Durante el día de Nochebuena, estuvo en video chat con su hermano mayor. Luego compró algunas cosas para tener una cena sola en su piso. Primer año en donde comía comida china un veinticinco de diciembre. Mientras cenaba esa noche, escuchaba Caruso, un clásico italiano. La hacían sentir en casa. Vio algunas películas en la noche acurrucada en su sofá mientras abrazaba su peluche de perro. Se quedó dormida con la televisión encendida y en el sofá.
Al siguiente día, llegó al piso de Kat a las horas de la tarde, ambas chicas estaban en pijama y comían helado mientras veían Crepúsculo. –Te juro que odio esa película. –Dijo Kat entre risas. –Mejor apaguemos esta cosa y hagámonos manicura. Por cierto, te tengo un regalito de navidad. –Sacó del bolsillo de su bata una pequeña cajita y la extendió a Lía. –Sé que estás muy lejos de casa y seguro te has de sentir muy sola.
-Grazie. –Sonrió. –No tengo nada para ti, lo siento. –Tomó la caja en sus manos y la pegó a su pecho. –Solo cambia la película K. A mí me gusta mucho más ver comedias románticas.
-Gracias al cielo. ¿Sabes que a Stacy le encantan estas películas?
-No, y no me importa. –Lía abrió la cajita encontrándose con un pequeño collar, el camafeo con forma de corazón tenía grabada la silueta de su país natal. –Gracias Kat. Es hermoso. –Se lo puso casi de inmediato. –Es muy lindo.
-Voy por el esmalte. –La rubia se levantó del piso mientras Lía se acercaba a la computadora y quitaba la película. Le llamó la atención un título en medio de la carpeta, le dio "click" y comenzó. –Esa es buena ¿La has visto?
-No. Me llamó la atención el título.
-How to be single. –Comenzaron a ver la película mientras Kat sacaba distintos colores de esmalte de una de sus cajas. Se pintaron las uñas de colores y se pusieron calcomanías. Rieron haciéndose trenzas en el cabello, comieron helado de chocolate. Lía recordó que Kat quería contarle algo.
-A propósito ¿Qué tal la navidad en tu casa? Me escribiste porque querías decirme una cosita, no es que sea chismosa, pero requiero emociones intensas. –Rió mientras Kat le pintaba las uñas de los pies. – ¿Pasó alguna cosa interesante con Paul? –Kat abrió los ojos recordando lo que quería contarle a Lía. –Tu cara me dice que sí.
-No le hablé, me enojé porque está involucrado en algo muy feo. –Suspiró la rubia. –Incluso me enojé con Xander. Lía, tienes que tener muchísimo cuidado.
- ¿Por? Me asustas. –Comió una cucharada de su helado y le sonrió a la rubia. –Vamos, puedes contarme.
-Bien. –Soltó el aire. –Los escuché hablar, apostaron con Liam unos 90.000, él tiene que mantener un noviazgo contigo, que te mudarás con él y si logra tener sexo contigo, le darán esa cantidad. –Lía dejó caer la cuchara, ¡¿90.000?! –Lía, solo los escuché, te lo juro, no tuve nada que ver. Por favor, ten cuidado. –Se quedó callada, era mucho más de lo que necesitaba para pagar su semestre. Irónico que fuera Liam.
-Te creo, pero esa cantidad es exorbitante ¿Por qué tanta?
-Liam dijo que podía tener a cualquier mujer. Pero él te odia, tú lo odias. Por eso Trek, Paul y mi hermano te mencionaron, y Liam aceptó.
-Entiendo. –Se mordió el labio. Idiota, él era un idiota. –No hablemos más de ello, estoy advertida. –Sonrió. –Mejor sigamos viendo películas y comiendo helado.
-Vale, pero ten cuidado
-Lo tendré. Lo prometo. –Siguieron hablando de todo mientras veían películas. Cenaron macarrones y se durmieron pisando casi las dos de la noche. Lía se despertó una hora luego de eso para beber un poco de agua. 90.000. Le habían puesto un precio a ella, se sentía indignada, pero a su vez, se le estaba ocurriendo algo. Debía enfrentar a William, lo ayudaría a ganar la apuesta frente a los muchachos de King's Revenge, le pediría la mitad, pagaría el semestre y le quedaría dinero. –Lo único que no haría sería acostarme con él. Oh demonios, ¿En qué estás pensando?
Volvió a su colchoneta y miró el techo. Había hecho locuras en su vida, pero nunca plantearse entrar en un "noviazgo" con un chico que le parecía repulsivo, y más aún por dinero. Se sentiría como una perra si lo hacía, pero, por otro lado, no había conseguido empleo, tampoco podía pedir el dinero a sus padres pues, en definitiva, su madre era posible que se lo negara. No tenía más opciones. –Dios, trabajas de maneras misteriosas. –Susurró y se acurrucó de lado. –No puedo creer que vaya a hacer esto.
***
Nuevamente enero, las clases volvían y Lía no podía dejar de pensar el precio que le habían puesto. Para fin de año lo había pasado con Kat, Magda y Sunny. La realidad se imponía aquel lunes, tenía que enfrentar a Liam.En clase de T.M por fin, lograron presentar juntos la composición, el profesor Payne los aprobó y Lía sintió como se le quitaba un peso de encima. No escuchó la explicación en su mayoría, su mente seguía divagando en aquellos 90.000. –Lancaster, Bethlem. –Sonrió el profesor al verlos. –Estoy orgulloso, dejaron a un lado sus diferencias y lo que hicieron hoy fue excelso. Espero que los siguientes trabajos sean iguales. –Salieron en silencio del salón. Era ahora o nunca.-Wil
Fingir una relación no era tan fácil, sobre todo cuando la perseguían de un lado a otro. –Es ella. ¡Es ella! –Lía comenzó a correr huyendo de las fanáticas, entró en un edificio y se encerró en un salón vacío. Respiraba agitada. Al escuchar que se habían calmado las cosas en el pasillo, decidió salir.-Ah, aquí estás. –Se giró para encontrarse cara a cara con Stacy, la pelirroja sacó una revista y la lanzó hacía Lía. Magnolia se sobresaltó al escuchar el impacto de las hojas en el suelo. –No te atrevas a negarlo, perra. –Lía miró al suelo y en primera plana había una foto de ella con Liam. –Zorra. –Tragó saliva y vio como Stacy se iba enojada, recogió la revista y la h
Katrina seguía enojada con Paul debido a que formaba parte de la apuesta en contra de su mejor amiga. El baterista de King's Revenge notó lo rara que estaba la rubia, tenía que hablar con ella. La esperó en la puerta de su clase de flauta y la abordó. –Hey... ¿Podemos hablar?- ¿Qué pasa, Paul? –Contestó ella un poco hostil.- ¿Qué pasa? Eso me pregunto yo, desde navidad estás muy extraña y... Ya me estoy preguntando qué hay de malo entre los dos. –Katrina quería lanzarle en cara que lo sabía todo, pero eso haría saltar sospechas de lo que hacía Magnolia. – ¿Acaso ya no te gusto?-No seas tan inseguro. Me gustas, en serio. –S
A la mañana siguiente de aquel sábado, Magnolia despertó en cuanto el sol entró por la ventana, pestañeó varias veces. Intentó levantarse, pero se sentía pesada. Al adaptarse a la luz vio las piernas de William enredadas con las suyas y él durmiendo sobre su brazo mientras la atraía en un abrazo posesivo. –William. –se movió un poco quedando aún más cerca de él. Sus senos quedaron a la altura de la cara de Liam y las manos de él solo apretaban su cintura. –William... despierta.-Mmmmm. –Se removió un poco pegando su cara al pecho de Lía. –Mmmm, hueles delicioso, no quiero pararme.- ¿Estás despierto? –Él solo rió mientras le hacía algunas cosquillas
La siguiente semana no fue más sencilla. Liam pensó que incluso después de aquel momento tan íntimo que había compartido con Lía, ella se volvería menos fría. Pero, pasó justo lo contrario, no volvieron a hablar con tanta soltura y ella solo le dirigía la palabra cuando debían componer alguna cosa para sus clases en donde hacían equipo, en especial, Teoría de la Música. Lía en aquel viernes quedó de tener una Pijamada con las chicas, mientras menos tiempo pasara con Liam, menos peligroso sería para ella. Comenzaron a jugar "Yo nunca, nunca". Sunny alzaba los apenas cinco dedos mientras las otras mantenían de siete a diez. –Oh, vamos... ¡No puedo ser la única pecadora! -Lo eres, Sunny eres una salvaje. –Gritó Magda. –Bien, mi turno. Yo nunca, nunca, nunca jamás en la vida he tenido ningún faje con un hombre o una mujer. –Sunny bajó otro dedo al igual que Kat y Lía. – ¡AHHH! ¡No lo creo!
Ambos durmieron un poco.Magnolia se levantó pues ya tenía hambre y decidió hacer algo para comer. Encontró harina en la alacena por lo que se puso a amasar. Mientras reposaba la masa, hizo salsa de pizza, encendió el horno para que se precalentara. Preparócalzonesy, cuando el aroma invadió la casa, Liam se levantó. –Despertaste. –Rió al verlo en la puerta de la cocina, despeinado y con los ojos aun entrecerrados.-Huele bien. Me gusta ¿Qué haces?-Una receta italiana. –Dijo totalmente orgullosa. Abrió el horno para revisar que no se hubieran quemado y, los sacó al verlos listos. –seguro nunca los has probado.
Despertó antes que ella. La miró acurrucada, dormida, despeinada. Sonrió. El sexo con ella era como una montaña rusa, le exigía a la par de que le daba. Ninguna chica había logrado que se sintiera satisfecho luego de una sola ronda. Ella despertó y lo miró. Tragó saliva, ninguno de los dos decía nada.Hasta que ella decidió romper el silencio. –Cruzamos la línea. Ganaste la apuesta. Podrás decirles a tus amigos y ganar más.- ¿Quieres que haga eso? –Contestó sintiéndose molesto por el pensamiento que había tenido ella. La miró con el ceño fruncido y ella hizo lo mismo. –No te entiendo, de verdad.- ¿No es lo que piensas hac
En su examen final de Violoncello III, ella tocó un cover de Frank Sinatra,My way.Liam miró por la ventanilla de la puerta y se fue antes de que ella lo viera.Llevaba una semana sin hablar con ella, menos con sus amigos. Volvió a fumar al menos cinco cigarrillos al día. Era poco, pero no podía excederse más.Toda la semana en el departamento la vio recoger sus cosas en cajas, no tenía demasiadas, pero iba organizándolas una a una y colocando con un marcador lo que contenían. No se sentía culpable por sacarla de su vida. Incluso cuando tenía esperanza de que aquella nota fuera mentira, veía a la pelinegra junto a Katrina y Trek y la ira volvía a consumirlo.Pasó el res