Capítulo 73

Volvieron a la mansión y, obviamente, Epistolo siguió observándolo todo desde lejos, aún más molesto por el hecho de que Aline se hubiera despertado y sus poderes estuvieran activos.

En cuanto entraron en los confines de la mansión, Marco cogió a Alessa en brazos y no se apartó de ella ni un segundo. Cuando Leya vio su situación, se maravilló de que hubiera resistido.

Doris fue llevada por Maciel a la habitación de invitados donde descansaría y una vez más el jardín quedó bajo la protección de las diosas.

Marco, tumbado a su lado, apenas podía creer que hubiera estado tanto tiempo fuera, tanto tiempo con la maldición asolando su cuerpo.

Doris se despertó al día siguiente, pero Alessa seguía teniendo esa mirada de muerte que poco a poco se iba apoderando de su cuerpo cuanto más tiempo permanecía Marco cerca de ella.

Al cabo de una semana, la maldición desapareció y abrió los ojos.

Todavía era muy temprano y Marco dormía a su lado, estaba un poco oscuro, pero pudo ver