38. ...QUE VENGA LA SEÑORITA GENEROSIDAD.
—Lo siento, señor; pero escuché que usted sufre de diabetes y eso que se iba a comer, tiene mucha azúcar.
—¿Diabetes? ¿Quién carajos dijo esa estupidez, Varela?
—Lo... Lo escuché en los pasillos, a uno de mis compañeros. No me diga que es mentira, señor.
—¡Claro que es mentira! —exclama Oliver, haciendo que su voz resuene en el pasillo. La oficial Deep que está en su oficina se asoma al igual que Jones.
—¿Qué pasó, jefe? —pregunta el oficial Marcos. Michelle se recuesta en el marco de su puerta y solo se limita a mirar.
—Que aquí Varela me tiró la torta, porque cree que soy diabético y no, yo soy un hombre sano... E
39. ... TÚ DEBES SER VARELA.Aún es de madrugada, cuando Sarah despierta al sentir que los brazos de su esposo se separan de ella y el pitido fastidioso de la alarma, resuena por el cuarto.—¿Ya te vas, amor? —le pregunta adormecida.—Sí, mi vida, voy a alistarme —Marcos la besa en los labios y en la cabeza antes de salir de la cama. Sarah intenta levantarse, pero él vuelve a la cama y la hace acostar nuevamente, colocándole una almohada en su espalda para que se mantenga cómoda de medio lado—. Sigue descansando, te aviso cuando esté listo para irme.Sarah somnolienta asiente y se deja llevar por el sueño nuevamente.Un rato después, sus sentidos empiezan a despertarse; percibe el olor al perfume de Marcos y escucha su voz en susurros. También los movimientos de la bebé, la hacen volver al mundo real. Con l
40. ... ÉL ESTÁ LIBRE.—No puedo creer que haya dicho eso —pronuncia Charlotte, mirando a Varela, a través de la ventana—; entonces Deep tiene razón.—Así es, mamá. Michelle tiene razón —Sarah también dirige su mirada hacia la araña venenosa como decidió llamar a Varela, la misma que está en su auto con la cabeza agachada, leyendo algo en su beeper."Lo logré. Él está libre.", dice el mensaje.Valera levanta el rostro de su mensáfono y se encuentra con los ojos de Sarah; una mirada con lo que parece un toque de miedo, es percibida por la embarazada.°°°Es medio día y como es habitual, Sarah recibe a Simón cuando este, llega de la escuela. Varela se mantiene en su auto observando desde la distancia.—¡Mami! —Simón corre por las escaleras del porche, para ser abrazado p
41. SERVIRÁ DE DISTRACCIÓN.Varela está concentrada mirando hacia la antigua y la actual casa Jones, cuando un golpe a la ventanilla del lado opuesto al que mira, la hace gritar.—Hola, Varela.—¡Oh, Marcos! —exclama la nerviosa chica, tocándose el pecho.—Lo siento, te asusté.—Sí, no pensé que vendrías a estás horas —dice Varela, mirando con preocupación a todos los lados.—Sí, logramos concretar la misión hace unas horas y me vine de inmediato.—¿Y tu auto?—Me quedé varado dos cuadras atrás y vine caminando lo que faltaba de camino.—Ah.—¿Y cómo te fue a ti? Pensé que estarías dentro de la casa.—Tu esposa me echó.—¿Qué? ¿Por qué?—Creo que mal interpretó algo que dije —s
42. ¿ANUNCIAS TU LLEGADA, MI BEBÉ?—¡Mamá! ¡¿Hoy no tengo escuela?! —es la mañana del viernes y Simón llama a la puerta del cuarto de los esposos Jones.Marcos adormecido, despega la frente de los pechos de su esposa al escuchar la voz de su hijo. Se estira un poco para desperezarse, pero ve por medio de las cortinas, la claridad de afuera y se percata de que ya es de día.«¡Mierda! Olvidé poner la alarma», exclama el hombre en su interior, mirando el reloj de la mesa de noche. Sale de la cama, se cubre con la toalla y abre un poco la puerta saliendo del cuarto.—Buenos días, hijo.—¡Papi! Estás aquí —exclama con emoción su pequeño.—Sí, mi amor; llegué en la madrugada y ya estabas dormido —dice el hombre, acuclillándose delante de Simón para abrazarlo y besarlo.—¿No iré a la escue
43. JONH EVANS Para Jonh Evans, ver cómo el fuego inicia es un deleite indescriptible; una satisfacción que le genera quizás, más placer que cualquier otra cosa. Desde hace años ha estado privado de ese gozo, después de haber sido apresado en una cárcel psiquiátrica, tras degollar a su propia madre y poner su cuerpo a arder como leña en la chimenea. Su madre, esa pobre mujer que se negó a que lo internaran a tiempo, cuando fue evidente que tenía algún tipo trastorno. Esa mujer que no tenía culpa o, quizás sí, porque no lo defendió como debía, del verdadero causante de sus desórdenes mentales, su padre. La mujer solo decidió quedarse callada, pues en un mundo donde las apariencias son más importantes, prefirió eso a ser señalada por la sociedad, aunque de una manera terrible, aprendió que a veces guardar silencio no es lo ideal. Ahora está callada para siempre. De solo recordar al engendro de su padre, a Jonh, le escuecen las cicatrices de quemaduras en su espalda, provocadas como c
44. TANTO, QUE ENTREGARÍA MI VIDA POR USTEDES.—...¿Qué fue lo que pasó en mi casa?—Un cortocircuito que comenzó en uno de los cuartos —le informa el hombre del cuerpo de bomberos.—Oh, m****a.—Pero no se preocupe, el fuego estaba controlado desde antes de que llegáramos —agrega el uniformado...Cuando Jonh Evans vio el fuego ir incrementándose sobre la mesa del tocador y, los objetos inflamables que estaban sobre ella empezaron a entrar en calor, reaccionando en estallidos que aumentaron las llamas, su corazón palpitó con frenesí y sus emociones se dispararon al punto de estar por alcanzar el éxtasis; pero un sonido estruendoso que lastimó sus oídos, lo hizo cubrirse con ambas manos a cada lado y el riego de chorros de agua lo sorprendió bañándolo y extinguiendo el fuego.Alterado por el fuerte ruido, salió por la misma ventana que entró y al poco tiempo, la sirena de los bomberos se escuchó a los lejos acercándose.Lo que no se esperaba la mente maestra de ese sucio plan, es que el
45. ...SI YO CAIGO, TÚ CAES... Esa madrugada, Jonh Evans llega al hotel de mala muerte en el que se oculta, en el mismo que también se oculta la mujer de ojos grises.Jonh, golpea primero la puerta del cuarto de Lina con una serie de toques y ella le abre reconociendo el sonido clave.—¿Lo hiciste? —es lo primero que ella le pregunta.&n
46. ...ME LO DEBES...Marcos, totalmente desconcentrado del trabajo, recoge las carpetas de su escritorio y las guarda; decide que es mejor parar aunque tenga que regresar en otro momento. Ha llamado más veces de lo habitual a casa de su suegra para preguntar cómo están y aún sabiendo que están bien, la ansiedad no se le va.Va hasta la oficina de su jefe a avisarle de su partida, pero la encuentra cerrada. Uno de sus compañeros que está cerca, le informa que el oficial de mayor rango, no ha llegado.Pasa por la oficina de Varela y recuerda hablar con ella, pero tampoco la halla.Se dirige a la de Manson quien está con Deep redactado un informe.—Chicos me iré; no logro concentrarme. Díganle al jefe que después terminaré lo que falta.—Ok, Jones —contestan ambos.—Ah, otra cosa, ¿han visto a Varela?—En su oficina, supongo —responde Michelle.—No, no está, pero bueno, no importa, después hablaré con ella.—Si quieres, yo le doy tu recado cuando aparezca.—No, es recado, es reclamo. Hiz