeinada se ace
NOTA PREVIA: Les comparto un capítulo del segundo libro de esta novela. Está llevado dieciséis años después pues el protagonista es el hijo de William y Magnolia, León. ¡Disfruten! *** Tenía dieciséis años. Sería su primer día en el bachillerato, dos años hasta su graduación para entrar en la universidad. Repasó su vida mientras veía el techo de su desordenada habitación. Desde pequeño soñaba con ser como su padre, William. Él, junto a sus tíos por título, Xander, Paul y Trek, tenían una gran banda y tocaron en shows por todo el país y Europa. Le habían bajado el ritmo en cuanto llegaron más niños. Para su suerte, contaba con su mejor amigo, Hans. Él compartía el sueño, las ganas de volverse locos y gritar “¡ROCK N’ ROLL!”. Pero no era todo. Era delantero en el equipo de soccer de los Red Falcons, su pasión por ese deporte también lo compartía con Hans. Sabía que era guapo. En años anteriores s
"INDEPENDENCIA". Magnolia por fin estaba logrando sus sueños. Había dejado Italia para estudiar en un prestigioso conservatorio en la agitada Londres. Sus padres no querían que se alejase tanto de casa, y, sin embargo, no lograron hacer que ella se quedara. Solo le faltaban dos años para graduarse con una licenciatura en música y había tenido suerte de obtener una plaza en elRoyal College of Musicen Inglaterra. Viajó luego de discutir con su madre presionándola para que no fuera. Era su sueño. Debía desobedecer.El vuelo estuvo ligero, llegó al aeropuerto internacional y se dirigió al campus a terminar de tramitar su papeleo. Sus planes iban viento en popa. La vida era perfecta.Quedó impresionada con lo enorm
Lunes.Primer día de clases.Aula 113 – B. Teoría de la Música.Magnolia se dirigía al aula lo más temprano que podía. No quería perderse nada. Ella fue la primera en llegar, se sentó en una de las butacas y esperó pacientemente mientras leía los primeros capítulos del libro. Uno a uno sus compañeros fueron entrando al salón y tomando sus asientos. Se cubrió con su libro al ver entrar al castaño y escuchar la ola de suspiros provenientes del género femenino.-Música. –Dijo el profesor luego de poner sus cosas en orden sobre el escritorio. –Esto ha de ser un paseo por el campo para todos ustedes. Siet
Ella le había llamado "vago bueno para nada". –Malcriada. –Susurró. Aquello sí que no podía pasárselo. ¿Cuántas veces no había oído aquella misma frase de labios de su padre? Era una frase que le dolía grandemente. –Y ahora me obligan a trabajar con ella. –Miró el calendario en su teléfono. –Seis meses. Son solo veinticuatro clases que debo ver y sobrevivir. Menos, ya vimos tres clases. Veintiún lunes más. Tú puedes Liam."Vago bueno para nada".Aquella frase le daba una cachetada en la cara. Aún recordaba la primera vez que Matthew se la había dicho. Tenía dieciséis, era joven, también bastante tonto. Se había enamorado y la chica le había roto el c